miércoles, 12 de julio de 2023

Hipnosis para Principiantes William W. Hewitt

Hipnosis para Principiantes  

William W. Hewitt  

Introducción  

Un viaje a la playa  

Imagina que estás sentado en una gran roca y que el mar está a unos seis metros  por debajo de ti... presta atención al rugido del océano al golpear contra las rocas...  olfatea el aire salado... escucha las gaviotas... descubre el sendero que va hacia la  playa... baja por él... quítate los zapatos y camina con tus pies desnudos sobre la  cálida arena en dirección al mar... deja que el tibio mar meje los dedos de tus  pies... agáchate y escribe “Te quiero” y los nombres de las personas que son  especiales para ti... observa cómo las olas se llevan tu mensaje hacia el mar. Ahora  sabes que tu mensaje ha sido entregado.  

  1. Ésta es sólo una de las diversas técnicas de visualización que aprenderéis con este  libro. Al aquietar vuestra mente y aprender a sumiros en un estado hipnótico  lograréis visualizar ese yo con el que siempre habéis soñado... ¡y hacerlo realidad!  La hipnosis es mucho más que un conjunto de palabras empleado en una técnica de  relajación. Es una forma de disfrutar al máximo de la vida... un método para crear  la realidad que cada uno desea forjar para el momento actual y para el futuro.  Hipnosis para principiantes es un alimento para vuestra alma. No sólo os alimentará  un solo día, sino que os enseñará a pescar para que seáis capaces de alimentaros  durante toda la vida.  

  2. La hipnosis es semejante a la ensoñación diurna, durante la cual vuestro estado  de consciencia se altera hasta alcanzar la zona de frecuencia alfa y os entregáis a  vuestras fantasías. Durante la hipnosis permanecéis todo el tiempo, conscientes  pero abstraídos de las distracciones exteriores. La ensoñación diurna es un  fenómeno perfectamente normal, sano y seguro al que todos nos entregamos con  cierta frecuencia. En ocasiones, el sueño diurno está tan intensamente orientado hacia un objetivo que es posible llegar a materializarlo de una forma espontánea y  sin una intención premeditada.  

  3. La hipnosis es una técnica que permite alcanzar deliberadamente ese estado  alterado de consciencia —que es la ensoñación diurna—y dirigir vuestra atención a  determinadas metas con el fin de materializarlas. Como el sueño diurno, la hipnosis  es un fenómeno absolutamente normal, seguro y saludable. En ambos fenómenos  estaréis conscientes, aunque apartados de las distracciones exteriores; la mente se  ajusta a la frecuencia alfa; la diferencia es que en la hipnosis la mente no está  orientada a las fantasías, sino a la consecución de determinados objetivos como,  por ejemplo, dejar de fumar, hacer una dieta, mejorar la autoimagen, dominar  miedos y fobias, mejorar la memoria—la lista es interminable.  

  4. Cuando hayáis terminado de leer Hipnosis para principiantes, habréis aprendido a  hipnotizar a otras personas o a vosotros mismos, con el fin de conseguir objetivos  positivos y de gran utilidad. A lo largo de este libro expondremos paso por paso  todas las técnicas de la hipnosis, así como también ejemplos de casos que ilustran  los temas específicos con el fin de que no tengáis dudas sobre la forma de proceder.  Incluso aprenderéis a modificar las técnicas explicadas para desarrollar vuestros  propios métodos.  

  5. Si vuestro interés por la hipnosis está motivado por un deseo de «enriqueceros  rápidamente» o por la intención de ejercer control sobre los demás, será mejor que  lo olvidéis. ¡No funcionará! No encontraréis dichos procedimientos en este libro. Sin  embargo, si deseáis ampliar vuestra consciencia, volver a moldear vuestra vida o la  vida de otras personas con el fin de enriquecerla, e inspirados por un espíritu de  hermandad y de amor, entonces seguid adelante.  

  6. La hipnosis es en la actualidad uno de los instrumentos más valiosos para  enriquecer la vida. Mediante la hipnosis se pueden eliminar hábitos perjudiciales,  crear hábitos positivos y abordar de una forma constructiva cualquier tipo de  problemas con el propósito de resolverlos. Es posible infundir felicidad para sustituir  la desdicha.  

  7. Si todo esto es cierto, entonces todo el mundo debería ocuparse de autohipnotizarse  diariamente. Las razones para que esto no ocurra es la falta de educación y de  conocimiento. La mayoría de la gente carece de información o está mal informada sobre la hipnosis. En muy pocos lugares se ofrece información sobre el tema; no se  enseña en los colegios públicos y sólo unas pocas universidades ofrecen cursillos  sobre la hipnosis (y además la mayoría son superficiales). Algunas escuelas  comerciales ofrecen cursos sobre hipnosis, aunque en general a un precio bastante  elevado.  

  8. Hipnosis para principiantes incluye mis veinticinco años de práctica y experiencia  personal presentados de una forma simple, clara y detallada. Se trata de un libro  didáctico que comienza por el nivel elemental, y en él he incluido todo lo que es  necesario saber para dominar las técnicas de la hipnosis y de la autohipnosis. Aquí  se encuentra toda la información que precisan todos aquellos que desean avanzar  en su crecimiento personal, quienes deseen consagrar todo su tiempo a esta  profesión o dedicar, solamente media jornada laboral a esta actividad, aquellos cuyo  objetivo sea ayudar a los demás y los que quieran desarrollar sus propias técnicas  hipnóticas.  

  9. También encontraréis dos suplementos. El primero es una sección que os enseñará  a regresar a una época anterior de vuestra vida actual así como también a vidas  anteriores. El segundo es que este libro os permitirá acercaros a la autohipnosis  como una puerta gracias a la cual es posible acceder al reino de la experiencia  psíquica.  

  10. Para comprender este libro y dominar la hipnosis, sólo es necesario tener una  inteligencia media y saber leer. ¡Eso es todo! No se requiere ningún título  universitario ni un diploma de enseñanza secundaria. No es preciso tener una  inteligencia superior. De hecho, este libro os enseñará a desarrollar vuestra  inteligencia superior.  

  11. Hipnosis para principiantes elimina el velo de misterio y de ignorancia que ha  ocultado la hipnosis durante siglos. El resultado es una simple y natural habilidad  para influir en los demás que enriquece la vida de aquellos que la practican.  Ningún otro libro aborda el problema de la hipnosis explicando los procedimientos  específicos en profundidad y con un espíritu humanitario.  

Mis experiencias  

Durante veinticinco años he practicado la hipnosis y he hipnotizado a cientos de personas en todas las situaciones concebibles. Cuando comencé, dedicaba media  jornada por las tardes y los fines de semana a esta actividad sin cobrar a mis  pacientes, ya que estaba aprendiendo, y de esta forma podía mejorar mis  conocimientos; durante esos años, me ganaba la vida como escritor técnico.  

  1. Soy una persona altruista, y la hipnosis me dio la oportunidad de ayudar a los  demás.  

  2. En 1976 tenía tanta demanda en la consulta que decidí dedicarme completamente a  la hipnosis. En esa época cobraba 25 dólares la sesión, lo que significaba entre 10 y  25 dólares menos de lo que cobraban otros hipnotizadores. (Rechazo fanáticamente  la codicia, y esto explica que mis honorarios sean razonables.) En cualquier caso, a  pesar de los elevados gastos que tenía (renta, publicidad y cuentas de teléfono),  creo que hice lo correcto.  

  3. Hubo dos acontecimientos separados por unos pocos meses que arruinaron el  mercado de la hipnosis en la zona donde yo trabajaba. Dos hipnotizadores (uno de  ellos médico y el otro psicólogo) fueron denunciados, pero los dos casos no tenían  relación alguna entre sí. El médico fue declarado culpable de un mal uso masivo y  flagrante de la hipnosis en función de un enriquecimiento personal y en detrimento  de sus pacientes. Se le retiró la licencia médica pero no fue condenado a prisión.  

  4. En el caso del psicólogo, me ocupé personalmente de presentar los primeros cargos  contra él en la oficina del abogado general del estado. La investigación reveló que  yo sólo había observado la punta de un inmenso iceberg. Fue sentenciado a ocho  años de prisión.  

  5. Los medios, de comunicación se ocuparon masivamente de estos dos casos, y todos  los hipnotizadores fueron descalificados; como consecuencia resultó imposible  ganarse la vida durante algún tiempo.  

  6. Volví a dedicarme a escribir sobre temas técnicos para poder vivir mientras  practicaba la hipnosis como una actividad complementaria. En 1992 decidí retirarme  (casi totalmente) y dedicar todo mi tiempo a escribir y a dar algún taller ocasional  sobre el desarrollo psíquico; practicaba la hipnosis en casos muy especiales y  viajaba frecuentemente por placer.  

Mi objetivo 

Mi objetivo al escribir este libro es presentar la hipnosis como una práctica honrada  y beneficiosa. Si se practica la autohipnosis a solas en una habitación o con una  persona amada o un amigo o amiga, los beneficios pueden ser enormes. Cuando  marido y mujer practican la hipnosis con un mismo objetivo, pueden compartir un  amor, una comprensión y una armonía que nunca antes hubieran creído posible. Por  medio de la autohipnosis os acercáis a vuestro ser superior y, a través de él, a  todos los demás; en verdad no existen aspectos negativos en la hipnosis. Si nos aproximamos a ella con integridad, obtendremos resultados muy ventajosos.  

  1. Este libro está dividido en tres partes. En la Parte Primera descubriréis qué es la  hipnosis, cómo funciona y cómo podéis dominar el arte de la hipnosis. El capítulo 1  se ocupa del tema de la hipnosis en general. Allí encontraréis algunos mitos  desprestigiados sobre la hipnosis, algunas indicaciones de lo que se debe y lo que  no se debe hacer y ciertos consejos para la entrevista inicial con un paciente. En los  capítulos 2 a 6 se exponen seis sesiones consecutivas de hipnosis exactamente  como las he realizado con un paciente cuyo objetivo era controlar su dieta. Se  indican en detalle todos los procedimientos reales con el fin de que podáis  utilizarlos. (He elegido el ejemplo del control de la dieta porque en él se utilizan la  mayoría de los procedimientos que es necesario conocer y también porque se trata  de un tema muy popular.)  

  2. En la Parte II aprenderás a practicar la regresión. En el capítulo 7 se explica cómo  utilizar la hipnosis para lograr que otras personas regresen a una etapa pasada de  su vida actual o a una vida anterior. Se incluye el procedimiento que he utilizado  con éxito.  

  3. En la Parte III encontraréis las aplicaciones prácticas y una gran variedad de  información complementaria. El capítulo 8 trata del uso de la hipnosis con niños y  con un grupo de personas y también de la hipnosis como espectáculo teatral. El  capítulo 9 es una recopilación de casos que se agregan a los ofrecidos en otros  capítulos. Los casos seleccionados ilustran temas específicos sobre la hipnosis. El  capítulo 10 contiene ejercicios adicionales de hipnosis para lograr determinados  objetivos y con ellos se pretende complementar los ejercicios explicados en otros  capítulos.  

  4. El capítulo 11 trata exclusivamente de la autohipnosis y explica cómo realizarla con 

  5. el fin de alcanzar prácticamente cualquier objetivo, ya sea material, espiritual, de  curación de heridas y de enfermedades o de modificación de hábitos. Este capítulo  amplía la información previamente ofrecida.  

  6. El capítulo 12 contiene instrucciones detalladas para un amplio espectro de  aplicaciones prácticas cotidianas.  

  7. El capítulo 13 contiene un resumen y se ocupa brevemente de algo que está más  allá de la hipnosis: el área de los fenómenos psíquicos.  

Los ejercicios  

Cada sesión de los capítulos 2 a 6 contiene ejercicios que se nombran con letras o  con una combinación de un número y una letra. (Dichas letras o combinaciones no  se deben pronunciar en voz alta; sólo sirven para registrar los ejercicios grabados).  El sistema de numeración no tiene un significado especial y es fácil de identificar.  

  1. Cuando comencé a crear los ejercicios hace ya varios años, utilicé las letras del  alfabeto para clasificarlos y luego tuve que incorporar los números. Era mi sistema  para organizar mi trabajo. Finalmente, eliminé algunos ejercicios y combiné otros;  los que aparecen en este libro son únicamente los que utilizo en mi consulta. Os  recomiendo que apuntéis cada ejercicio en una hoja de papel o en una tarjeta de 12  x 8 centímetros para que podáis ordenarlos de diferente forma de acuerdo con el fin  propuesto. Como tendréis ocasión de comprobar, al finalizar la lectura de este libro  seréis capaces de crear procedimientos especiales ordenando los diferentes  ejercicios en el orden deseado.  

  2. La letra negrita indica las palabras que se deben pronunciar en voz alta. Sería  bueno memorizar estas palabras, pero es igualmente correcto leerlas. Inicialmente,  deberíais memorizar el ejercicio A (véase el capítulo 2). Es un ejercicio breve, y  cuando el paciente advierta que lo sabéis de memoria, confiará más en vosotros.  Durante el ejercicio A, debéis pedir al sujeto que cierre los ojos de modo que desde  ese momento ya no tendrá forma de saber si estáis leyendo o si tenéis  memorizadas las palabras. De cualquier modo, leer—o no leer— realmente no tiene  demasiada importancia. Después de haberlo practicado durante un tiempo, seréis  capaces de memorizarlo y de esta forma os sentiréis más seguros. 

Definición de términos  

A continuación ofrecemos las definiciones de diversos términos utilizados a lo largo  de este libro.  

  1. Operador: El hipnotizador, es decir la persona que realiza los ejercicios de  hipnosis.  

  2. Sujeto: La persona hipnotizada; también nombrado como el paciente.  Género: Si el texto se refiere a un caso específico, utilizo el género adecuado (él o  ella). Si el texto no hace referencia a un caso determinado, utilizo el género  femenino. Ocasionalmente utilizo «él o ella» para indicar que cualquiera de los  géneros es aplicable; pero incluso cuando empleo el género femenino, la situación  podría también aplicarse a un hombre. La razón por la cual utilizo el género  femenino es porque el 90 por 100 de mis pacientes han sido mujeres. Ateniéndome  a mi propia experiencia, debo decir que considero que las mujeres han sido más  abiertas de mente y más receptivas a la hipnosis que los hombres. 

Capítulo 1: Cómo convertirse en un hipnotizador  

CUALQUIER PERSONA puede aprender rápida y fácilmente las técnicas necesarias  para convertirse en un hipnotizador. De cualquier forma, para llegar a ser un buen  hipnotizador se requiere ser íntegro, honrado y consagrarse a dicha actividad con  fines humanitarios. En el caso de tener todas estas cualidades, lo único que usted  necesita es memorizar las técnicas y luego práctica, práctica y más práctica para  seguir aprendiendo cada vez que practique la hipnosis. Después de haber practicado  y aprendido mucho, usted podrá considerarse un hipnotizador.  

