viernes, 9 de abril de 2021

INFORME ESPECIAL Luis Carlos Restrepo y los Paramilitares

INFORME ESPECIAL Mayo 5 de 2010 

Luis Carlos Restrepo y Paramilitares 

Salen a flote acuerdos por debajo de la mesa 

Correos que fueron encontrados en la USB de HH delatan a Ernesto Yamhure, columnista de El Espectador, como asesor de los paramilitares y de Carlos Castaño 

En Sania Fe de Ralito el Gobierno Nacional pactó acuerdos políticos secretos con los paramilitares que apenas comienzan a conocerse. 

Al tiempo que Salvatore monseñor Julio César Vidal, obispo de negociar con las “AUC”. El Comisionado habló de reformar la ley 418, con la que el Gobierno podría iniciar conversaciones con un grupo armado ilegal, si tenía voluntad de negociar la paz. Así, el Gobierno podía suspender las órdenes aludiendo a la infiltración de narcotraficantes como Diego Murillo (“Don Berna ') y los Mellizos Muñera, entre otros, lo cual fue aceptado por el Gobierno. 

El asesor Yamhure 

Mancuso, en declaración desde Estados Unidos en el juicio al ex director del DAS, Jorge Noguera en la Corte Suprema de Justicia, denuncia un complot del DAS y el Gobierno Nacional contra los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, en particular con el magistrado auxiliar e investigador de la “parapolítica*’ Iván Velásquez, la web www.verdadabierta.com, divulgó algunos de los documentos contenidos en las transcripciones de las versiones libres de los jefes paramilitares en justicia y paz en las que reconocen que hubo pactos secretos, por debajo de la mesa, entre los jefes de las “AUC” y Luis Carlos Restrepo en representación del gobierno de Alvaro Uribe Vélez. 

Siempre se habló de los pactos secretos, desmentidos con agresividad por Luis Carlos Restrepo. Ahora salen a flote en boca de HH, Salvatore Mancuso y otros jefes paramilitares que pactaron con el gobierno de la “seguridad democrática”. La “farsa de Ralito” fue un acuerdo para proteger a los paramilitares, aunque después el Gobierno decidió enviar a sus jefes a Estados Unidos para silenciarlos. Aún así la verdad está apareciendo poco a poco. 

Desde Estados Unidos, en versión de Caracol Radio, Mancuso denunció; “El desmovilizado jefe de las autodefensas, Salvatore Mancuso, afirmó que hubo un complot en el que habría participado la ex directora del DAS, María del Pilar Hurtado, y alias “Tasmania” contra el magistrado Iván Velásquez. 

Montería y Germán García de la diócesis de Apartadó. La reunión fue grabada por los paramilitares (la versión está en la web). En la transcripción aparece la siguiente perla: “Como es un cese unilateral y como todavía no hemos tenido supuestamente contactos con el Gobierno, todas las agresiones que suframos de la subversión estamos en pleno derecho de responderlas, en caso de que nos ata que, que con seguridad nos van a seguir atacando”, advirtió Mancuso. A lo que Restrepo respondió: “Ese es un derecho que no les podemos quitar. Lo dejo claro. Yo como representante del Gobierno no puedo quitarles a ustedes ese derecho”. Y tanto el comisionado Restrepo como el paramilitar Mancuso estuvieron de acuerdo en que en estas “zonas de frontera”, el gobierno dejaría a los paramilitares “operar defensivamente” allí, mientras llegaba la “seguridad democrática”, que el Comisionado definió entonces como redes de informantes, soldados campesinos, aumento de la Fuerza Pública el retomo de la institucionalidad. 

El Comisionado de Paz dijo que el Gobierno garantiza que la guerrilla no se fuera a aprovechar del cese al fuego para volver a tomarse “las zonas controladas por las AUC”, que era la preocupación mayor que los jefes ‘paras’ negociadores dijeron tener. 

Los acuerdos previos 

El proceso, según Restrepo, se haría en tres etapas. Primero el cese de hosti 

de captura en contra de los voceros del grupo y pactar unos territorios de negociación. Dos semanas después, en efecto, el Congreso aprobó la reforma a esta ley que presentó el Gobierno. 

