La historia moderna (textil, ferrocarril, electricidad, motor de combustión interna..) han ido acompañadas de ciclos de profunda reestructuración de las relaciones sociales y de producción.
El panorama actual no es exclusivo de la sociedad de nuestro tiempo. Lo novedoso es que nunca una nueva tecnología había tenido repercusiones tan fuertes sobre la estructura social.
Nos enfrentamos a la tecnología como una nueva realidad dinámica y globalizada de la actividad individual y colectiva del hombre actual.
De ahí que muchos historiadores y sociólogos hablan de que estamos en una nueva sociedad, distinta de la sociedad industrial. Se la suele llamar sociedad de la información o sociedad postindustrial.
Las innovaciones científicas y tecnológicas que desde finales de los años 60 se han ido sucediendo, nos han permitido llegar al nivel de desarrollo tecnológico actual.
El fundamento científico de este nuevo paradigma lo constituye la microelectrónica, que se ha ido desarrollando mediante los descubrimientos del transistor (1947), el circuito integrado(1957) y el microprocesador (1971), entre otros.
Los computadores, ayudados por los aumentos de su potencia y por la reducción del precio de coste por unidad, fueron capaces de revolucionar el procesamiento de la información.
Las telecomunicaciones fueron el sector clave de la economía que permitió a las nuevas tecnologías su aprovechamiento y desarrollo.
Todas estas innovaciones tecnológicas toman cuerpo en un sistema social, económico, político y cultural determinado: la sociedad de la información, sociedad post industrial, tercera revolución industrial, distintas formas de llamar a la última etapa conocida del sistema económico capitalista.