¿QUÉ ES LA HIPNOSIS?  

La hipnosis es semejante al estado de ensoñación diurna, en el cual la mente  consciente se aquieta o permanece pasiva. Mediante su práctica, el hipnotizador  sugestiona la poderosa mente subconsciente del sujeto.  

  1. Vamos a examinar de forma rápida y de un modo ligeramente técnico cómo  funciona el cerebro. Su actividad se realiza en ciclos de frecuencia medibles que  corresponden a ciertos tipos de actividad.  

  2. En 1929 Hans Berger utilizó un aparato de EEG (electroencefalograma) para  descubrir que cuando los ojos de una persona estaban cerrados, el cerebro  generaba ondas regulares en una serie de 8 a 12 ciclos por segundo (cps). A estas  ondas las denominó ondas alfa. Posteriormente fueron descubiertos otros tipos de  ondas cerebrales a las que se denominó, teta, beta y delta. Estas ondas cerebrales  se corresponden con diversas funciones mentales, incluyendo la hipnosis y la  experiencia psíquica. Los expertos coinciden en la clasificación de estas ondas y de  su objetivo, pero están en desacuerdo en lo que respecta a los límites exactos de  cada tipo de onda. Un experto puede definir una onda alfa entre los 8 y los 12 cps,  en tanto otro puede afirmar que se encuentra entre los 7 y los 14 cps, y así  sucesivamente. Los cuatro párrafos que presentamos a continuación nos ofrecen un  consenso general en relación con estas ondas cerebrales.  

  3. Delta. La gama de frecuencia de la actividad cerebral en delta abarca desde O hasta  aproximadamente 4 cps. Es totalmente inconsciente. No se tienen muchos conocimientos sobre la gama delta.  

  4. Teta. La gama de frecuencia en teta es desde aproximadamente 4 a 7 cps. Teta  forma parte de la gama subconsciente, y en ocasiones la hipnosis tiene lugar en  esta zona. Según parece, todas nuestras experiencias emocionales se registran en  esta onda. Teta es ese estado especial que abre la puerta de la consciencia más allá  de la hipnosis hacia el mundo de los fenómenos psíquicos. La experiencia psíquica  generalmente tiene lugar en teta (véase el capítulo 5).  

  5. Alfa. La gama de frecuencia en alfa es de aproximadamente 7 a 14 cps.  Generalmente se considera que alfa es la zona subconsciente. En ella tienen lugar el  sueño, la ensoñación diurna y prácticamente toda la hipnosis. La meditación y  también la experiencia psíquica ocurren principalmente en alfa (aunque en estado  de meditación ocasionalmente se llega hasta teta). Alfa es una región muy  importante en lo que se refiere a la hipnosis.  

  6. Beta. Es la zona consciente de la mente con gamas de frecuencia a partir de los 14  cps. Beta es donde tiene lugar nuestro razonamiento y conduce la mayor parte de  nuestras ocupaciones cuando estamos despiertos. Casi toda nuestra actividad se  desarrolla principalmente a unos 20 cps. A aproximadamente 60 cps, una persona  se encuentra en un estado de histeria agudo. Por encima de los 60 cps ignoro qué  es lo que podría ocurrir, pero sospecho que no sería en absoluto placentero.  

  7. Cuando nos vamos a dormir, nuestro cerebro desciende automáticamente de la  gama de beta a la de alfa y luego, durante breves períodos, pasa a teta y a delta.  La mayor parte del sueño transcurre en alfa. La hipnosis se aprovecha de este  fenómeno natural: logra que la actividad cerebral descienda a la gama alfa sin que  la persona hipnotizada esté dormida. En alfa, la mente subconsciente está abierta a  la sugestión.  

  8. La mente consciente no acepta fácilmente la sugestión. Es útil para razonar y  pensar, y también para poner en acción todo aquello que conoce. Sin embargo, la  mente subconsciente es como un esclavo obediente. No piensa ni razona, sólo  responde a lo que se le dice. En esto reside el valor y el poder de la hipnosis, ya que  por medio de ella es posible hacer llegar la sugestión directamente al subconsciente  que las acepta y las convierte en realidad. En parte, la mente subconsciente informa  a la mente consciente que existe nueva información y que es preciso actuar de acuerdo con ella. La mente consciente es proclive a actuar de acuerdo con sus  contenidos, de manera que asume la nueva información y actúa en consecuencia.  Aunque nadie comprende realmente por qué razón la hipnosis es efectiva y la mente  subconsciente responde, sabemos que la técnica funciona—y además funciona bien.  

Sugestiones  

En otros capítulos encontraréis las indicaciones que se emplean en la hipnosis. De  momento, solo es preciso saber que es extremadamente importante que sean  positivas, constructivas y que proporcionen beneficios. Esto se debe a que la mente  subconsciente ignora la diferencia entre una sugerencia positiva y una negativa. La  mente subconsciente simplemente acepta lo que se le ofrece y luego actúa en  conformidad con ello.  

  1. Es necesario ser muy cuidadoso con las palabras utilizadas durante el proceso de  sugestión. Un hombre utilizaba cientos de veces al día una palabra de uso vulgar  que consta de cuatro letras y cuyo significado es similar a defecar. Finalmente,  convenció a su subconsciente de que deseaba defecar, y el resultado fue una  diarrea crónica. Las palabras son muy poderosas, y la mente subconsciente las  acepta literalmente.  

Mitos.-  

Existen demasiadas equivocaciones con respecto a la hipnosis, muchas de las cuales  han sido difundidas por películas que tratan de personas convertidas en zombis por  una persona extremadamente poderosa que exclama: « ¡Mírame a los ojos!» Esto  puede resultar interesante, pero es mera ficción y no tiene ninguna relación con la  verdad. A continuación expondremos algunos de los mitos más comunes y los  explicaremos.  

  1. Un hipnotizador tiene poderes mágicos. Esto es absolutamente falso. Un  hipnotizador es un ser humano normal y corriente que se ha preparado para utilizar  el poder de la sugestión con el fin de provocar determinados resultados deseados  por la persona hipnotizada. 

  2. Una persona a la que se hipnotiza puede hacer cosas en contra de su  voluntad. Completamente falso. En primer lugar, nadie puede ser hipnotizado en  contra de su voluntad. Es indispensable que el sujeto desee cooperar. En segundo  lugar, ninguna persona a quien se haya hipnotizado puede ser obligada a hacer algo  que no haría en estado normal. Durante la hipnosis, el sujeto puede aceptar o  rechazar cualquier orden sugerida. Si lo que propone el hipnotizador perturba al  sujeto, con toda probabilidad éste rápidamente abandonará el estado hipnótico.  

  3. Sólo es posible hipnotizar a las personas de mente débil. En verdad sucede lo  contrario. Cuanto más inteligente sea una persona, más sencillo será hipnotizarla.  De hecho, en ciertos casos de debilidad mental es absolutamente imposible  practicar la hipnosis. Es posible hipnotizar prácticamente a todos aquellos que  desean ser hipnotizados. Solamente el 1 por 100 de la población no puede ser  hipnotizado debido a deficiencias mentales o a otras razones que escapan a nuestra  comprensión.  

  4. Una persona hipnotizada está en trance o inconsciente. Absolutamente falso.  Un sujeto sometido a la hipnosis está despierto y consciente: extremadamente  consciente. Lo que sucede es que simplemente ha centrado su atención donde le ha  indicado el hipnotizador y se ha abstraído de todo lo demás.  

  5. Cualquiera puede permanecer en estado hipnótico eternamente. Esto es  completamente falso. Incluso suponiendo que el hipnotizador muriera después de  hipnotizar al sujeto, éste abandonaría el estado hipnótico con facilidad, ya sea  cayendo en un sueño breve y luego despertándose normalmente o abriendo los ojos  al no escuchar durante un rato la voz del hipnotizador.  

  6. Para obtener resultados positivos es preciso un estado de hipnosis  profunda. No es verdad. Cualquier nivel de hipnosis puede ofrecer buenos  resultados.  

  7. Estado hipnótico. Cualquier persona sometida a hipnosis está muy consciente de dónde se encuentra  y de lo que está ocurriendo. El sujeto escucha todo lo que sucede mientras está  inmerso en un estado parecido al sueño diurno, profundamente relajado. A menudo  siente el cuerpo entumecido o no tiene consciencia de tener cuerpo.  

  8. Autohipnosis. Es posible autohipnotizarse. Muchas personas lo hacen diariamente para impartirse  órdenes constructivas. Es mucho más sencillo autohipnotizarse si ya se ha pasado  por la experiencia de haber sido hipnotizado por otra persona y haber recibido las  instrucciones para hacerlo. Por medio de este libro aprenderéis a hipnotizar a otras  personas pero con las mismas instrucciones aprenderéis a autohipnotizaros. Si  trabajáis con alguien que os hipnotice, aceleraréis el propaso de aprendizaje de la  autohipnosis.  

LA HIPNOSIS COMO PROFESIÓN  

Si estáis interesados en hacer de la hipnosis una profesión o una actividad  complementaria, en la siguiente sección encontraréis algunos temas a tener en  cuenta además del contenido del resto del libro.  

Se debe disponer de:  

Un despacho silencioso con un mínimo de tres asientos. Una silla para el  hipnotizador, un sofá para el sujeto y otra silla (del tipo que se desee) para una  tercera persona ya que los pacientes generalmente llegan acompañados. Si se  utiliza una habitación en el domicilio propio, se ahorrará dinero. Si se alquila una  oficina, ésta debe ser silenciosa, tener un amplio aparcamiento y un fácil acceso  desde cualquier punto de la ciudad.  

Un escritorio o mesa para escribir.  

Una grabadora y cintas vírgenes.  

Papel, carpetas y ficheros.  

Las instrucciones impresas para la autohipnosis (véase el capítulo 3). 

Las dietas impresas (véase el capítulo 3).  

Dos estilográficas con linterna con pilas nuevas. Son necesarias únicamente  en el caso de que se desee leer los procedimientos de inducción hipnótica y la  iluminación de la habitación no sea suficiente.  

Una tarjeta de 15 x 15 centímetros (tamaño aproximado) con un gran punto  rojo dibujado en ella (véase el capítulo 3).  

Todos los ejercicios de hipnosis mecanografiados y guardados en un sitio de fácil  acceso para el caso de que se produzca una laguna en la memoria. Aun después de  haber aprendido de memoria todos los ejercicios, solía imprimirlos en unas tarjetas  de aproximadamente 10 x 15 centímetros (una tarjeta para cada ejercicio) como  medida de seguridad. Si no se desea mecanografiar los ejercicios, es posible  comprar otros dos libros y recortar las páginas correspondientes, pegándolas luego  en las tarjetas. Serán necesarios dos libros más, ya que muchos de los ejercicios se  han impreso en ambas caras de una misma página. El gasto mínimo que supone  comprar dos libros más elimina la incomodidad de tener que copiar todos los  ejercicios.  

Dos formularios impresos que deben ser firmados por el paciente atestiguando que  conocen la naturaleza de la hipnosis, que se someten a ella por voluntad propia y  que el hipnotizador está libre de cualquier responsabilidad. Debéis consultar con  vuestro abogado los términos reales de dicho formulario.  

Tarjetas comerciales. Teléfono.  

Un/a recepcionista con un despacho independiente o un contestador telefónico con  el fin de no interrumpir las sesiones.  

Gastos.-  

Alquiler (a menos que trabajéis en vuestra propia casa).  

Publicidad. La publicidad es cara, pero necesaria en cierto grado. Un anuncio (quizá  de un tamaño aproximado de 7,5 x 10 centímetros) en el periódico del domingo  será suficiente. Con un contrato a largo plazo, será posible conseguir un precio más  bajo. Es ineludible un pequeño anuncio en las páginas amarillas de la guía de  teléfonos. Un 70 por 100 de mis pacientes llegaron a través de este medio; un 20 

por l00 de la transmisión boca a boca, y el 10% restante por medio del periódico.  Aceptad cualquier invitación para hablar sobre la hipnosis, incluso reuniones en  clubes locales, escuelas secundarias o universidades y también reuniones de  amigos, ya que representan una excelente publicidad.  

Honorarios.-  

Cuando me retiré en el año 1992, mis honorarios eran de 50 dólares por sesión  (cada sesión dura entre 30 minutos y una hora). No prolongo la sesión más de una  hora porque lo encuentro contraproducente para el paciente. Los honorarios  incluyen la consulta previa y la consulta posterior a la hipnosis, una cinta donde he  grabado una de las sesiones (normalmente la sesión número 5) y la información  para la autohipnosis. Si tengo que desplazarme, cobro una suma modesta en  concepto del tiempo de traslado y de la gasolina si el domicilio del paciente dista  más de 8 ó 9 kilómetros de donde me encuentro.  

En algunas zonas del país (incluso en las grandes áreas metropolitanas) es  razonable cobrar entre 50 y 100 dólares por sesión. Para ciudades pequeñas o  zonas rurales es más adecuado cobrar entre 20 y 40 dólares. Será preciso que  evaluéis vuestra situación para establecer vuestros propios honorarios.  

Mi filosofía es que se debe cobrar lo necesario para cubrir gastos y obtener una  retribución que se ajuste al tiempo empleado y a la experiencia del hipnotizador.  Debéis tratar de ofrecer el paciente el menor número de sesiones posibles para  alcanzar el objetivo deseado. Yo nunca he visto a un paciente más de seis veces, ya  que deseo que sea independiente y capaz de resolver sus problemas por sí mismo.  A partir de la segunda sesión enseño a los pacientes a practicar la autohipnosis para  que dispongan de los recursos necesarios para resolver sus problemas con la misma  efectividad que lo haría yo. Os recomiendo la misma estrategia en vuestra práctica.  No seáis codiciosos; debéis pensar, en primer lugar, en las necesidades de los  pacientes. De este modo trabajaréis correctamente.  

Os recomiendo muy especialmente que solicitéis el pago de la sesión por  adelantado, ya que una vez concluida no habrá forma de cobrar si el paciente  decide no pagar u os entrega un talón en descubierto. También es posible ofrecer  un incentivo para esta condición de pago por anticipado, por ejemplo que paguen 

cinco sesiones en la primera consulta y se beneficien de una sexta sesión gratuita.  

CÓMO PRACTICAR LA HIPNOSIS  

En primer lugar, debéis memorizar los ejercicios o, en su defecto, tenerlos a mano  para poder leerlos fácilmente. Luego es necesario tener en cuenta una serie de  situaciones, incluyendo el tono de voz y el ritmo del discurso; la posición del sujeto  y la vuestra; el ambiente (incluyendo la iluminación, el ruido y los sonidos de  fondo); la grabación de las sesiones; la utilización de un equipo exterior; la  observación del paciente y, finalmente, la comprobación de los resultados.  

