Guías Análisis Técnico 3. Onda de Elliott 3.1. Introducción y las tres reglas básicas Ralph N. Elliott (1871-1948) encontró limitadas las aplicaciones del análisis técnico y, especialmente atraído por las posibles implicaciones de la existencia de ciclos en el mercado de valores, desarrolló una nueva teoría de análisis técnico. Su principio de onda supuso un importante complemento a la teoría de Dow, pues anticipa los movimientos del precio en función de un diseño básico que permanece constante, desafiando así a la teoría del recorrido aleatorio en cada momento. Por tanto, se puede suponer que Elliott tomó como punto de partida la idea de la teoría de Dow de que el mercado de valores puede ser modelizado, pues su comportamiento se encuentra ligado a la psicología del inversor y, por tanto, no es aleatorio. Elliott, partiendo de la esencia misma del análisis técnico, destaca que no se trata de manipular los precios para encontrar información sobre el comportamiento del mercado, sino que son los precios en sí mismos los mejores y únicos indicadores de la acción del mercado. Sin embargo, Elliott no se limita a la observación de los precios, sino que intenta justificar las diferentes pautas que el mercado describe en su evolución, buscar el porqué de su comportamiento. Así, partiendo de la base misma de la Teoría de Dow de que el mercado de valores refleja el comportamiento psicológico del conjunto de inversores, Elliott cuantificó matemáticamente el modelo que sigue la psicología de la masa inversora en su evolución y, por tanto, el mercado de valores en su progreso. Tanto Dow como Elliott percibieron la importante influencia del factor psicológico humano en el mercado de valores, siendo Dow quien la esbozó y Elliott quien posteriormente entró en su detalle. De esta forma, el principio de onda de Elliott mantiene, como teoría de análisis técnico, que la historia se repite, pero añade que nunca lo hace de forma idéntica porque el mercado progresa siguiendo un determinado modelo, que le permite describir pautas que son repetitivas en cuanto a su forma, pero no en cuanto a tiempo y amplitud. Además, una característica que hace única a esta teoría es que Elliott descubrió que el modelo de progreso del mercado de valores se cumple en todas las escalas de movimiento, pues las pautas descubiertas se producen en todos los grados de la tendencia; así pues, el analista puede estudiar diferentes marcos temporales, horarios, diarios, semanales, mensuales, anuales, etc., simultáneamente y observar la interrelación existente entre los movimientos a corto y largo plazo. Destaca la importancia de acompañar el análisis de Elliott con los principales indicadores técnicos, porque, entre otras razones, la aparición de divergencias en los osciladores suele coincidir con el final de los movimientos, lo que permite diferenciar en situaciones dudosas si se trata del comienzo de una nueva tendencia o de una simple corrección de la tendencia anterior. El análisis técnico, sobre la base de que el comportamiento humano evoluciona siguiendo un modelo, utiliza series históricas de precios para predecir posibles cambios de tendencia a través de diferentes métodos. Entre ellos se encuentra la teoría de Dow, la cual, a pesar de su gran significación histórica y éxito de aplicación a lo largo de los años, proporciona con cierto retraso la información sobre los movimientos del mercado de valores. En el año 1934 Elliott dedujo la pauta única que define el comportamiento del precio y, según la cual, las medias del mercado de valores se mueven en cinco ondas, cuando siguen la dirección de la tendencia principal, y en tres ondas, cuando la corrigen. En 1938 publicó sus análisis sobre los movimientos del mercado de valores en The Wave principle; una año más tarde, Elliott escribió una serie de doce artículos para el Financial World Magazine y, por último, en 1946, finalizó su obra definitiva sobre la Teoría de la Onda Nature’s Law-The Secret of the Universe. La base de la teoría de Ralph N. Elliott es el carácter cíclico que regularmente diferentes estados de la naturaleza han presentado desde principios de la creación y que se repite indefinidamente a través de dos fuerzas, una constructiva y otra destructiva. Entre estos fenómenos se encuentran, por ejemplo, el movimiento de rotación de la Tierra reflejado en el día y la noche, el movimiento de traslación de la Tierra manifestado a través de las diferentes estaciones del año, el ciclo de vida de los animales y personas marcado por la vida y la muerte, la psicología humana que oscila entre el optimismo y el pesimismo, etc. Elliott añade, además, el hecho de que el mercado de valores "es la mayor manifestación de psicología de masas que existe, un reflejo casi perfecto del estado psicológico del hombre, entremezclado con la realidad del progreso del hombre, la economía y el mundo de los negocios." Como consecuencia, su hipótesis de partida es que, puesto que la psicología de masas es estructurada y el mercado de valores es su representación, éste debe moverse siguiendo un ritmo regular. Elliott quiso demostrar que la interacción humana sigue unas pautas de comportamiento que dan forma no sólo a los acontecimientos financieros, sino a todo tipo de hechos y tendencias que supongan la implicación de un colectivo humano, "La Teoría de Elliott se manifiesta en los mercados que interesan e implican a un amplio público". Sin embargo, el fundamento básico de la teoría de Elliott no son tan sólo los ciclos repetitivos de la naturaleza, sino además, los números y las proporciones que marcan el ritmo de esas repeticiones. Por ello, antes de analizar las características de esta teoría, es conveniente estudiar el trasfondo matemático de la misma.