La excepción expresa 

Después de la reunión del 12 de noviembre, el ex comisionado Restrepo consiguió que los paramilitares salieran de la reunión a anunciar cese de hostilidades, la entrega de menores combatientes y a colaborar en el retomo de los desplazados. El compromiso del Gobierno de dejarlos “defenderse” en zonas que aún no controlaba del todo, no se hizo explícito al país, porque hubiera sido difícil de explicarlo. 

El gobierno además se comprometió con los paramilitares a darles todas las garantías para la desmovilización. Y dar un “debate más profundo, dentro del Congreso o una nueva reforma constitucional, o una constituyente” para negociar la descentralización del Estado, uno de los puntos que los ‘paras’ pidieron antes de firmar un  pacto. 

Restrepo logró que los ‘paras’ confiaran en él y en las promesas de Uribe. 

En los documentos aparece un correo de Ernesto Yamhure, columnista De El Espectador y uribista 'pura sangre '. quien fungió como asesor de las "AUC” al decir de HH. En su correo. También salido de la memoria USB de ali.i 'HH', titulado “Consideraciones sobre el primero de diciembre”, Yamhure le dice a Castaño que “es recomendable que el comunicado vaya acompañado por manifiesto de buena voluntad de lodos y cada uno de los comandan tes de los diferentes bloques”, también aconsejó que los ‘paras’ tenían que explicar que el cese al fuego “no se trata de un gesto político de corto plazo" y que “hay que hacer énfasis en el tema del acompañamiento y la veeduría internacional”. 

El 23 de diciembre de 2002 el presidente Uribe firmó la ley 782 con la cual se prorroga y se hacían cambios 


Según Mancuso, en dicho complot también participó Martha Leal, funcionaria del organismo de seguridad. El ex jefe paramilitar también señaló que para las ciudades, segundo la entrada de la Fuerza Pública a las zonas controladas por los ‘paras’, y tercero, la desmovilización y  el desarme de las “AUC”. También pro Dijo que no lleva- Los paramilitares recibieron aval del Gobierno hasta para violar el cese de ban un plan prede- fuego de ser necesario. Un verdadero grupo de matones en la RHo. terminado y explicó que el Presidente comprobar lo que está diciendo se llame a declarar a Juan Carlos SierraRamírez, alias ‘El Tuso* ” 

La farsa <fa Rallío 

VerdadabierU-cora (consultar en el blog www.pacocoL org), accedió a las transcripciones de justicia y paz y en contró U revelación de HH, quien asegura que el 12 de noviembrede 2002, dos semanas antes de que las “Autodefensas Unidas de Colombia” le anunciaran al país su cese al fuego y empezaran a nego puso delimitar zonas para concentrar las tropas paramilitares. 

Se ve que las conversaciones entre Gobierno y paramilitares ya venían de tiempo atrás, pues éstos llevaron a la reunión un borrador del comunicado que iban a emitir para anunciar su cese al fuego. El primer punto del borrador era re conocerlas “AUC” como un actor armado del conflicto político y social, y que fueran tratados como tal (se puede consultar el borrador del acuerdo en la web). Y aunque el Gobierno no reconoció el estatus político que pedían las AUC, como era “un amansador de caballos, él va sobre el potro, él va ir ajustando las cosas en detalle”. Al final de la reunión, Mancuso reconoció que habían llegado “con cara de incertidumbre, de preocupación”, pero después de la reunión dijo: “Ahora veo caras de felicidad, los veo muy sonrientes, la verdad es que es muy bueno”. 

Carlos Castaño después reconocería que Restrepo les hizo “un claro reconocimiento político”. Castaño también a la ley 418 de 1997; el más importante de ellos reconocer que no era necesario el estatus político a los grupos armados ilegales, y de esa forma quedaba abierto el camino para una negociación con los paramilitares. Ese mismo día, con la Resolución 185 de 2002, el Presidente de la República ordenó “integrar una Comisión Exploratoria de Paz para propiciar acercamientos y establecer contactos con los Grupos de Autodefensas”.

Al discutir con el Gobierno las condiciones para desmovilizar a sus tropas, el ex comisionado de paz Luis Carlos Restrepo se reunió en secreto con la plana mayor de ese grupo criminal en una finca de Córdoba. A esta reunión asistieron Carlos Castaño, Salvatore Mancuso, Ramón Isaza, se deduce de las conversaciones, les reconoció ser el Estado de facto en varias regiones y les permitió mantenerlo como una salvaguarda ante el posible regreso de la guerrilla. 

Buscaron entonces un mecanismo jurídico alternativo que les permitiera 

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