Tono de vez y ritmo del discurso.-  

Utilizad vuestro propio tono de voz. Esto puede parecer una afirmación fútil pero no  lo es. He observado que muchos hipnotizadores principiantes alteran  deliberadamente su vez durante las sesiones con el propósito de conseguir más  resonancia, más profundidad y cierta teatralidad. Esto es una tontería; utilizad  vuestra voz normal. Obviamente es una ventaja tener una voz melodiosa y de gran  resonancia, pero no es fundamental. Es mucho más importante saber lo que se está  haciendo y tener una buena relación con el paciente.  

Sin embargo, es necesario practicar el ritmo del discurso, ya que éste debe ser lo  suficientemente lento como para ofrecer al sujeto el tiempo necesario para  responder a vuestras directivas y lo suficientemente rápido como para retener su  atención e interés. Si el ritmo es demasiado lento, la mente del paciente puede  desviarse hacia otros pensamientos, y es preciso lograr que preste atención a  vuestra voz. La experiencia os ayudará a encontrar el ritmo adecuado.  

Una pausa de dos a cinco segundos es un buen promedio. Por ejemplo, relaje sus  rodillas (pausa de dos segundos); relaje sus pantorrillas (pausa de dos segundos);  imagine una escalera (pausa de tres segundos); está alfombrada. Imagine usted la  alfombra (pausa de tres segundos).  

En algunos ejercicios de visualización puede ser necesario hacer pausas  prolongadas. Por ejemplo: imagine que está de pie en la parte superior de una  escalera de caracol (pausa 3 segundos); imagine cómo es la escalera (pausa 3 

segundos); está alfombrada (pausa 3 segundos); imagine cómo es la alfombra  (pausa 3 segundos).  

No utilicéis el reloj para establecer el tiempo para las pausas; hacedlo  intuitivamente. Cuando dirijo la hipnosis, yo ejecuto las instrucciones al tiempo que  las indico, y de este modo encuentro el ritmo adecuado.  

Hablad en un tono de voz algo apagado y monótono. La idea es aburrir la mente  consciente del sujeto hasta el punto en que deje de ser activa, permitiendo que la  mente subconsciente esté accesible y receptiva a la sugestión. Una excesiva  inflexión de la voz o demasiado dramatismo, pueden dar como resultado que la  mente consciente del sujeto pierda interés y permanezca activa, impidiendo que la  relajación profunda y la sugestión resulten efectivas.  

Posición física.-  

Se puede practicar la hipnosis de pie o sentado. Los pacientes pueden reclinarse en  un sofá que sea cómodo, sentarse en una silla de respaldo recto, tumbarse sobre  una cama o en el suelo, sentarse con las piernas cruzadas o permanecer de pie.  Todas las posiciones son correctas, pero no necesariamente para todas las  situaciones. Por ejemplo, un breve procedimiento de dos minutos destinado a  eliminar un dolor es adecuado para una persona que está de pie, pero un  procedimiento de treinta minutos cuyo objetivo sea el control de la dieta no puede  practicarse con un paciente que permanezca de pie.  

Una silla reclinable o de respaldo recto, o una silla sin apoyabrazos, son las más  indicadas para dicha situación, ya que ofrecen al sujeto un soporte adecuado y  resultan cómodas; además, será difícil que el sujeto se duerma sentado en  cualquiera de dichas sillas. Yo prefiero que mis pacientes utilicen una silla reclinable.  Sin embargo, cuando practico la autohipnosis opto por una silla de respaldo recto y  sin apoyabrazos. Como operador, también me inclino por este tipo de silla.  

Tumbarse sobre una cama resulta cómodo para el sujeto, pero tiene la desventaja  de que éste puede dormirse durante la sesión, ya que tanto el cuerpo como la  mente están condicionados a dormir cuando el individuo adopta esta posición y el  cerebro alcanza alfa. Un operador experimentado puede evitar que esto suceda.  Obviamente, cuando se trabaja con alguien que está postrado en la cama, se debe 

trabajar en esta posición.  

Tumbarse en el suelo ofrece el mismo inconveniente: el sujeto tenderá a dormirse.  Además, el suelo suele resultar incómodo y, por esta razón, no lo recomiendo  cuando se utilizan procedimientos de larga duración.  

Sentarse con las piernas cruzadas en el suelo también resulta una posición  incómoda y no es aconsejable para procedimientos prolongados. Acostumbro utilizar  esta posición para meditar (una forma de autohipnosis) y obtengo excelentes  resultados. Cierta vez permanecí en meditación profunda durante una hora y media  en esta posición sin experimentar ninguna incomodidad física. Dudo que una  persona inexperta pudiera permanecer en dicha posición y luego ser capaz de  ponerse de pie y, menos aún, de echarse a andar.  

En general, mis pacientes utilizan la silla reclinable, y yo me coloco frente a ellos en  una silla de respaldo recto. La distancia entre ambos es de unos 60 centímetros a  1,50 metros. Es completamente indiferente que entre nosotros haya una mesa o un  escritorio. Yo me coloco lo suficientemente cerca del sujeto como para hablar en un  tono de voz normal y que me escuche perfectamente, pero lo suficientemente lejos  como para no intimidarlo/a. Para algunos procedimientos que empleo en ocasiones  especiales, debo estar de pie junto al sujeto o incluso tener un contacto físico con  él/ella. Ésta no es la regla, sino una excepción.  

Lo ideal es que la silla del sujeto esté ubicada de forma tal que sus ojos no reciban  la luz. Las ventanas (a menos que las cortinas sean muy gruesas) y las luces deben  estar por detrás del paciente, ya que de esta forma le resultará más sencillo  relajarse y estar cómodo/a.  

Dónde practicar la hipnosis.-  

Se puede practicar la hipnosis en cualquier lugar, incluyendo habitaciones  débilmente iluminadas, exteriores soleados, sitios silenciosos y también lugares  ruidosos. Sin embargo, el lugar ideal es una habitación cómoda y silenciosa con una  iluminación suave.  

Si tienen lugar distracciones inesperadas, deberéis utilizarlas en vuestro propio  provecho. Cierta vez acababa de comenzar una sesión de hipnosis cuando un  carpintero comenzó a remachar clavos en el despacho contiguo, justamente en la 

pared que estaba por detrás de la cabeza de mi paciente. Abandoné el ejercicio  habitual de inducción hipnótica y comencé a improvisar. Los ruidos exteriores no lo  distraen, por el contrario, le ayudarán a alcanzar el estado más saludable de la  relajación. Luego, con cada martillazo, decía: Relájese más profundamente (bang);  más profundamente (bang); más y más profundamente (bang). Mi paciente entró  en una relajación profunda como si hubiera estado en un ascensor que descendiera  a gran velocidad. Ni siquiera fue necesario continuar con el resto de los ejercicios,  me limité a verbalizar las sugerencias y luego la devolví a su estado consciente. Los  resultados fueron excelentes.  

Música de fondo.-  

Muchos hipnotizadores utilizan regularmente una música relajante o una cinta  especial de las olas del mar mientras practican la inducción hipnótica. En algunas  ocasiones he trabajado con música y los resultados fueron satisfactorios, sin  embargo también lo son cuando no la utilizo. Podéis probar y decidir por vosotros  mismos.  

Equipo auxiliar.-  

Todo lo que se necesita es una grabadora portátil económica. Yo la utilizo para  grabar uno de los procedimientos de inducción hipnótica mientras la practico y  luego doy la cinta al paciente (véase el capítulo 6). Si decidís utilizar sonidos de  fondo, el equipo también os servirá para ese fin.  

Algunos hipnotizadores utilizan un dispositivo de descargas eléctricas para  condicionar a sus pacientes. Por ejemplo, durante la fase de sugestión el operador  puede decir: Imagine que está usted fumando un cigarrillo. Aspire una bocanada de  humo. (En ese momento pulsan un botón y el sujeto recibe una descarga eléctrica.)  De este modo el sujeto equipara la acción de fumar a una experiencia dolorosa.  Estoy absolutamente en contra de este tipo de procedimientos y dispositivos;  pueden resultar peligrosos y dañinos y son totalmente innecesarios. Un buen  hipnotizador puede alcanzar los mismos resultados sin recurrir a dichos métodos. En  una ocasión alquilé un despacho que disponía de uno de estos equipos y me negué  a aceptarlo como parte del mobiliario, eludiendo firmar el contrato hasta que lo 

retiraran. Mi consejo es que EVITÉIS CUALQUIER TIPO DE DISPOS1TIVOS.  

Observación del sujeto.-  

Los puntos clave a tener en cuenta son los patrones respiratorios y el tono  muscular. Cuando el sujeto se sume en una relajación profunda, la respiración es  rítmica y ligera. De vez en cuando el sujeto respira profundamente con una  exhalación suave.  

Observad las manos del paciente. ¿Sujetan los apoyabrazos? ¿Están inquietas?  ¿Están crispadas? ¿O descansan sin evidenciar tensión alguna?  

La cabeza debe caer hacia delante debido a que los músculos del cuello se relajan.  La mandíbula debe estar floja. No debe haber indicios de que los músculos están  tensos ni rígidos.  

Es posible que los párpados evidencien un ligero latido pero esto no indica que  exista tensión, por el contrario es un signo de que el sujeto se encuentra en el  estado denominado REM (movimiento ocular rápido). Este estado tiene lugar  cuando la actividad del cerebro se desarrolla a unos 10 ciclos por segundo, es decir  se encuentra en la gama alfa. Si se observa el REM, el sujeto está hipnotizado,  aunque también puede suceder que un sujeto hipnotizado no revele un REM.  

En general, debéis buscar signos que os indiquen que el sujeto está relajado para  cercioraros de que está sumido en la hipnosis. Los signos de tensión o nerviosismo  indican que no ha sido hipnotizado o que sólo está en una primera etapa del estado  hipnótico.  

No debéis preocuparos si el sujeto no parece relajarse demasiado. Ninguna persona  reacciona igual que otra ante la hipnosis. Simplemente debéis continuar con los  ejercicios, ya que serán efectivos en la mayoría de los casos.  

He tenido pacientes que se relajaban completamente unos pocos minutos después  de comenzar la inducción hipnótica. Otros se mostraban inquietos durante la mayor  parte de la primera sesión para luego relajarse sólo ligeramente. Unos pocos no  llegaron a relajarse hasta la segunda sesión. Solamente en una ocasión no conseguí  hipnotizar al sujeto, que después de la tercera sesión, aún estaba tensa y en un  estado de gran excitabilidad. Le devolví su dinero y la mandé a un colega (que  obtuvo los mismos resultados insatisfactorios). 

El mejor indicador de la respuesta de un paciente a la hipnosis es preguntarle cómo  se ha sentido una vez haya concluido la sesión. El paciente os comunicará si ha  logrado relajarse y lo que ha experimentado. Es obvio que el mejor indicador es el  resultado final; por ejemplo, cuando el propósito de la sesión de hipnosis sea  abandonar el hábito de fumar y el paciente lo logre.  

Comprobación.-  

Algunos hipnotizadores realizan pequeñas pruebas durante la inducción hipnótica  con el fin de verificar si el procedimiento está resultando efectivo. Por ejemplo,  pueden solicitar al sujeto que levante un brazo: «Su brazo es como un tronco, rígido  e inmóvil.» Si el paciente responde levantando el brazo, será evidente que aún no  está sumido en la hipnosis. Si no lo levanta, la sugestión ha dado como resultado un  cierto nivel de hipnosis.  

Yo no realizo ninguna verificación. Mi teoría es que dichas comprobaciones crean  dudas en la mente del paciente, que puede pensar: « ¿Acaso no está seguro de lo  que hace?» « ¿Quizá no soy un sujeto hipnotizable?» « ¿Será efectiva la sesión?» Y,  por otro lado, ¿qué es lo que haríais si la prueba falla y el paciente levanta el brazo?  Lo único que se puede hacer es continuar con la sugestión, es decir, lo mismo que  hubierais hecho de cualquier modo. Debéis tener fe: la inducción hipnótica es  efectiva.  

CONSULTA ANTERIOR A LA HIPNOSIS  

Esta consulta precede a la primera sesión de hipnosis, de la que hablaremos en el  próximo capítulo, y no se debería omitir, pues es muy importante. (También se  recomienda una especie de consulta previa a la hipnosis para practicar la  autohipnosis; véase el capítulo 11.)  

El objetivo de esta consulta tiene varias facetas. En principio es el momento en el  que se explica al paciente qué es la hipnosis y en el que se responden las preguntas  que surjan de esta conversación. Brinda la oportunidad de establecer una relación  con el sujeto, ganar su confianza y hacer que realice diversos ejercicios muy  simples para que se tranquilice y se sienta cómodo. Existen algunas preguntas clave 

que es necesario formular al sujeto para decidir si es viable continuar con la  hipnosis real.  

Si el sujeto no se siente muy inclinado a que lo hipnoticéis (después de haberle  explicado detalladamente el programa a seguir), no debéis intentarlo. Lo  aconsejable es pedirle que piense en ello durante unos días, y decirle que estáis  dispuestos a responder cualquier pregunta.  

En el caso contrario, cuando el paciente desea ser hipnotizado, pero vosotros tenéis  ciertas reservas, no deberíais hacerlo. Es de vital importancia que entre ambos se  establezca una relación de confianza para que el programa sea un éxito. No debéis  olvidar que el objetivo de la hipnosis es ayudar a otra persona para que sea capaz  de gobernar su forma de conducirse y mejorar en algún sentido la calidad de su  vida. Esto es difícil de conseguir si surgen obstáculos (tal como falta de confianza,  aprehensión, etc.) entre el operador y el sujeto.  

No debéis titubear si creéis que no es necesario hipnotizar al sujeto. Cierta vez  acudió a mi consulta una mujer que iba a iniciar una serie de seis sesiones con el  propósito de controlar su dieta. En la consulta previa a la hipnosis, mi sexto sentido  me indicó que no había armonía entre nosotros. Después de formularle muy  amablemente una serie de preguntas, la mujer reconoció que sentía aversión por  los hombres en general y que no se fiaba de ellos. Rápidamente agregó: «Sin  embargo, no permitiré que este sentimiento interfiera en nuestro tratamiento.»  Obviamente, sus buenas intenciones no eran suficientes; ella necesitaba ocuparse  de ese odio antes de dedicarse a controlar su dieta, y sólo lo lograría con alguien  que le inspirara absoluta confianza. Por lo tanto, decliné aceptarla como paciente y  le sugerí que consultara con una colega, con quien fue capaz de solucionar el odio  hacia los hombres y su compulsión a comer. Fue entonces cuando me llamó para  agradecerme mi ayuda. No tengo ninguna duda de que ella hubiera recurrido  directamente a una mujer en caso de conocer alguna. Una vez más, mi consejo es  que penséis siempre qué es lo mejor para el paciente, aunque con ello perdáis la  oportunidad de ganar dinero o de vivir una experiencia interesante.  