Las tres reglas básicas del principio de la onda de Elliott son: La onda 2 no corregirá completamente la onda 1. La onda 3 no puede ser la más corta de las ondas impulsivas. La onda 4 no puede introducirse en territorio de onda 1.
3.2. Serie de Fibonacci y sección Áurea: base matemática de la Onda de Elliott En 1934 Charles J. Collins envió a Elliott cierto material que le introdujo la idea subyacente en la serie Fibonacci, y le condujo a establecer la conexión entre la serie Fibonacci y su Principio de Onda en 1940. Collins actuó como catalizador entre una de las leyes de la Naturaleza reflejada en esta fundamental secuencia de números y la relación de ondas 5 – 3 encontrada por Elliott en el mercado de valores. Fue Collins, por tanto, quien permitió dar una base matemática a la teoría de Elliott al descubrir que el número de ondas existentes en las pautas observadas por Elliott en el mercado de valores reflejaba perfectamente la secuencia Fibonacci: 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144, 233, 377, 610, etc. Que se obtiene sumando cualquier par de números consecutivos. Ejemplo: 3+5=8, 5+8=13, 8+13=21, 13+21=34, etc.
Después de los cuatro primeros dígitos, la división de un número de Fibonacci por el inmediatamente anterior proporciona el ratio 1,618 (phi). Por el contrario, al dividir el mismo número de Fibonacci por el inmediatamente posterior se obtiene el ratio 0,618. El inverso de 1,618 es 0,618, mientras que, el inverso de 0,618 es 1,618.
Al dividir cualquier número de Fibonacci por el número precedente en dos posiciones en la secuencia se obtiene el ratio 2,618. Por el contrario, al dividir el mismo número de Fibonacci por el número posterior en dos posiciones en la secuencia se obtiene el ratio 0,382. El inverso de 2,618 es 0,382, mientras que, el inverso de 0,382 es 2,618.
Al dividir cualquier número de Fibonacci por el número precedente en tres posiciones en la secuencia se obtiene el ratio 4,236. Por el contrario, al dividir el mismo número de Fibonacci por el número posterior en tres posiciones en la secuencia se obtiene el ratio 0,236. El inverso de 4,236 es 0,236, mientras que, el inverso de 0,236 es 4,236.
No tienen ninguna utilidad en la predicción de la extensión de los movimientos del mercado en términos de precio y tiempo, los elementos clave son las proporciones entre números de la secuencia. Elliott consideraba estos ratios como el principal determinante de la extensión de los movimientos del precio y del tiempo en cualquier mercado. Las relaciones de Fibonacci más comunes y fiables pueden encontrarse entre ondas alternantes, antes que entre ondas consecutivas. Por ejemplo, la longitud de la onda 3 en una secuencia de cinco ondas estaría influida por la longitud de la onda 1, antes que por la longitud de la onda 2. Los objetivos de Fibonacci se muestran normalmente como importantes niveles de resistencia y soporte incluso si son posteriormente penetrados. Un importante adjunto al principio de la Onda de Elliott es el reconocimiento de que las proporciones de Fibonacci son el principal determinante de la extensión de los movimientos de los precios en el mercado. El principio de la Onda Elliott proporciona la forma y la estructura, mientras que los ratios de Fibonacci proporcionan la herramienta para medir el potencial de cualquier movimiento de los precios, incluyendo las probables metas temporales para la conclusión de estos movimientos.
