La actividad tecnológica ha existido siempre junto a la presencia del hombre sobre la Tierra. Incluso en la prehistoria, las distintas etapas cronológicas se nombran en función de la tecnología que dominaban aquellas sociedades y del tipo de técnica con que aquéllos hombres fabricaban sus utensilios y herramientas de trabajo. : Edad de la Piedra, Edad del Bronce, Edad del Hierro, etc.,
¿Qué ha sucedido en el tiempo presente para que la tecnología envuelva y dinamice de manera tan determinante a toda la sociedad humana?
Lo que realmente está ocurriendo es que las tecnologías actuales, al ser dinamizadas por el tratamiento automático de la información como denominador común, hacen que los avances en una tecnología determinada repercuten enormemente en las capacidades de avance de todas las demás tecnologías y, a través de ellas, en todas las dimensiones de la sociedad.
Una imagen muy gráfica de la aceleración histórica que ha adquirido nuestra sociedad debido al desarrollo de la tecnología actual la podemos tener si, como sugiere Alfonso Gago, consideramos toda la historia del hombre sobre la tierra condensada en el periodo de un mes de treinta días.
Pues bien, de ese mes, 29 días y 22 horas y media lo ocuparía la era pretecnológica del hombre, en la que los colectivos humanos son nómadas y no producen asentamientos ni siquiera para cultivar la tierra.
De la hora y media que resta de nuestro mes, la etapa de la civilización agrícola ocuparía todo el tiempo menos un minuto y medio, momento en que comienza la civilización industrial con el desarrollo del maquinismo, el capitalismo y el nacimiento, maduración y decadencia del movimiento obrero.
La etapa postindustrial o de las tecnologías de la información ocuparía tan sólo catorce segundos de este mes condensado.
Estos catorce segundos han introducido en la sociedad humana una transformación estructural enormemente significativa en comparación con el resto de la historia anterior.
En épocas anteriores a la nuestra, se precisaba mucho más tiempo para introducir cambios de esta envergadura en las estructuras económicas, políticas y sociales.
La revolución tecnológica actual ha conseguido alterar no sólo la sensación del paso del tiempo, que ahora es mucho mayor que en otras épocas, sino que también ha cambiado el alcance de las transformaciones.
La perspectiva histórica, en el análisis de las nuevas tecnologías, nos permite encontrar claves de interpretación a los constantes cambios en los que nos vemos involucrados.
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