IMPORTANTE: Si sospecháis que el paciente adolece de algún problema  mental o de salud, no debéis atenderlo. No lo aceptéis como paciente hasta que 

haya consultado un médico y éste autorice las sesiones de hipnosis. Tampoco  debéis aceptar a alguien que sea adicto a las drogas. Esto puede suponer una  verdadera pesadilla para vosotros.  

Encuadre de la consulta.-  

En primer lugar, el sujeto debe rellenar y firmar una hoja que incluya su nombre,  dirección, teléfono, objetivo de la consulta, el nombre con el que prefiere ser  nombrado y cualquier otro dato que juzguéis oportuno. Acostumbro guardar esta  hoja con los datos ofrecidos por el paciente, aunque prefiero tomar mis propias  notas basándome en mis impresiones a lo largo de nuestra conversación.  

En segundo lugar, se debe preguntar al sujeto el objetivo de la consulta. Tomaros  vuestro tiempo para investigar exhaustivamente esta cuestión ya que  frecuentemente la razón verbalizada no coincide con el problema real. Si la  respuesta es el deseo de controlar la dieta, es preciso descubrir qué otros  tratamientos ha realizado anteriormente con este fin. ¿Tiene algún problema de  salud? ¿Está bajo asistencia médica? ¿Toma algún medicamento o alguna droga? En  caso de que la respuesta sea afirmativa, ¿cuál? ¿Lo hace bajo control médico? No  terminéis el cuestionario hasta que os sintáis satisfechos con las respuestas.  

En tercer lugar, se debe explicar detalladamente qué es la hipnosis e invitar al  sujeto a que formule las preguntas que desee para despejar cualquier tipo de  aprehensión. También debéis comunicar al paciente que el programa consta de seis  sesiones y cuáles son vuestros honorarios, dejando claro que no existen garantías  de éxito, ya que el resultado depende siempre de la respuesta del paciente. Le  explicaréis asimismo que bajo el estado hipnótico no se le obligará a realizar  ninguna acción que no desee ejecutar y que en todo momento estará consciente de  todo lo que suceda y que lo recordará al despertar.  

En cuarto lugar, podéis ofrecer una mini demostración de dos ejercicios de  entrenamiento previos a la hipnosis para mostrar que se trata de un procedimiento  simple. (Estos dos ejercicios se explican detalladamente un poco más adelante en  este mismo capítulo.)  

En quinto lugar, podéis comenzar con la primera sesión de hipnosis.  Los cinco pasos mencionados representan una mera guía, ya que, en la práctica, 

desarrollaréis vuestro propio estilo y secuencia. Sin embargo, los tres puntos  importantes que hay que alcanzar, independientemente de la estructura de la  consulta, son:  

1) ofrecer una completa información al sujeto sobre la hipnosis y sobre vosotros  mismos como profesionales,  

2) obtener una información detallada del sujeto, y  

3) establecer una relación amable y armónica.  

ÁREAS PROBLEMÁTICAS  

Atención médica. Si el sujeto está bajo atención médica, no se debe interferir con  ese tratamiento; no debéis jugar a ser médicos, a menos que lo seáis de verdad  (pocos médicos conocen o practican la hipnosis), ya que ése no es vuestro papel y  puede resultar muy perjudicial para el sujeto. En los casos en que el paciente está  bajo tratamiento médico, le pido permiso para hablar con el profesional que lo  atiende. Si el sujeto no me autoriza, entonces no acepto trabajar con él. Si, por el  contrario, está de acuerdo, puedo realizar mi trabajo con la ayuda de la información  obtenida durante la conversación con el médico.  

Descubrir el motivo real. Con frecuencia el objetivo que el paciente esgrime para  someterse a la hipnosis no es el problema real. A continuación expondré uno de los  casos que ilustran este punto con cierto humor: una atractiva mujer de mediana  edad acudió a mi consulta para ponerse a dieta. No me pareció que tuviera  problemas de exceso de peso, pero, a pesar de todo, le expliqué qué era la  hipnosis, dándole a conocer mi programa de control de la dieta. Después de mis  explicaciones, aún mostraba cierta aprehensión a ser hipnotizada, de modo que  continué formulándole preguntas hasta que admitió que temía que yo pudiera  aprovecharme sexualmente de ella mientras estaba hipnotizada. Le comuniqué que  estaría consciente en todo momento de lo que sucedería y que yo no podía forzarla  a hacer algo que ella no haría estando consciente. Sonriendo me respondió:  

Precisamente ése es el problema” 

Hace algunos años dejé de practicar la hipnosis con el fin específico de controlar la 

dieta, las fobias o el hábito de fumar, y comencé a trabajar con el único objetivo de  mejorar la autoimagen y tratar el estrés, pues considero que ambos problemas son  la clave para solucionar todos lo demás. Obviamente, en cualquier caso puedo  sugerir al paciente que deje de fumar o que regule su apetito, pero el objetivo  primordial se centra en mejorar la autoimagen y/o controlar el estrés. Estimo que  cuando la imagen personal está equilibrada, los problemas desaparecen o, al  menos, es posible abordarlos de una forma satisfactoria.  

Mantener la calma. En ocasiones pueden ocurrir situaciones extrañas y debéis  estar preparados para solucionarlas con serenidad y aplomo. El sujeto no debe  pensar en ningún momento que no domináis la situación. Nunca debéis mostraros  consternados, confundidos ni molestos, ni tampoco reprender al sujeto ni expresar  desilusión ante una respuesta. Debéis aceptar todo lo que el sujeto diga y saber  cómo tratar la situación.  

Nunca, repito nunca, debéis juzgar a vuestros pacientes. Pongamos por caso que en  una sesión surge el tema del aborto y sois radicalmente antiabortistas; no intentéis  ayudar a la joven soltera que se siente culpable por haber abortado, ya que  vuestros propias sentimientos pueden aumentar su culpabilidad en vez de ayudarla.  

En cierta ocasión tuve que solucionar una de esas raras situaciones: una mujer de  mediana edad llegó a mi consulta en un estado de histeria. Lloraba, chillaba y  balbuceaba incoherencias. Por fortuna, disponía de una hora antes de mi próxima  cita. Mi esposa, que era mi recepcionista, me ayudó a conducirla hasta uno de los  sofás y yo me senté frente a ella sin decir ni una palabra. Dejé que llorara hasta que  el cansancio la venciera. A través de las palabras que murmuraba supe que deseaba  suicidarse y que estaba pensando en hacerlo cuando se dirigía a mi consulta. Los  detalles en los que se apoyaba esta decisión no son relevantes para este ejemplo;  su vida era una completa confusión. Agotada por el llanto, finalmente me dijo:  «Siento haberlo importunado. Sé que no es posible hipnotizarme ni ayudarme  mientras me encuentre en este estado.»  

«Hablemos de ello», le respondí. «Sus ojos están rojos, parecen arder.» Ella asintió.  « ¿Por qué no los cierra y descansa un poco mientras hablamos?» Así lo hizo, y a  los pocos minutos estaba sumida en estado hipnótico sin apenas darse cuenta. Mi 

propósito era inducirla a que se comprometiera consigo misma a vivir dos semanas  más para tener la oportunidad de ayudarla. La historia tuvo un final feliz. Después  de cuatro sesiones realizadas a lo largo de dos semanas, rechazaba la idea del  suicidio y comenzaba a recuperar su deseo de vivir. En las siguientes semanas  consiguió reestructurar su vida.  

Olvido de las palabras. Si os olvidáis de las palabras que tenéis que decir para  hipnotizar al sujeto, no debéis perder la calma, balbucear ni disculparos.  Simplemente deteneos un momento para luego continuar con la relajación,  diciendo, por ejemplo: «Relájese profundamente, cada vez más profundamente con  cada respiración.» Poco tiempo después, recordaréis las palabras olvidadas (de lo  contrario podéis buscar las hojas donde previamente las habréis copiado). Mientras  tanto, podéis improvisar el texto hablando en un tono suave, lento y seguro.  

Enamoramiento. El vínculo entre el operador y el sujeto crece muy rápidamente y,  ocasionalmente, el sujeto lo interpreta como algo más intenso y personal.  Debéis estar prevenidos ante la posibilidad de que cualquier paciente se enamore de  vosotros. Es ésta una situación que cada uno debe afrontar con sus propios  recursos, pero en todos los casos es preciso ser firme sin que el paciente se sienta  rechazado como persona. Lo correcto es evitar cualquier encuentro con el paciente  fuera de la consulta, aunque se trate de un encuentro fortuito en un bar. Siempre  que alguna de mis pacientes se ha entusiasmado con la idea de intimar un poco  más conmigo, le he recordado que la recepcionista era mi mujer. De este modo he  logrado enfriar la situación. Recomiendo muy especialmente que, si os dedicáis a  esta práctica, vuestro marido o vuestra esposa trabajen como recepcionistas en  vuestra consulta. Si no os dedicáis profesionalmente a la hipnosis pero lo hacéis por  pasatiempo, es conveniente que haya una tercera persona presente. En caso  contrario, podéis encontraros en situaciones desagradables.  

Dependencia. Otro problema que puede surgir de este vínculo tan estrecho es la  dependencia. Como operador, usaréis la hipnosis para ayudar a una persona para  que sea más independiente y en general, ése es el resultado que se obtiene. Sin 

embargo, en ocasiones el sujeto encuentra cómodo recibir apoyo del operador a  quien considera «una persona fiable, fuerte y poseedora de grandes  conocimientos». Cuando esto suceda, debéis lograr que el sujeto se independice  cuanto antes, por su propio bien y por el vuestro.  

He aquí una situación que ilustra el problema: La señorita X era una modelo que  tenía miedo prácticamente de todo lo imaginable. Había sido la amante de un  gángster que habla sido asesinado pocos minutos después de que ella abandonara  la casa, de modo que también temía por su vida. Durante su infancia y juventud sus  padres hablan sido muy dominantes, privándola de la posibilidad de tomar  decisiones, incluso las más simples; en todo momento le decían lo que tenía que  hacer. Su agente también le indicaba lo que debía hacer. Su novio gángster siempre  le habla señalado lo que tenía que hacer. Nunca había vivido por si misma.  

Fue entonces cuando decidió consultarme, y a través de la hipnosis aprendió a ser  libre. Libre para vivir. Libre para tener coraje. Fue una gran experiencia para ella y  no quería terminar el tratamiento. Al concluir las seis sesiones me llamaba por  teléfono a la consulta durante el día y a mi casa por las noches. Las primeras veces  que me llamó me mostré tolerante, más tarde le pedí cortésmente que dejara de  hacerlo. Tras dos semanas de vanos intentos, le dije con toda frialdad que ya no  volviera a llamarme ya que, si lo hacía, colgaría el teléfono. Ella se echó a llorar,  pero al cabo de un tiempo intentó encontrar una vida exitosa por sus propios  medios. Ella sabía cómo hacerlo, pero no deseaba quedarse sin un apoyo que le  ofrecía seguridad. A veces es preciso adoptar una actitud firme por el bien del  sujeto y por el propio. Otra regla: Nunca permitáis que el paciente domine la  situación ni os diga lo que debéis hacer.  

Respuestas imprevistas. No debéis permitir que una respuesta imprevista os  distraiga de vuestro trabajo. En cierta ocasión, estaba hipnotizando a una mujer por  primera vez. En un determinado momento le dije: «Sus brazos son como troncos,  están entumecidos, rígidos, inmóviles.» De inmediato esbozó una forzada sonrisa de  oreja a oreja y comenzó a reírse nerviosamente. Sus ojos permanecían cerrados,  pero durante uno o dos minutos se reía entre dientes. Yo sentía curiosidad por lo  que estaba pasando pero, sin embargo, ignoré la situación y continué pronunciando 

monótonamente las palabras para inducirla a una relajación más profunda. Al  concluir la sesión, me explicó que cuando yo le había dicho que sus brazos eran  como troncos, ella había intentado levantarlos vigorosamente para decir a viva voz:  « ¡Como verá, esto no funciona!», pero a pesar de todo había sido incapaz de  hacerlo. Le parecía una tontería estar consciente y sentada en la silla sin ningún  impedimento para moverse y, no obstante, no lograr levantar los brazos  simplemente porque yo le había dicho que no podía moverlos. Esto explicaba su  falsa sonrisa inicial y su posterior risa nerviosa.  

Ejercicios previos a la hipnosis.-  

A continuación expondré dos ejercicios previos a la hipnosis. Debéis utilizarlos  durante el periodo de consulta para que el paciente se familiarice con la hipnosis y  con el fin de que se sienta cómodo. Las palabras escritas en cursiva indican el texto  que se debe decir en voz alta.  

Ejercicio 1:  

Deseo que cierre usted los ojos para realizar un ejercicio muy breve. Quiero  que imagine una pizarra, que la cree. Puede ser negra o verde, o del color  que usted desee. Créela. La pizarra tiene una bandeja y en ella hay tizas y  un borrador. ¿La ve usted?  

 (Esperad la respuesta. Cuando el sujeto responda afirmativamente, podéis  continuar.)  

Muy bien. Ahora coja usted una tiza y dibuje un círculo sobre la pizarra. ¿Lo  ha dibujado ya?  

(Esperad la respuesta afirmativa, y continuad.)  

Bien. Ahora escriba la letra A dentro del círculo. ¿Lo ha hecho ya?  (Esperad la respuesta afirmativa, y continuad.)  

Ahora borre usted la letra A del interior del círculo, pero no borre el círculo.  Hágamelo usted saber cuando haya terminado.  

(Esperad la respuesta).  

Muy bien. Ahora borre el círculo y abra los ojos. 

En este punto podéis dialogar brevemente con el paciente sobre la experiencia de la  pizarra. Aseguradle que, cualquiera sea la experiencia que haya tenido, ha sido  positiva. Cada persona responde de una forma diferente. Algunas ven realmente la  pizarra. Otras la intuyen. Hay quienes saben intelectualmente que está allí. Todas  las respuestas son correctas. En la hipnosis no existen experiencias erróneas; cada  persona vive las situaciones de un modo personal y todas las experiencias son  válidas. Aclarad al paciente que este tipo de respuestas son frecuentes en la  hipnosis.  

Ejercicio 2:  

Cierre una vez más los ojos para realizar otro ejercicio de entrenamiento.  Esta vez quiero que concentre su atención en la punta de su nariz. ¿Lo ha  hecho?  

Esperad la respuesta afirmativa, y continuad.  

Bien. Mantenga su atención en la punta de la nariz y escuche el sonido de  mi voz. En algunas de las técnicas de hipnosis que haremos juntos, le  pediré que fije su atención en la punta de su nariz con el fin de intensificar  su concentración y conseguir que se relaje usted más profundamente. Si en  algún momento durante la hipnosis, advierte usted que su mente divaga,  todo lo que debe hacer es volver a centrase en la punta de la nariz tal y  como lo está haciendo en este momento. Entonces su mente dejará de  vacilar y volverá a concentrarse en mi voz. Ahora puede usted abrir los  ojos.  