Sección Áurea La proporción phi era conocida y venerada por los antiguos griegos por ser la representación del orden y armonía de la Naturaleza; fue Euclides quien determinó la sección áurea de una recta y Pitágoras, la empleó en el diseño del pentagrama – estrella que representaba a la sociedad de su época, pues está formado por las cinco diagonales de un pentágono regular, sobre el que se construye esta figura, cada una de las cuales divide otras dos diagonales en la sección áurea. Cualquier línea (AC) se puede dividir en dos partes desiguales, de tal forma que la proporción entre la parte menor (BC) y la parte mayor (AB) sea equivalente a la proporción entre mayor (AB) y el total (AC), e igual a la razón áurea 0,618.
3.3. Retrocesos porcentuales de Fibonacci Las ratios o coeficientes que acabamos de ver ayudan a determinar objetivos para los precios tanto en las ondas impulso como en las correctivas. Otra forma de determinarlos es usando retrocesos porcentuales. En este tipo de análisis, los números usados más frecuentemente son el 61,8 por ciento (redondeado a 62 por ciento casi siempre), el 38 por ciento y el 50 por ciento. Hay que recordar que los mercados generalmente retroceden a posiciones anteriores en ciertos porcentajes esperados, siendo los más conocidos el 33, el 50 y el 66 por ciento. La secuencia de Fibonacci ajusta esas cifras un poco más. En una tendencia fuerte, un retroceso mínimo suele estar alrededor del 38 por ciento, y en una tendencia más débil, el retroceso porcentual máximo es de aproximadamente el 62 por ciento. Los coeficientes de Fibonacci se acercan a 0,618 sólo después de los cuatro primeros números. Los tres primeros ratios son 1/1 (100 por cien), ½ (50 por ciento) y 2/3 (66 por ciento). Muchos estudiosos de Elliott pueden no ser conscientes de que el famoso retroceso del 50 por ciento es en realidad un ratio de Fibonacci, igual que el retroceso de los tercios. Un retroceso completo (del 100 %) de un mercado previamente alcista o bajista, también debería indicar una importante área de apoyo o resistencia.
3.4. Personalidad de las ondas: características de las ondas impulsos y correctivas "La personalidad de cada onda en la secuencia de Elliott es parte integrante del reflejo de la psicología de masas que encarna. La progresión de las emociones de masas del pesimismo al optimismo y vuelta a empezar tiende a seguir un camino similar cada vez, produciendo circunstancias similares en los puntos correspondientes en la estructura de onda". La teoría de Elliott es una forma muy flexible de analizar el mercado, lo que significa que, al estudiar el comportamiento de un mercado durante un determinado período de tiempo, la mayoría de las veces surgen diferentes cuentas de ondas, todas ellas posibles pero no siempre similares, pues podría resultar que implicarán tendencias de fondo totalmente enfrentadas; en este caso, el analista, además de hacer uso de su intuición, deberá estudiar el ciclo en el que queda situado el intervalo temporal objeto de estudio, con el fin de disponer de la mayor cantidad posible de información para determinar cuál de las cuentas de ondas es la correcta. Elliott estableció ciertas reglas a través de las cuales es posible establecer tanto la dirección de la tendencia principal del mercado, cómo determinar cuándo tendrá lugar una vuelta de tendencia.
