¿Qué entendemos por nueva economía
también denominada e-commerce? No es más que las prácticas, conocidas por
todos, de la compra/venta o transacciones comerciales realizadas a través de
redes informáticas. Internet ha dejado de ser una tendencia de futuro y es ya
una realidad más que palpable (no de forma literal obviamente). Aunque en
nuestro país todavía hay quien piensa que la comunicación global interactiva y
multimedia no va con ellos.
Como ya anunciaron Downes y Mui en
su Ley de la fractura, "los sistemas sociales, políticos y económicos
cambian de forma incremental; la tecnología lo hace de modo exponencial a causa
de lo que anunciaron Moore y Metcalfe". Con la aparición de Internet, esta
ley cambiará cada vez con mayor fuerza y más velocidad sectores completos de la
economía y las empresas: muchas actividades de intermediación tienen un futuro
bastante dudoso tal y como las conocemos. ¿Qué ocurrirá en el sector
inmobiliario, la venta de seguros, la venta de coches, etc.?
Según el economista y Premio Nobel
(1991) Ronald Coase, una empresa no debe absorber internamente actividades o
procesos cuyo coste en el mercado sea menor al de generarlos dentro de la misma
para mantenerse rentable. Es evidente que la tecnología que tenemos a nuestro
alcance (Internet) está limando los costes de transacción del mercado en sí, no
sólo de las empresas: más Internet, menos costes de transacción, mercados más
eficientes y más baratos. Todo esto nos conduce a un menor margen de intermediación.
De todo esto se deduce que a medida
que los costes de transacción en mercado abierto se reducen, el tamaño de la
empresa también se hace menor, y esto produce, teniendo una visión futurista no
demasiado lejana, que comencemos a pensar en las "organizaciones
virtuales" de manera seria dejando atrás el concepto de entidad física,
porque seguramente sea lo que nos rodee en unos pocos años.
En resumen, la Ley de Moore y la Ley
de Metcalfe actúan sobre los "costes de transacción" (Coase) y provocan
un cambio rápido, incluso radical (Ley de la ruptura de Downes y Mui). Si lo analizamos
desde el punto de vista que nos ocupa, "los desarrollos devastadores no
solamente reducen los costes de transacción de casi todos los productos y
servicios sino que se manifiestan en el mercado abierto mucho más rápidamente
de lo que lo hacen las empresas".
En España existen mucho sectores en
donde los protagonistas de la economía tradicional no se han preparado para el
e-commerce y esto es una gran irresponsabilidad por su parte, aunque también
una gran oportunidad para las empresas "no líderes" de situarse a la
cabecera en esta nueva aventura.
Poco a poco veremos una
"mudanza" de las empresas a este nuevo mundo invisible, en el que cada
vez estará más difusa la frontera que separa lo que está dentro y fuera de la
empresa. Es por eso que resulta fundamental que tanto el conocimiento que
reside en cada empresa como su propiedad intelectual se encuentren protegidos
correctamente: apostar por los activos de información.