Podéis conversar un rato con el paciente sobre este ejercicio y a continuación  empezar con la primera sesión de hipnosis tal y como se describe en el capítulo  siguiente. 

Capítulo 2  

Sesión de hipnosis número 1  

ESTA SESIÓN es una excelente secuencia de ejercicios para comprobar la respuesta  del sujeto al operador (vosotros) y para que se familiarice con los procedimientos de  la hipnosis.  

La SESIÓN número 1 consiste en 12 ejercicios ordenados de la siguiente manera:  A, 1A, B, 1B, 1C, 1D, 1E, 1F, 1G, 1H, 1I, 1J.  

Justo antes de comenzar la primera sesión, dad las siguientes instrucciones al  sujeto:  

En unos pocos minutos voy a pedirle que cierre los ojos y siga mis  instrucciones. Poco después de iniciar la sesión, en tres ocasiones le pediré  que abra los ojos. Cuando lo haga, no deseo realmente que los abra sino  que simule abrirlos estirando los párpados pero sin llegar a abrir los ojos.  Luego diré algo así como: «Ahora relaje los ojos» y en ese momento usted  dejará de intentar abrirlos y los relajará. Esto es lo que quiero decir.  

(Ahora le muestro lo que quiero que haga):  

Ahora inténtelo usted  

(Espero unos momentos para que el sujeto realice los movimientos indicados con  sus párpados tal como le he enseñado).  

Eso ha estado muy bien. Y ahora quiero que al final de la sesión, cuando yo  diga algo así como: «En unos minutos contaré hasta cinco y usted abrirá  los ojos y se despertará», abra usted los ojos de verdad. ¿Comprende  usted? En principio haremos tres pruebas muy breves durante las que no  deberá usted abrir los ojos, pero sólo los abrirá cuando demos por  concluida la sesión.  

(Espero que el sujeto me confirme que ha entendido la consigna, en caso contrario,  volveré a repetirla hasta que la comprenda perfectamente.)  

Ahora, vamos a empezar.  

EJERCICIO A  

En primer lugar deseo que se ponga usted de pie y se estire completamente 

para eliminar las tensiones.  

(Espero un momento hasta que el sujeto se ponga de pie y se estire.)  Eso ha estado muy bien. Ahora siéntese en la silla y relájese. Cierre los ojos  e inspire larga y profundamente, y luego exhale todo el aire vaciando  completamente sus pulmones. Hágalo una vez más, pero ahora retenga la  respiración cuando sus pulmones se hayan llenado de aire limpio, fresco y  relajante. Reténgalo. Mantenga cerrados los ojos. Exhale el aire muy  lentamente y sienta cómo se relaja todo su cuerpo.  

EJERCICIO 1A  

Concentre su atención en las rodillas y relaje la parte inferior de las  piernas. Relaje sus pantorrillas. Relaje sus tobillos. Relaje sus pies. Relaje  los dedos del pie. Todo lo que está por debajo de sus rodillas se encuentra  ahora completamente relajado. Relaje sus maslos y déjelos caer, floja y  pesadamente, sobre la silla. Ahora relaje sus caderas y su cintura. Ahora  relaje su pecho lo máximo posible. Respire suave y profundamente, cada  vez más regular y relajadamente. Relaje sus hombros. Los músculos de los  hombros están pesados y cuelgan flojos, cada vez más relajados. Relaje su  cuello y garganta. Deje caer su cabeza mientras todos los músculos del  cuello se relajan. Relaje completamente su cara. Los músculos de la cara se  aflojan y se ablandan, las mandíbulas cuelgan relajadamente, los dientes  no están en contacto. Ahora relaje todo lo posible los pequeños músculos  que rodean los párpados. Sienta cómo los párpados se tornan cada vez más  pesados y suaves, cada vez más relajados.  

Dentro de un momento, voy a pedirle que abra los ojos. Cuando lo haga,  sus párpados estarán tan relajados y pesados que casi no los podrá abrir;  entonces, cuando le pida que los cierre otra vez, usted se relajará aún más  completamente. Ahora intente abrir los párpados. Ahora cierre los ojos y  relájese cada vez más. 

EJERCICIO B  

Quiero que imagine que todas sus tensiones, su rigidez, sus miedos y 

preocupaciones se están vaciando a través de su coronilla. Déjelas caer por  su cara, por su cuello, por los hombros, por el pecho, la cintura, las  caderas, los muslos, las pantorrillas, los tobillos y los pies para que salgan  finalmente por los dedos del pie. Todas las tensiones, miedos y  preocupaciones están fluyendo hacia el exterior a través de los dedos de  sus pies, y usted se relaja cada vez más.  

EJERCICIO 1B  

Vamos a repetir este ejercicio de relajación una vez más. En esta ocasión  quiero que se relaje completamente, mucho más que la primera vez.  Centre su atención en sus rodillas. Relaje sus pantorrillas. Relaje sus  tobillos. Relaje sus pies y relaje los dedos del pie. Ahora relaje sus muslos  completamente y déjelos caer, floja y pesadamente, sobre la silla. Relaje  sus caderas y su cintura. Ahora sienta cómo su pecho se relaja y se relajan  también los órganos del pecho: el corazón y los pulmones, permitiendo que  la respiración sea más profunda, más regular y cada vez más relajada.  Ahora relaje los hombros cada vez más. Los hombros están pesados y  cuelgan flojos, cada vez más relajados. Relaje su cuello y garganta. Relaje  completamente su cara y sienta cómo los músculos se aflojan y se  ablandan. Ahora relaje lo máximo posible los pequeños músculos que  rodean los párpados. Sienta cómo los párpados se tornan cada vez más  pesados y suaves, cada vez más relajados.  

Dentro de un momento voy a pedirle que abra los ojos, pero cuando lo  haga, sus párpados estarán tan relajados y pesados que será casi imposible  abrirlos; independientemente de que los párpados se abran o no cuando le  pida que cierre los ojos otra vez, usted se relajará aún más plenamente.  Abra los párpados. Ahora cierre los ojos y relájese más. 

EJERCICIO 1C  

Vamos a repetir este ejercicio de relajación una vez más. En esta ocasión  quiero que se relaje completamente. No hay nada que temer, podrá  escucharme en todo momento, de modo que haga caso omiso de todos sus 

reparos y relájese completamente.  

Concentre su atención en las rodillas una vez más y relaje la parte inferior  de las piernas. Relaje sus pantorrillas. Relaje sus tobillos. Relaje sus pies.  Relaje los dedos del pie. Ahora relaje totalmente sus muslos. Sienta cómo  sus caderas comienzan a relajarse profundamente; luego la cintura, el  pecho y los hombros, que están pesados y flojos, completamente relajados.  Y ahora esa sensación de relajación profunda llega a través del cuello y de  la garganta, hasta la cara. Relaje completamente la cara hasta que la sienta  floja, totalmente relajada. Relaje los ojos y los párpados. Sienta cómo los  párpados se tornan cada vez más pesados y suaves, cada vez más  relajados.  

EJERCICIO 1D  

Dentro de un momento, cuando le pida que abra los párpados, quiero que  piense con toda su fuerza que están pegados unos con otros, que son un  mismo trozo de piel. Sí, como si fueran un mismo trozo de piel. No se  oponga ni se muestre escéptico ni afirme que sí puede abrirlos.  Simplemente piense que los párpados están pegados. Si usted piensa e  imagina que no puede abrirlos, realmente no será capaz de hacerlo. Piense  ahora con convicción que los párpados están pegados. Imagine que son un  mismo trozo de piel. Ahora intente abrir los ojos. Ahora relájelos y relaje  completamente todo su cuerpo.  

EJERCICIO 1E  

Quiero que imagine que está mirando una pizarra sobre la que hay un  círculo. Dentro de ese círculo dibujará usted una X Ahora borre la X y luego  el círculo. Olvídese de la pizarra y relájese profundamente.  Dentro de un momento voy a iniciar una cuenta atrás desde el número 100.  Quiero que cuente conmigo en voz baja. Piense en cada número al mismo  tiempo que yo lo digo en voz alta; cuando yo se lo pida, borre el número de  su mente y relájese aún más. 100... pronuncie mentalmente el número 100.  Ahora bórrelo de su mente y relájese. 99... y bórrelo como el anterior. 98 y 

bórrelo. 97 y bórrelo completamente hasta que no exista nada más que las  olas cada vez más profundas de la relajación. 

EJERCICIO 1F  

Centre su atención en la punta de la nariz, como lo hemos practicado  anteriormente. Mantenga su atención fija en la punta de la nariz hasta que  llegue a un punto en que esté usted totalmente pendiente de mi voz. Y  cuando llegue a ese punto, olvídese de la nariz, continúe escuchando mi  voz y relájese cada vez más profundamente. Mientras usted esté  concentrado en la punta de su nariz, lo conduciré a través de cuatro niveles  cada vez más profundos de relajación. 

EJERCICIO 1G  

Denominaré cada uno de estos niveles con las letras del alfabeto, y cuando  llegue usted al primer nivel, el nivel A, estará diez veces más relajado que  en este momento. Desde el nivel A descenderemos hasta el nivel B, y una  vez más se encontrará usted diez veces más relajado que en el nivel A. Del  nivel B pasaremos al nivel C, donde se sentirá diez veces más relajado que  en el nivel anterior. Y desde el nivel C descenderemos al nivel D, donde  experimentará el nivel más profundo de relajación y se sentirá diez veces  más relajado que en el nivel anterior. A partir de este momento, con cada  exhalación se sentirá dos veces más relajado. Dos veces más con la  siguiente respiración. Sus manos y sus dedos están relajados y pesados,  cada vez más pesados. Sienta la pesadez en las manos y en los dedos.  Pesados... cada vez más pesados, tan pesados que parecen de plomo. Y  esta sensación de pesadez y de relajación sube ahora por sus antebrazos y  por sus brazos; fluye a través de los hombros hacia el cuello, la cara y los  ojos. Sigue fluyendo en dirección a las cejas, la frente y la coronilla. Esa  sensación de pesadez y de relajación profunda fluye hacia la parte  posterior de la cabeza y del cuello. Está usted aproximándose al nivel A.  

EJERCICIO 1H 

Está usted en el nivel A y continuará descendiendo hacia los niveles más  profundos. Se encontrará a una profundidad cinco veces mayor con cada  exhalación. Llegará usted cinco veces más profundamente con cada  respiración. Su mente está serena y en paz. No piensa usted en nada. Está  demasiado relajado como para pensar. Demasiado cómodo como para  pensar. Y este estado profundo de relajación mental fluye hacia su cara y  sus ojos. Fluye hacia el cuello y el pecho, la cintura, las caderas, los  muslos, las rodillas, las pantorrillas, los tobillos, los pies y los dedos del  pie. Se está acercando usted al nivel B.  

EJERCICIO 1I  

Está usted en el nivel B y continuará descendiendo a una profundidad cada  vez mayor. Esta usted flotando suavemente en un estado perfecto de  relajación. Sus brazos y piernas están tan relajados y pesados que parecen  troncos. Sus brazos y piernas están rígidos, entumecidos y completamente  relajados... simplemente inmóviles. Sus brazos y piernas son como tablas  de madera. Se acerca usted al nivel C. Ahora se encuentra en el nivel C y  sigue descendiendo, hundiéndose en la silla. Se sume usted cada vez más  profundamente en la relajación. Entre tanto, comenzaré una cuenta atrás a  partir del número 15. Cada número que yo pronuncie lo hará descender un  poco más, y cuando llegue al 1, estará usted en el nivel D. 15, más  profundo, 14, más profundo, 13... 12... 11... 10... 9... 8... 7... 6... 5... 4... 3...  2... 1, está usted en un nivel tan profundo, tan lánguido, tan pesado, tan  nebuloso... Se encuentra usted en el nivel D y aún sigue descendiendo.  Ahora no existe límite... no hay límite alguno. Siga usted flotando,  descendiendo cada vez más en un estado perfecto de relajación, cada vez  más profundo con cada respiración.  

En este punto es donde comienza la sugestión. Si he planificado previamente que  esta será la única sesión con el paciente, la sugestión será tan extensa como sea  necesario para tratar su problema. Por lo general, esta sesión es la primera de una  serie de cuatro a seis sesiones. En este caso, simplemente hago sugerencias  generales relacionadas con el bienestar, como por ejemplo: 

Ésta es la primera de una serie de sesiones de hipnosis que le permitirán  controlar su vida y enriquecerla, encontrando una solución a sus  problemas.  

Repita mentalmente las siguientes afirmaciones mientras yo las pronuncio:  «Cada día me siento mejor en todos los sentidos.»  

Los pensamientos positivos me brindan los beneficios y las ventajas que  tanto deseo. 

Podéis utilizar el mismo tipo de sugerencias o crear las vuestras. Pero deberéis  emplear al menos una sugerencia y no más de tres en esta etapa. Luego podéis  continuar con el ejercicio 1J.  

EJERCICIO 1J  

La próxima vez que nos veamos, o siempre que escuche mi voz en la cinta,  se relajará usted diez veces más profundamente de lo que se ha relajado  hoy aquí. Y mis indicaciones se alojarán en su mente a una profundidad  diez veces mayor.  

En unos instantes lo despertaré. Cuando se despierte, se sentirá muy  relajado y lleno de energía. Se sentirá vital, renovado y activo, pletórico de  energía. Se sentirá excepcionalmente bien. Se sentirá relajado y contento  el resto del día y toda la noche. Cuando decida irse a la cama, dormirá  como un tronco hasta el día siguiente. Por la mañana se despertará  sintiendo que es la persona más feliz del mundo.  

Ahora voy a contar del 1 al 5. Cuando llegue a 5, usted abrirá los ojos, se  despertará completamente y se sentirá muy bien, relajada, renovada,  activa y de muy buen humor. ¡Se sentirá de maravilla!  

1... 2... despiértese lentamente... 3... cuando diga 5 abrirá los ojos, se  despertará completamente y se sentirá muy bien, mucho mejor que antes...  4... 5. (En este momento normalmente chasqueo mis dedos al contar 5 y  digo:) Abra los ojos, despierte usted sintiéndose estupendamente bien,  mucho mejor que antes

NOTAS SOBRE LA PRIMERA SESIÓN  

Observad los ejercicios 1A, 1B y 1C. A primera vista, parecen iguales; sin embargo,  si los estudiamos detenidamente descubriremos que las palabras empleadas son  sutilmente diferentes. Dichas diferencias son muy importantes. Comenzamos por  decir al sujeto que se relaje y, a través de la sensación de estar relajado, llegamos  finalmente a decirle que está relajado.  