Pauta de impulso de cinco ondas 1, 2, 3, 4, 5. Cuando surge una pauta 1, 2, 3, 4, 5 alcista o bajista, se produce una fuerte señal en la dirección de la tendencia a largo plazo. Una secuencia creciente de cinco ondas, tras una brusca caída del precio, sugiere subidas adicionales, mientras que una pauta bajista de cinco ondas, tras una escarpada subida de precios, anuncia nuevos descensos. Dentro de una pauta de impulso las ondas 1, 3 y 5 son las ondas de impulso, pues son las que hacen avanzar al mercado en la dirección de la tendencia principal, y las ondas 2 y 4 son las ondas correctivas, pues hacen retroceder al mercado parte de su avance anterior. De las tres ondas de impulso, una de ellas, y sólo una, es generalmente una extensión, y más frecuentemente lo suele ser la onda 3. Las características particulares de las cinco ondas de impulso son las siguientes: ONDA 1 – Suele ser la más corta de todas las ondas de impulso. Esta onda puede ser una pauta de impulso o, muy raramente, un triángulo diagonal. ONDA 2 – Sigue, normalmente muy de cerca el trazo de la onda 1, desandando prácticamente todo el camino recorrido por la misma, pero nunca el final de la onda 2 ni ninguno de sus puntos internos pueden retroceder la totalidad de la onda 1. Con gran frecuencia, la onda 2 corregirá un 38,2, un 50 ó un 61,8 por ciento de la variación de precio experimentada por la onda 1. Normalmente, la onda 2 es un movimiento escarpado que adopta la forma de un zigzag, un doble zigzag o un triple zigzag y, en muy pocas ocasiones, la de un triángulo. ONDA 3 – Es, frecuentemente, la más larga, y nunca puede ser la más corta de las tres ondas de impulso, lo que supone que su final debe superar la extensión de la onda 2. La onda 3 produce, con frecuencia, una variación de precio del 161,8 o 262,8 por ciento de la protagonizada por la onda 1. La onda 3 debe desarrollarse en una pauta de impulso que suele generar el mayor volumen y movimiento de precio, por lo que supone una importante confirmación de la tendencia. ONDA 4 – Si la tendencia es alcista, el suelo de esta onda nunca puede sobrepasar el techo de la onda 1 y, si es bajista, el máximo de esta onda no superará el mínimo marcado por la onda 1; los puntos internos de las ondas 1 y 4 podrían solaparse en un pequeño margen. Sólo se produce una excepción a esta regla en el caso de formaciones triangulares relativamente raras, y en los mercados de mercancías y futuros. La onda 4 no suele ser un movimiento escarpado, sino más bien lateral, al contrario que la onda 2. Es muy frecuente que la onda 4 retroceda aproximadamente un 38,2 por ciento del recorrido de la onda 3 previa. ONDA 5 – Suele ser menos activa que la onda 3, siendo en su desarrollo, precisamente, cuando diferentes indicadores técnicos empiezan a mostrar síntomas de debilidad de la tendencia. La onda 5 puede tomar la forma de una pauta de impulso o de un triángulo diagonal. Considerando sólo los puntos finales de las ondas, la onda 5 debe ser al menos un 38,2 por ciento de la longitud de precio de la onda 4, aunque normalmente la supera en más de un 61 por ciento. Las medidas más probables de la onda 5 son un 61,8, 100 o 161,8 por ciento de la variación de precio de la onda 1, excepto el caso en que la onda 5 es extendida, pues tiende a ser el 161,8 por ciento, aproximadamente, de la distancia existente desde el comienzo de la onda 1 hasta el final de la onda 3. Pauta correctiva de três ondas A, B, C En general, las fases correctivas son más difíciles de interpretar que las de impulso, debido a la gran variedad de pautas correctivas que existen y a que, prácticamente hasta que no se han completado, no se puede saber con seguridad qué tipo de pauta están desarrollando. Así pues, se concede una menor importancia a las características generales de las ondas A, B y C que a las de las ondas de impulso. Ninguna formación A, B, C corregirá nunca totalmente la formación de cinco ondas precedente del mismo grado, es decir, el final de la onda C tiene como límite el suelo de la onda 2 anterior de su mismo ciclo. Las ondas A, B y C tienen las siguientes características: ONDA A – En ocasiones es bastante difícil identificarla, pues los inversores suelen estar convencidos, en el momento en el que se produce, de que se trata sólo de una corrección menor, cuando en realidad supone el comienzo de un nuevo movimiento (bajista si el anterior era alcista, o viceversa). ONDA B – Es, por lo general, técnicamente débil, y suele ir acompañada de poco volumen, lo que confirma la finalización de la anterior tendencia. ONDA C – Al igual que la onda 3, es técnicamente fuerte, descendiendo siempre muy por debajo del suelo de la onda A en un movimiento bajista, o sobrepasando ampliamente el techo de la onda A, si el movimiento es ascendente. Los movimientos en contra de la tendencia se denominan "ondas correctivas" o simplemente "correcciones". Algunas veces, nos referimos a ellos como "consolidaciones". Identificar y ajustar las correcciones en patrones particulares por adelantado es muy complicado. Esto es debido a que los patrones correctivos tienen más variaciones que las ondas impulsivas. En ocasiones una pauta correctiva llega a estar clara sólo retrospectivamente; esto es, cuando se ha completado. La extensión o la profundidad de las correcciones son menos predecibles que las ondas de impulso. Existen varias formas básicas. Éstas son: zigzags, planas, irregulares y triángulos. Estas características sirven como guía en el procedimiento de contar ondas, pues normalmente el mercado no muestra claramente cada uno de sus ciclos de ocho ondas, siendo especialmente complicado predecir qué tipo de pauta correctiva se está desarrollando cuando ésta da comienzo. Las diferentes variaciones que pueden presentar las ondas hacen más difícil saber qué momento de la tendencia se está desarrollando y cuál es la tendencia futura que seguirán los precios.