El ejercicio 1J utiliza las palabras «o siempre que escuche mi voz en la cinta». Si no  tenéis planeado grabar ninguna sesión, omitid esta parte. Si consideráis la  posibilidad de inducir una relajación a través del teléfono, agregad «o siempre que  escuche mi vez a través del teléfono» con el fin de condicionar al sujeto para  futuras sesiones. 

Capítulo 3  

Sesión de hipnosis número 2  

EN ESTA SESIÓN entramos de lleno en el tema y alcanzaremos dos objetivos:  iniciar las sugerencias y los ejercicios específicos para abordar el problema de la  dieta y de los hábitos alimenticios (o el problema que preocupe al paciente) y  enseñar al sujeto a practicar la autohipnosis.  

La SESION número 2 consta de 16 ejercicios ordenados en la siguiente secuencia:  A, B, C, D, E, F, G, H, J, K, L, M, N O, P, Q.  

Los ejercicios A y B se encuentran en el capítulo 2.  

EJERCICIO C  

Concéntrese en los dedos del pie y relájelos completamente. Cada uno de  los dedos se siente pesado y flojo. Ahora deje que esa sensación de  relajación fluya a través de sus pies, de los tobillos, de las pantorrillas y las  rodillas. Sienta cómo fluye hacia los muslos, las caderas y la cintura en  dirección al pecho. Su respiración se torna más regular, más profunda y  más relajada. Ahora permita que esa sensación de relajación profunda  fluya a través de sus hombros en dirección a sus brazos, antebrazos,  manos y dedos y que retorne por los antebrazos, brazos y hombros para  fluir nuevamente por el cuello, la cara, la barbilla, las mejillas e incluso las  orejas. Sienta cómo fluye hacia sus cejas y su frente, subiendo hasta la  coronilla y descendiendo luego por la parte posterior de la cabeza y del  cuello.  

EJERCICIO D  

Una nueva sensación de pesadez surge desde los dedos de los pies. Es dos  veces más intensa que la primera vez. Imagine que cada uno de los dedos  soporta un gran peso. Sienta cómo aumenta la pesadez y los dedos se  relajan cada vez más. Y esa sensación de pesadez se traslada a los pies, los  tobillos, las pantorrillas, las rodillas, los maslos, las caderas y la cintura.  Asciende hacia el pecho, relajando su corazón, sus pulmones y 

permitiéndole respirar más intensa y regularmente, y usted se relaja cada  vez más. Ahora esa fuerte sensación de pesadez fluye hacia los hombros,  los brazos y los antebrazos, las manos y los dedos. Luego la sensación  retorna a través de los antebrazos, los brazos, los hombros y el cuello en  dirección a la cara, los ojos, las cejas y la frente, para llegar a la coronilla y  descender después por la parte posterior de la cabeza y del cuello.  

EJERCICIO E  

Una nueva sensación de pesadez comienza a surgir en la coronilla. Es dos  veces más intensa que la anterior. Dos veces más pesada. Imagine un gran  peso sobre la coronilla que le permite relajarse suave y profundamente.  Sienta cómo la sensación de relajación fluye hacia la cara y los ojos,  desciende por el cuello y los hombros hacia el pecho, la cintura, las  caderas, los muslos, las rodillas, las pantorrillas, los tobillos, los pies y los  dedos del pie. Usted está completamente relajado, se siente cómodo desde  la coronilla hasta la punta de los dedos del pie.  

EJERCICIO F  

Quiero que imagine que está mirando una pizarra. Imagine que hay un  círculo dibujado en ella. En ese círculo vamos a colocar las letras del  alfabeto en orden inverso, y, después de colocar cada una de las letras, las  borrará usted del círculo y se relajará cada vez más profundamente.  

Imagine ahora la pizarra. Imagine el círculo. Dentro del mismo coloque la  letra Z Ahora borre la Z y relájese más. Coloque la Y en el círculo, bórrela y  relájese más profundamente. Ahora la X bórrela y relájese aún más. Ahora  dibuje la W y bórrela. Ahora dibuje la V y bórrela. Ahora dibuje la U, y  bórrela. Ahora dibuje la T; y bórrela. Ahora dibuje la S, y bórrela. Ahora  dibuje la R, y bórrela. Ahora dibuje la Q y bórrela. Ahora dibuje la P, y  bórrela. Ahora dibuje la 0, y bórrela. Ahora dibuje la N y bórrela. Ahora  dibuje la M, y bórrela. Ahora dibuje la L y bórrela. Ahora dibuje la K, y  bórrela. Ahora dibuje la J, y bórrela. Ahora dibuje la I, y bórrela. Ahora  dibuje la H, y bórrela. Ahora dibuje la G, y bórrela. Ahora dibuje la F y 

bórrela. Ahora dibuje la E, y bórrela. Ahora dibuje la D, y bórrela. Ahora  dibuje la C, y bórrela. Ahora dibuje la B, y bórrela. Ahora dibuje la A, y  bórrela. Ahora borre el círculo y olvídese de la pizarra. Simplemente  relájese más y más profundamente. Sienta cómo se hunde en la silla  mientras su mente y su cuerpo se sumen en una relajación cada vez más  profunda con cada respiración.  

EJERCICIO G  

Ahora quiero que imagine que está mirando un cielo de verano de color  azul claro, y en el cielo hay un avión que escribe su nombre en letras  blancas y esponjosas que asemejan una nube. Vea su nombre flotando en  ese cielo azul pálido como si fuera una nube. Ahora deje que su nombre se  disuelva. Deje que el viento se lo lleve. Olvide su nombre. Olvide incluso  que algún día tuvo un nombre. Los nombres no son importantes.  Simplemente escuche mi voz y relájese cada vez más.  

EJERCICIO H  

Ahora quiero que imagine que estoy colocando una pesada bolsa de arena  en cada una de sus rodillas. 

Sienta la bolsa de arena presionando sus rodillas. Usted siente las rodillas  cada vez más pesadas y relajadas. La arena contiene un poderoso  componente entumecedor y usted siente cómo las rodillas comienzan a  entumecerse. Las siente cada vez más entumecidas bajo el peso de la  arena. Y esa sensación se extiende hacia las pantorrillas, los tobillos, los  pies y los dedos del pie. La parte inferior de las piernas está totalmente  entumecida. Pronto esa sensación comienza a subir hacia los muslos, las  caderas, la cintura y el pecho. Fluye hacia sus hombros y usted los siente  cada vez más entumecidos y pesados. Fluye a través de los brazos, los  antebrazos, las manos y los dedos para retornar una vez más a través de  las manos, los antebrazos, los brazos, los hombros y el cuello en dirección  hacia la cara, los ojos, las cejas, la frente y, pasando a través de la  coronilla, desciende por la parte posterior de la cabeza y del cuello. 

EJERCICIO J  

Mientras usted se siente flotar suave y dulcemente, relajándose cada vez  más con cada respiración, deseo que centre su atención en la punta de su  nariz. Manténgase indolentemente concentrada en la punta de su nariz  hasta que llegue a un punto en el que sólo escuche el sonido de mi voz, y,  cuando llegue ese momento, puede olvidarse de su nariz y simplemente  escuchar mi voz relajándose cada vez más. Mientras su atención esté fija  en la punta de su nariz quiero que imagine que coloco en su boca, en su  lengua, un trozo pequeño de un caramelo de chocolate. Usted no lo traga,  simplemente lo mantiene sobre la lengua. Advierta el sabor amargo del  chocolate. Es muy amargo y, mientras se derrite en su boca, es cada vez  más amargo. Es tan amargo que casi no puede mantenerlo en la boca. El  sabor es horrible. A partir de este momento usted ya no volverá a tener  ganas de tomar chocolate, caramelos ni alimentos dulces de ningún tipo. Ya  no volverá a apetecerle ningún tipo de dulces. Ahora voy a retirar de su  boca el caramelo de chocolate. Ahora usted siente su boca limpia y fresca y  está contenta de no sentir ya ese sabor amargo.  

EJERCICIO K-1 (Sólo para mujeres)  

Quiero que se imagine a sí misma. Que se vea a sí misma tal y como  desearla ser. Activa y llena de energía, serena y hermosa, y con absoluto  control de sí misma. Ésa es usted. Ésa es realmente usted. Ésta es la mujer  que le gustaría ser. En este momento usted se hará una promesa. No es  una promesa para mí, sino para usted misma... se compromete a  convertirse en ese ser real. Este compromiso la acompañará  constantemente y será cada vez más firme. A partir de ahora, cada día que  pase se acercará usted un poco más a esa mujer encantadora que desea  ser. Se sentirá relajada y serena, independientemente de lo que le ocurra, y  será capaz de afrontar cualquier situación con absoluta serenidad y  sensatez. Y se sentirá tan a gusto consigo misma que dispondrá de toda la  energía del mundo cada día de su vida. Y le resultará muy sencillo 

mantener diariamente una dieta estricta, independientemente de lo que  haga o de dónde se encuentre.  

EJERCICIO K-2 (Sólo para hombres)  

Quiero que se imagine a sí mismo. Que se vea tal y como desearía ser.  Confiado y lleno de energía, sano y apuesto y con absoluto control de sí  mismo Ese es usted. Ese es realmente usted. Este es el hombre que  realmente puede llegar a ser. En este momento usted se hará una promesa.  No es una promesa para mí, sino para usted mismo... se compromete a  convertirse en ese ser real. Este compromiso lo acompañará  constantemente y será cada vez más consistente. A partir de ahora, cada  día que pase se acercará usted un poco más a ese hombre apuesto y  atractivo que desea ser. Se sentirá relajado y sereno independientemente  de lo que le ocurra y será capaz de afrontar cualquier situación con  absoluta serenidad y sensatez. Y se sentirá tan a gusto consigo mismo que  dispondrá de toda la energía del mundo cada día de su vida. Y le resultará  muy sencillo mantener diariamente una dieta estricta, independientemente  de lo que haga o de dónde se encuentre.  

EJERCICIO L  

Por la mañana tomará usted una ración pequeña de proteínas, fruta o zumo  de frutas y una tostada sin mantequilla. Al mediodía tomará una pequeña  ración de proteínas y fruta o verdura. Para cenar tomará una ensalada  suavemente aliñada, una ración pequeña de proteínas y media taza de  vegetales cocidos sin mantequilla ni margarina.  

EJERCICIO M  

Siempre comerá usted muy lentamente, y después de comer una pequeña  ración de los alimentos recomendados se sentirá completamente  satisfecha. Eso es todo lo que su cuerpo necesita en este momento. Eso es  todo lo que usted desea comer. No le apetecerá tomar ningún tipo de dulce,  ni almidones, ni alimentos ricos en grasa. Cuanto más se prolongue su 

dieta, más fácil le resultará y más rápidamente perderá usted peso. Todos  esos kilos que le sobran desaparecerán fácilmente. Cada día estará usted  más delgada, más ligera y más guapa y se sentirá mejor. Y también  practicará con firmeza el ejercicio de autohipnosis que vamos a realizar  juntos a continuación.  

(Quizá encontréis más adecuado emplear la palabra «atractiva» en vez de «guapa».  Si el paciente es un hombre usaremos la palabra «guapo» o «bien parecido».)  

EJERCICIO N  

Dentro de un momento voy a pedirle que abra los ojos y mire un punto que  voy a sostener delante de sus ojos. A pesar de abrir los ojos no se  despertará usted. No se despertará. Se relajará aún más profundamente.  Abra los ojos ahora mismo y mire el punto que estoy sosteniendo frente a  usted mientras respira profundamente.  

(Mientras solicitáis al sujeto que abra los ojos, sostened una tarjeta que tenga un  punto rojo grande y brillante delante de los ojos del paciente para que éste dirija su  atención hacia él. El tamaño apropiado para la tarjeta es de 15 x 15 centímetros,  preferiblemente de cartulina blanca y con un círculo lo más grande posible. El  círculo debe estar pintado de rojo brillante. Sostened la tarjeta al nivel de los ojos  del sujeto a una distancia aproximada de 1,20 metros.)  

Relájese completa y profundamente. Ahora cierre los ojos, inspire y piense  5... 5... 5... y relájese aún más. Una vez más inspire profundamente y  piense 4... 4... 4... y espire. Inspire profundamente otra vez, piense 3... 3...  3... y espire. Inspire profundamente, piense 2... 2... 2... y espire. Inspire  profundamente por última vez, espire y piense 1... 1... expulse todo el aire  que queda en su cuerpo... 1.  

Imagine ahora una pesada sensación de relajación por detrás de sus  párpados. Siéntala profundamente y advierta cómo esa fuerte sensación  fluye en sentido descendente desde los párpados hacia los hombros y  pecho, hacia la cintura, las caderas, los muslos, las pantorrillas, los tobillos,  los pies y los dedos de los pies. 

EJERCICIO O  

Dentro de unos instantes, voy a iniciar una cuenta atrás desde el número  10 hasta el 1. Quiero que usted cuente conmigo en voz baja. Piense en cada  número mientras yo lo pronuncio, y con cada uno de ellos se relajará usted  cada vez más profundamente. 10... 9... 8... 7... 6... 5... 4... 3... 2... 1. Ahora  está usted completamente relajada y puede recibir las indicaciones que yo  voy a pronunciar y que usted repetirá conmigo: En todo momento me  sentiré serena y relajada. No me apetecerá comer nada hasta la hora de la  cena  

(Debéis reemplazar «la hora de la cena» por lo que sea indicado en cada caso.  Puede ser «la hora de la comida» o «hasta mañana», o lo que sea.)  Ahora imagine el punto que ha observado al comienzo del ejercicio.  Imagine que el punto flota junto con las indicaciones que hemos  pronunciado hacia la parte posterior de su cabeza y en dirección a su  espalda. Una vez que el punto y las sugerencias se encuentren en la parte  posterior de su espalda, bórrelo y olvídese de él, olvídese también de las  indicaciones, déjelas que desaparezcan. Relájese.  

EJERCICIO P  

A partir de este momento y hasta nuestra próxima cita, practicará usted  este ejercicio de autohipnosis metódica y firmemente al menos tres veces  al día, incluso aunque piense que no lo necesita. El ejercicio le permite  sentirse muy a gusto, y cada vez que lo practique se sentirá completamente  relajada. Se relajará tan profundamente como lo ha hecho aquí. Tal como lo  está en este momento, y las auto sugerencias calarán muy hondo en su  mente. Al practicar el ejercicio de autohipnosis, tendrá usted un perfecto  dominio sobre su apetito. Podrá disolver cualquier sensación de hambre,  será capaz de solucionar cualquier tensión y cualquier apetencia por  alimentos o bebidas nocivas. Cada día perderá peso, estará cada vez más  atractivo/a y se sentirá mejor.  