3.5. Canalización y volumen Canalización Para estudiar correctamente un movimiento del mercado y discernir las diferentes ondas individuales que lo componen, es necesario que dicho movimiento sea canalizado según vaya progresando. Ésta técnica de situar la tendencia entre dos líneas paralelas a medida que se va desarrollando es crucial para encontrar los puntos terminales de las ondas correctivas 2 y 4, así como para determinar el final de una pauta de impulso. Si el movimiento, que se está canalizando, es alcista, la línea principal del canal es la inferior y si es bajista, es la superior. Volumen Elliott no dio demasiada importancia a la relación entre el volumen de contratación en las pautas del principio de onda. Dedujo que el volumen se expande y se contrae siguiendo la tendencia, y que un bajo volumen indica, frecuentemente, una coyuntura crítica del mercado. El volumen suele ayudar a clarificar el carácter de un movimiento, pero cuando el mercado es anormalmente estrecho, las señales de volumen son en ocasiones engañosas. En un movimiento alcista o bajista de cierta importancia, el volumen aumentará durante la formación de las ondas 1, 3 y 5, aunque el volumen de la onda 5 nunca debe superar al de la onda 3, y disminuirá en las ondas 2 y 4. Elliott observó, con respecto a la finalización de una tendencia alcista, que si en un canal de tendencia al alza una onda 5 se aproxima al límite superior de dicho canal con un volumen descendente, podría estar próxima una corrección o tendencia bajista, pues el volumen no está acompañando a la tendencia. Si, por el contrario, la onda 5 se despliega con un volumen igual o mayor al de la onda 3, probablemente se producirá una extensión de la tendencia. En lo referente a las formaciones correctivas, en general, el volumen disminuye gradualmente a medida que se va desarrollando la pauta.
Otros comentarios que hizo Elliott sobre el volumen fueron que: En una tendencia bajista las ondas correctivas 2 y 4 suelen registrar un incremento de volumen. Si, tras un largo descenso, el volumen registra un nuevo mínimo pero el precio no lo hace, se producen las condiciones ideales para que el mercado suba en una poderosa onda Tanto la duración de las ondas, como el volumen que las acompaña, fueron considerados por Elliott como instrumentos auxiliares que facilitan el recuento de ondas y la predicción de movimientos futuros.
3.6. Problemas asociados al principio de la onda de Elliott A pesar de que la Teoría de Elliott abarca un número de pautas de precios suficiente para dar explicación a los diferentes movimientos del mercado, muchos analistas la encuentran insatisfactoria debido a tres razones fundamentales: Desde que esta teoría existe nadie ha sido realmente capaz de explicar su teorema central. Elliott considera la pauta estructural 5-3 como algo implícito en el movimiento del mercado de valores, simplemente por el hecho de que esa relación 5-3 es una ley de la naturaleza. Pero no se ha descubierto aún que dicha formación 5-3 se manifieste de forma regular en ningún otro fenómeno de la naturaleza, con lo cual resulta inexplicable que algo tan básico no tenga análogo. Sin embargo, Elliott consideró que, aunque no se entienda la causa subyacente de un determinado fenómeno, se puede, a través de la observación, predecir la recurrencia de ese fenómeno. La pauta 5-3 se cumple para cada ciclo alcista y bajista, siempre y cuando se incluyan los conceptos de fallos y correcciones irregulares. De otra forma, no quedaría clara la integridad del teorema central de esta teoría, basado en movimientos de impulso de cinco ondas corregidos por movimientos de tres ondas, pues en muchas situaciones reales no resulta tan evidente dónde termina el impulso y dónde comienza la corrección. Aplicar el principio de onda de Elliott adecuadamente bajo todo tipo de circunstancias requiere la aplicación de una lista casi interminable de criterios específicos para situaciones particulares. La complejidad en la aplicación de la teoría de Elliott hace imposible, con frecuencia, establecer una predicción única para los precios del mercado. La existencia de variaciones en las ondas, sobre todo en lo que se refiere a extensiones y correcciones complejas, convierte el procedimiento de contar ondas en algo subjetivo que, aunque permite descartar determinadas alternativas, dificulta en gran medida la precisión a la hora de predecir el movimiento de mercado.
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