EJERCICIO Q 

En nuestra próxima entrevista, o en cualquier ocasión que escuche usted  mi voz en la cinta, se relajará usted mucho más de lo que se ha relajado  hoy Mis sugerencias calarán cada vez más hondo en su mente.  En unos instantes, cuando se despierte, se sentirá muy relajada y se  encontrará plena de energía, renovada, vital y segura de si misma. Se  sentirá estupendamente bien. Todo lo que necesita para despertar es  contar conmigo del 1 al 5, y, al llegar a 5, abrirá sus ojos, se sentirá  relajada, renovada, vital y de muy buen ánimo. Se sentirá realmente bien.  1... 2... 3... 4... 5.  

Una vez despierto el sujeto, debéis preguntarle cómo se siente. Podéis responder a  cualquier pregunta que desee formular.  

Debéis entregarle dos folios impresos con ciertos datos necesarios para que el  paciente controle su dieta y para que practique el ejercicio de autohipnosis. Uno de  los folios contiene la dieta recomendada, el otro el ejercicio de autohipnosis.82  

Ejemplo de la dieta.-  

Desayuno  

Ración pequeña de proteínas (entre 60 y 90 g.). Ración pequeña de fruta (unos 150  g.). Una tostada sin mantequilla.  

Comida  

Ración pequeña de proteínas (entre 90 y 110 g.). Ración pequeña de fruta o  verdura.  

Cena  

Ración pequeña de proteínas (entre 110 y 150 g.). Ración pequeña de ensalada con  un aliño suave.  

1/2 taza de vegetales cocidos sin mantequilla ni margarina.  

Bebidas dietéticas, exceptuando refrescos a menos que sean sin cafeína.  Café descafeinado.  

No tomar salsas.  

Calorías diarias aproximadas: 800 a 1.000.  

Esta dieta es un ejemplo que no se debe tomar literalmente para aplicar en 

cualquier caso. No toda persona puede llevar una dieta de sólo 1.000 calorías  diarias. No juguéis a ser médico ni nutricionista, a menos que lo seáis de verdad.  Trabajad con el paciente para encontrar una dieta adecuada y saludable. Si el  paciente sufre algún tipo de problema de salud, debéis solicitarle que consulte con  un médico para seguir la dieta apropiada. Aunque hayáis impreso la dieta, debéis  estar preparados para incluir cualquier modificación con el fin de adecuarla a cada  uno de vuestros pacientes.  

En muchas ocasiones sólo es preciso ocuparse de un único problema alimenticio  (por ejemplo, tomar demasiados dulces, comer dos o tres raciones de alimentos  cuando una sería suficiente, beber demasiada cerveza). En estos casos no será  necesario indicar una dieta completa, sino centrarse en eliminar la apetencia por el  chocolate, la cerveza o lo que sea pertinente en cada caso. El ejemplo que  ofrecemos al final del capítulo ilustra cómo abordar este tipo de problema.  

Instrucciones para la autohipnosis.-  

¡Estírese! Y ahora siéntese en una posición cómoda. Concéntrese en un punto y,  mientras lo hace, diga mentalmente el número 5 tres veces mientras exhala. Luego  cierre los ojos.  

Inspire profundamente y, mientras exhala, diga mentalmente el número 4 tres  veces. Mientras lo pronuncia, intente verlo.  

Inspire una vez más profundamente y repita el procedimiento con los números 3, 2  y 1, consecutivamente.  

Ahora imagine que emana de sus ojos una intensa sensación de relajación y que  fluye por todo su cuerpo como si fuera una ráfaga de aire tibio y suave que llega  hasta sus pies.  

Después inicie una cuenta atrás de 10 a 1.  

Una vez que llegue al número 1, diga lo siguiente:  

Siempre me sentiré serena y relajada.  

No me apetecerá tomar ningún alimento hasta la cena.  

Luego imagine el mismo punto que observó inicialmente. Imagine que el punto se  desplaza hacia la parte posterior de su cabeza llevando consigo sus palabras. Luego  olvídese de ellas, de modo que su mente interior las absorba. 

Ahora cuente de 1 a 5 y cuando despierte experimentará el efecto de sus palabras.  

RESUMEN DE LA SESIÓN  

POSTERIOR A LA HIPNOSIS  

El paciente debe disponer de suficiente tiempo para leer la dieta recomendada y la  hoja de instrucciones para la práctica de la autohipnosis, y vosotros debéis  contestar a todas sus preguntas.  

Es preciso que estéis bien informados sobre el tema de las dietas. Es aconsejable  tener un libro sobre nutrición para consultarlo cuando sea necesario. Muchas  personas ignoran qué es un alimento proteico, de modo que debéis prepararos para  ofrecer explicaciones y ejemplos.  

Leed en voz alta junto con el paciente las instrucciones para la autohipnosis,  explicando cada uno de los pasos a seguir. Informad al paciente que se le han dado  estas instrucciones cuando se encontraba sometido a la hipnosis y que asimismo se  ha practicado una sugestión pos hipnótica para que dichas instrucciones fueran  efectivas durante la autohipnosis del mismo modo que lo han sido durante la  hipnosis.  

Lo más importante es que el paciente comprenda que debe practicar la autohipnosis  diariamente por dos razones:  

En primer lugar, está usted entrenando su mente para que siga un curso diferente  al del pasado. La mente prefiere hacer lo que ha hecho siempre, es decir, seguir por  el mismo camino. Por lo tanto, es necesario realizar un nuevo entrenamiento que  requiere dedicación. La mente no se convencerá de que usted quiere realmente  modificarse si no practica la autohipnosis con dedicación. La mente cree que usted  quiere realmente comer en exceso y estar grueso porque eso es lo que ha estado  sucediendo durante años. Ahora, usted desea invertir esa programación que lo  perjudica, y para hacerlo debe informar al subconsciente cada día lo que realmente  desea en la actualidad con el fin de que su deseo se convierta en realidad... hábitos  alimenticios más moderados, pérdida del exceso de peso... sentirse mejor... tener  una figura más atractiva. Por fortuna, la autohipnosis no tarda años en llevar a cabo  esta nueva programación. La hipnosis funciona rápidamente, en ocasiones 

instantáneamente, aunque lo más probable es que el proceso tarde algunos días o  unas pocas semanas en dar sus resultados. Cuando de trata de problemas  pertinaces el tratamiento puede prolongarse varios meses. Pero es preciso ser  constante hasta lograr que la nueva programación sea efectiva.  

En segundo lugar, la sugestión hipnótica no es permanente. Si así fuera, bastada  con tener una sola sesión de hipnosis y comunicar al paciente una serie de  instrucciones por cada problema para solucionarlo, pero no es así. El periodo en que  una sugestión hipnótica es efectiva varía enormemente según sea la respuesta del  individuo a la hipnosis. He conocido algunas personas cuya respuesta no  sobrepasaba unas pocas horas al día a menos que se reforzara el efecto mediante  otra sesión de hipnosis. Hay quienes responden a la sugestión hipnótica durante una  o dos semanas; algunos pocos, incluso más de dos semanas. Por este motivo el  sujeto debe reforzar la sugestión con sesiones diarias de autohipnosis hasta  alcanzar los resultados deseados.  

EJEMPLO DE UN CASO  

DE CONTROL DE LA DIETA  

Una mujer con exceso de peso me pidió ayuda para controlar su dieta. Su problema  era una compulsión a comer palomitas de maíz. Las compraba en paquetes de 45  kilos y comía palomitas con mantequilla a todas horas, y para saciar su sed bebía  grandes cantidades de gaseosa. Obviamente, que la mantequilla, la sal y las  gaseosas eran más perjudiciales para ella que las palomitas de maíz, aunque éstas  representaban el vehículo para ingerir los otros productos. De modo que lo oportuno  era lograr que las palomitas de maíz no fueran de su agrado.  

Antes de hipnotizarla, intenté descubrir qué alimentos no le gustaban, pero parecía  gustarle todo.  

« ¿No existe nada que le resulte repulsivo?», le pregunté al borde de la  desesperación.  

«Bueno, sí», me respondió. «Las plumas húmedas de los pollos me ponen enferma.  No puedo soportar su olor. Mi padre me obligaba a matar y pelar pollos en contra de  mi voluntad.» 

Por fin había encontrado algo... plumas de pollo húmedas. Cuando practicamos el  ejercicio J y llegamos al momento en que ella debe colocar algo en su boca, le dije:  «Hay un gran cuenco lleno de palomitas de maíz frente a usted, pero han estado en  contacto con plumas de pollo húmedas. Las palomitas huelen como las plumas.  Ahora coja un puñado de palomitas y colóquelas en su boca.»  

Inmediatamente comenzó a tener arcadas y a sentir náuseas. Pensé que estaba a  punto de vomitar.  

Cuando se marchó de la consulta y llegó a su casa se preparó unas palomitas. Fue  entonces cuando vomitó. Cada día intentaba comer palomitas, pero el mero hecho  de prepararlas le provocaba náuseas. Cuando volvió a la consulta para la tercera  sesión, ya ni siquiera intentaba preparar las palomitas de maíz... había abandonado  el hábito y estaba perdiendo peso. Al dejar de comer palomitas, abandonó también  la gaseosa, la mantequilla y la sal.  

Cuando nos acercábamos a la sesión número 6 ya había perdido casi 9 kilos y se  sentía muy bien. Le indiqué que agregara más fruta y verdura a su dieta. Había  dejado de ser una adicta a las palomitas de maíz.  

La lección que debemos aprender de este ejemplo es que es preciso descubrir algún  sabor u olor que resulte repulsivo para el paciente. Dichos sabores u olores se  emplearán más tarde para eliminar un hábito perjudicial. Lo más frecuente es que el  problema sean los dulces, como el chocolate o los pasteles. Si el sujeto toma  51ibras (2 kilos) de chocolate al día y aborrece el sabor del hígado, se le debe  indicar que se visualice a sí mismo sacando de la nevera un trozo de chocolate que  ha estado muy próximo a un trozo de 2 kilos de hígado fresco. El sabor y el olor del  hígado han impregnado el chocolate... podéis haceros una idea. 

Capítulo 4  

Sesión de hipnosis número 3  

EL OBJETIVO DE ESTA SESIÓN es reforzar la hipnosis y las indicaciones  impartidas en las sesiones anteriores, lograr que el sujeto alcance un nivel más  profundo de hipnosis con el fin de que la sugestión alcance otro nivel mental y,  como resultado, reforzar la acción de la autohipnosis.  

Antes de comenzar con la inducción hipnótica, es aconsejable dialogar con el  paciente para que nos cuente cómo ha sido su experiencia con la autohipnosis  desde la última vez que ha estado en la consulta. ¿La ha practicado diariamente? Si  no lo ha hecho, ¿cuál ha sido el motivo? ¿Ha seguido la dieta concienzudamente? En  caso contrario, ¿por qué razón? ¿Ha practicado satisfactoriamente la autohipnosis o  ha tenido alguna dificultad?  

En el caso de que el sujeto no haya conseguido buenos resultados con la  autohipnosis, repetid juntos una vez más el procedimiento. Demostradle cómo  hacerlo, pronunciando vuestros pensamientos en voz alta para que aprenda el  procedimiento.  

Si no consigue relajarse o le resulta difícil concentrase, debéis asegurarle que con la  práctica estos obstáculos desaparecerán. Debéis hacerle saber que muchas  personas tienen las mismas dificultades y que no debe preocuparse por ello.  Una queja muy corriente es: «Cuando intento practicar la autohipnosis no puedo  recordar lo que debo hacer.» Comunicadle que puede consultar las copias impresas  del procedimiento que le habéis entregado y que con el paso del tiempo logrará  memorizar los pasos indicados. Lo primero que debe hacer es aprender el  procedimiento e intentar sentirse cómodo sin preocuparse por los resultados, ya que  éstos serán satisfactorios una vez que logre aprender las instrucciones y las  practique metódicamente.  

Aseguraos de comunicar al paciente que puede modificar cualquier parte de la  sugestión para adecuarla a sus propios fines. Puede utilizar una sola instrucción o  varias. Sin embargo, es aconsejable recomendarle que se ocupe de un asunto o  problema por vez. Por ejemplo, no debería intentar abandonar el tabaco al mismo  tiempo que trata de controlar su dieta. Los problemas se deben abordar de forma 

individual. El ejercicio de autohipnosis le será útil durante toda su vida, de modo  que debéis estimular al paciente para que se acostumbre a practicarlo cada día.  En este punto del programa es posible que el sujeto no esté practicando la  autohipnosis de forma regular. Esto se debe a que la mente obstinada se opone al  cambio; la mente prefiere continuar por el mismo camino antes de aventurarse por  uno nuevo. El sujeto se excusará por no practicar la autohipnosis, racionalizando  diversos pretextos.  

Normalmente existen dos razones principales para no practicar la autohipnosis cada  día. La primera es: «No encuentro ningún punto en el que fijar mi atención para  comenzar la autohipnosis.» No debéis reprender ni sermonear al sujeto por argüir  algo tan ridículo. Recordad que su mente se opone al cambio y que el paciente está  intentando comprender y desarrollar una nueva cualidad y un nuevo estilo de vida.  

Explicad con serenidad al paciente que el punto puede ser cualquier cosa que se  encuentra en su línea de visión, incluso el pomo de una puerta, una flor estampada  en la tela de una cortina, una mancha en la pared, el punto de unión entre las  paredes y el techo, un enchufe de luz, un botón de tapicería del sofá, la llama de  una vela o una bombilla eléctrica. Es imposible estar en un lugar donde no exista un  punto en la línea de visión sobre el cual fijar la mirada.  

La segunda razón frecuentemente esgrimida para no practicar la autohipnosis es:  «No dispongo de tiempo. Nunca estoy solo. Trabajo en una oficina de ocho de la  mañana a cinco de la tarde con un montón de gente alrededor. Luego me marcho a  casa y debo atender a mi familia, que me demanda cosas constantemente. No  tengo ni un minuto para mí misma.» Ésta es una situación muy común. A veces  resulta difícil encontrar cinco minutos tres veces al día para practicar la  autohipnosis.  

Mi respuesta ante esta situación es aproximadamente la siguiente:  « ¿Va usted al cuarto de baño durante el día?»  

«Por supuesto que sí.»  

«Pues bien, cada vez que vaya al cuarto de baño y se siente en la taza, emplee este  tiempo para practicar los ejercicios de autohipnosis.»  

La respuesta más frecuente es: «No se me hubiera ocurrido que se pudieran realizar  los ejercicios sentada en la taza.» 

«Por supuesto que es posible. También lo puede hacer en la bañera mientras toma  un baño. No hay ninguna restricción.»  

Y de este modo sigo explicando que la autohipnosis se puede practicar en cualquier  situación y momento. De hecho, una vez que se entrene es posible practicarla con  los ojos abiertos y rodeado de personas y de situaciones que puedan invitar a la  distracción. Cuando se alcanza este punto, llegará realmente a dominar una  herramienta muy potente que podrá usar de forma inmediata para cualquier  propósito.  

(Es posible que tengáis la impresión de que el potencial desarrollado para el uso de  este alterado estado de conciencia abarca mucho más de lo que se indica en este  libro: y estáis en lo cierto. Este libro es simplemente el comienzo. La mente, los  pensamientos, disponen de un potencial real que trasciende en gran medida el  control de la dieta. De momento, ocuparos de dominar los temas tratados en este  libro. Una vez que lo hayáis conseguido, automáticamente se abrirá ante vosotros  una nueva etapa de desarrollo y sabréis exactamente lo que tenéis que hacer.)  

En ocasiones os toparéis con algún paciente que no se muestre inclinado a realizar  ningún intento por practicar la autohipnosis o por seguir una dieta. Existen un sinfín  de razones que respaldan su actitud. Independientemente de lo que digáis o hagáis,  su respuesta será: «Sí, pero...» Cuando encuentro un paciente tan reacio a  colaborar, suelo decirle: «Muy bien, si usted desea pagarme por mis servicios y no  colaborar, debe usted saber que no obtendrá ningún beneficio y habrá perdido  tiempo y dinero. No me interesa obtener dinero de un paciente que no tiene la  intención de comprometerse con el tratamiento. Por lo tanto, si usted decide  persistir en su actitud, con toda probabilidad le pediré que demos fin a nuestras  entrevistas y usted ahorrará dinero. Piénselo, es su decisión. Ahora vamos a  continuar con la sesión de hoy.» Sólo me he sentido obligado a decir este tipo de  cosas un par de veces en todos los años que llevo ejerciendo mi profesión. En  ambas ocasiones los pacientes dejaron de jugar y comenzaron a cooperar. Los dos  tratamientos arrojaron resultados muy satisfactorios.  

La SESIÓN número 3 consiste en 14 ejercicios ordenados en esta secuencia: A, B,  C, D, E, F, I, G, H, R, L, S, T, Q. 

Los ejercicios A y B se describen en el capítulo 2. Los ejercicios C, D, E, F, G, H, L y  Q se encuentran en el capítulo 3. Nótese que la secuencia es ligeramente diferente  que la de la segunda sesión.  

EJERCICIO I  

Mientras inspira, imagine que está respirando una anestesia pura, limpia e  inodora. Esta anestesia fluye por todo su cuerpo y usted experimenta una  tibia sensación de hormigueo y entumecimiento. Cada vez siente más  deseos de respirar profundamente para aumentar esta sensación de paz,  relajación y tranquilidad. A partir de ahora, y hasta el final de la sesión,  cada vez que respire se relajará más profundamente.  

EJERCICIO R-1 (Sólo Para mujeres)  

Mientras continúa usted flotando suave y dulcemente cada vez más  relajada, centre su atención en la punta de su nariz y manténgala allí hasta  que llegue un punto en el que toda su atención se dirija únicamente al  sonido de mi voz En este punto olvídese de la punta de su nariz y limítese a  seguir escuchando mi voz relajándose cada vez más profundamente.  Quiero que se imagine a sí misma tal y como desearía ser, guapa y delgada,  activa y llena de energía, elegantemente vestida con una ropa que favorece  su hermosa silueta. Ésa es usted Ésta es la hermosa mujer en la que usted  se está convirtiendo. Cada día que pase a partir de hoy usted se parecerá  cada vez más a la mujer que realmente le gustaría ser. Se sentirá relajada  y serena, independientemente de lo que ocurra a su alrededor, y será capaz  de afrontar cualquier situación con absoluta serenidad y sensatez. Y se  sentirá tan a gusto consigo misma que dispondrá de toda su energía para  utilizarla cada día de su vida. Y le resultará muy sencillo mantener una  dieta estricta independientemente de lo que haga o de donde se encuentre.  

EJERCICIO R-2 (Sólo para hombres)  

Mientras continúa usted flotando suave y dulcemente cada vez más 

relajado con cada respiración, centre su atención en la punta de su nariz y  manténgala allí hasta que llegue un punto en el que toda su atención se  dirija únicamente al sonido de mi voz. Cuando llegue a ese punto, olvídese  de la punta de la nariz y concéntrese únicamente en el sonido de mi voz,  mientras se relaja cada vez más. Mientras esté pendiente de la punta de su  nariz, quiero que por un minuto se imagine a si mismo tal y como desearía  ser, sano y delgado, guapo y viril, lleno de energía y vitalidad, seguro de sí  mismo y con una ropa elegante que realza su cuerpo delgado y bien  proporcionado. Ése es usted. Éste es el hombre apuesto y viril que usted  puede llegar a ser. A partir de ahora usted conservará la calma y la  serenidad, independientemente de lo que le ocurra, y será capaz de  afrontar cualquier situación con absoluta tranquilidad y sensatez. Y se  sentirá tan a gusto consigo mismo que dispondrá de toda su energía cada  día de su vida. Y le resultará muy sencillo mantener diariamente una dieta  estricta, independientemente de lo que haga o de dónde se encuentre.  

EJERCICIO S  

Comerá usted siempre muy lentamente, y después de comer una pequeña  ración de los alimentos recomendados se sentirá completamente  satisfecha. Eso es todo lo que su cuerpo necesita en este momento, y esto  es todo lo que le apetece. No tendrá ningún deseo de comer entre las  comidas, ni de tomar ningún tipo de dulces, ni almidones, ni de alimentos  ricos en grasa. Cuanto más se prolongue su dieta, más fácil le resultará  atenerse a ella y más rápidamente perderá usted peso, ya que está usted  comenzando a acostumbrarse a comer correctamente en relación con lo  que su cuerpo necesita. Y en tanto su cuerpo responda a este nuevo hábito,  a medida que su estómago se contraiga un poquito cada día, se sentirá  usted mucho más cómoda tomando menos alimentos, y todos esos kilos  que le sobran desaparecerán más rápidamente y con mayor facilidad. Cada  día estará usted más delgada y más guapa, y se sentirá estupendamente  bien.  

(Quizá consideréis que es más adecuado emplear la palabra «atractiva» en vez de 

«guapa». Si el paciente es un hombre usaremos la palabra «guapo» o «apuesto».)  

EJERCICIO T  

Continuará usted practicando constantemente el ejercicio de autohipnosis  todos los días y con la mayor asiduidad posible, y cada vez que lo realice se  relajará completamente. Se relajará usted tan profundamente como lo está  en este momento, y cualesquiera sean las sugerencias e indicaciones, éstas  calarán más hondo en cada ocasión. Con la práctica diaria de este ejercicio,  mantendrá usted un perfecto control sobre su apetito. Será capaz de  disolver la sensación de hambre y cualquier tipo de tensión, cualquier  impulso de comer o beber algo que no le beneficie, cualquier miedo,  ansiedad o dolor innecesario. Ahora tiene usted el control sobre sí misma y  logrará que su mente realice cualquier cosa que desee. Usted tendrá éxito  en todo lo que emprenda y disfrutará de esta situación. Disfrutará también  de su atractiva apariencia y se sentirá mejor cada día. 

Capítulo 5  

Sesión de hipnosis número 4  

L A SESIÓN número 4 es probablemente la más valiosa e influyente de las seis  sesiones que se explican en este libro. En esta sesión os ocuparéis del mecanismo  que permite al sujeto mejorar enormemente su autoimagen y afrontar y resolver  sus problemas. Mediante dicho mecanismo es posible crear una habitación personal  y privada a la que el paciente puede acudir cuando necesita resolver sus problemas.  Del mismo modo que habéis hecho en las sesiones previas, debéis comenzar ésta  dialogando con el paciente para descubrir si está progresando con la autohipnosis y  con el control de su dieta. Ofreceréis ayuda al sujeto para resolver cualquier  obstáculo que impida su progreso, y luego comenzaréis la sesión de inducción  hipnótica.  

La SESIÓN número 4 consiste en 14 ejercicios ordenados en la siguiente  secuencia: A, B, C, D, E, F, I, G, U, V, W, X, Y, Q.  

Los ejercicios A y B se describen en el capítulo 2. Los ejercicios C, D, E, F, G y Q se  explican en el capítulo 3. El ejercicio I se encuentra en el capítulo 4.  

EJERCICIO U  

Este ejercicio es uno de los que más influencia tiene sobre los pacientes y es una de  las herramientas más útiles para la hipnosis y la autohipnosis. Ayuda a crear un  sitio personal—una habitación o un templo privados—donde tiene lugar una nueva  programación científica. El uso que se hace de este ejercicio para la autohipnosis se  explica en el capítulo 11.  

Deseo que imagine que está usted de pie en el escalón superior de una  sólida escalera de madera. Sienta la moqueta debajo de sus pies. Puede ser  del color y del tipo que usted quiera... imagínela. Ahora extienda el brazo y  toque el pasamano. Sienta la madera lustrada en contacto con su mano.  Está usted a una distancia de diez escalones del suelo. Las escaleras  descienden hacia el suelo formando un arco. Dentro de un momento  bajaremos por la escalera. Al descender cada uno de los escalones, usted  se relajará cada vez más profundamente. En el momento que pise el suelo 

se habrá relajado profundamente; nunca había conseguido relajarse tanto.  Baje ahora suave y fácilmente hasta el noveno escalón. Sienta cómo se  relaja cada vez más. A continuación baje al octavo escalón mientras se  relaja un poco más. Ahora baje al séptimo, al sexto, al quinto, al cuarto, al  tercero, al segundo, al primero. Ahora se encuentra usted en el piso  inferior. Hay una puerta muy cerca de usted, estire la mano y ábrala. Desde  la habitación contigua llega un haz de luz Camine hacia la habitación,  diríjase hacia la luz a través de la puerta. Ahora se encuentra usted dentro  de la habitación, mire a su alrededor. Ésta es su habitación y puede ser de  la forma que usted desee. Puede ser de cualquier tamaño y de cualquier  color. En ella puede guardar todo lo que desee. Puede agregar o quitar  cosas, ordenarlas según su propio gusto. Puede amueblarla como más le  apetezca, decorarla con cualquier objeto, colocar las ventanas o los  cuadros que sean de su agrado, o hacer lo que realmente quiera porque  este lugar le pertenece... es su lugar interior privado y en ella será usted  libre. Libre para crear, libre para ser usted misma. Libre para hacer su  voluntad, y la luz que brilla en esta habitación es su luz. Sienta la luz a su  alrededor, brillando sobre todas las cosas hermosas que hay en su  habitación, resplandeciendo sobre usted, sienta la energía de la luz. Deje  que la luz fluya a través de todo su cuerpo, penetrando a través de cada  uno de los poros de su piel, llenándola completamente y apartando toda  duda, eliminando todos los miedos y las tensiones. Está usted llena de luz,  diáfana y radiante, resplandeciendo con la brillante luz que impera en su  habitación.  

EJERCICIO V-1 (Sólo para mujeres)  

Mientras se encuentra de pie en medio de la luz de la habitación, quiero  que construya una imagen de sí misma tal y como desearía ser. No como a  otros le gustaría que usted fuera, sino como usted misma realmente desea  ser. Vea su propia imagen frente a usted en medio de la luz Se ve delgada,  guapa, serena y libre, vestida con ropa elegante que realza su atractiva  figura. Ésa es usted Ésa es realmente usted. Es la mujer que está 

empezando a ser. Diríjase hacia su imagen. Acérquese a ella. Ahora  introdúzcase en la imagen para fundirse con ella. Es la mejor parte de  usted misma, una parte viviente de su ser que será cada día más fuerte.  

EJERCICIO V-2 (Sólo para hombres)  

Mientras se encuentra de pie en medio de la luz de la habitación, quiero  que construya una imagen de sí mismo tal y como desea llegar a ser. No  como a otros le gustaría que usted fuera, sino como usted mismo  realmente desea ser. Vea su propia imagen frente a usted en medio de la  luz. Se ve usted delgado, sano, apuesto, sereno y libre y vestido con ropa  elegante que luce usted muy bien debido a su cuerpo bien proporcionado.  Ése es usted. Ése es realmente usted Es el hombre que está empezando a  ser. Diríjase hacia su imagen. Acérquese a ella. Ahora introdúzcase en la  imagen para fundirse con ella. Es la mejor parte de usted mismo, una parte  viviente de su ser que será cada día más fuerte.  

EJERCICIO W  

A partir de este momento cada día se sentirá usted más parecida a la mujer  en la que desea convertirse. Se sentirá serena y relajada en toda ocasión, y  será capaz de conservar la calma y abordar los problemas relajadamente.  Se sentirá muy bien y dispondrá de todas sus energías cada día de su vida.  Y le resultará muy sencillo mantener la dieta diariamente,  independientemente de dónde se encuentre.  

EJERCICIO X  

Comerá usted lentamente en toda ocasión, y cuando haya tomado una  pequeña ración de los alimentos recomendados se sentirá completamente  satisfecha. Eso es todo lo que su cuerpo necesita en este momento, y eso  es todo lo que le apetecerá comer. No tomará ningún alimento entre las  comidas ni después de cenar. No deseará tomar ningún tipo de dulces, ni  almidones, ni alimentos ricos en grasa. Todo eso pertenece al pasado y ya  no lo necesita porque ahora se está entrenando para acostumbrarse a 

comer correctamente y su cuerpo se está adaptando un poco más cada día.  Su estómago se está contrayendo poco a poco, y consecuentemente, usted  se sentirá más cómoda comiendo cada vez menos. Cada día adelgazará un  poco más y el proceso será cada vez más rápido y más fácil. Diariamente  perderá peso, se encontrará cada vez más atractiva y se sentirá  estupendamente bien.  

(Quizá os parezca más adecuado emplear la palabra «atractiva» en vez de «guapa».  Si el paciente es un hombre, usaremos la palabra «guapo» o «apuesto».)  

EJERCICIO Y  

Continuará usted practicando constantemente el ejercicio de autohipnosis  con la mayor asiduidad posible todos los días, y cada vez que lo realice se  relajará en profundidad y muy, muy rápidamente. En unos pocos minutos  se relajará usted tan profundamente como lo está en este momento,  incluso más aún. Y cualesquiera sean las sugerencias e indicaciones, éstas  serán más fuertes y calarán más hondo en cada ocasión, porque usted tiene  ahora el control de la situación y será capaz de llevar a cabo cualquier cosa  que desee. Podrá materializar todo aquello que usted indique a su mente  que desea conseguir, tendrá éxito en todo lo que emprenda y disfrutará de  esta situación. Disfrutará también de su atractiva apariencia y se sentirá  mejor cada día. 

Capítulo 6  

Sesión de hipnosis números 5 y 6  

SESIÓN NÚMERO 5  

E L OBJETIVO de la quinta sesión es reforzar las sesiones previas; todos los  ejercicios se han mencionado en los capítulos anteriores. La sesión número 5 es  prácticamente idéntica a la cuarta sesión, aunque ésta última presentaba un  ejercicio adicional (V) que sólo se realiza una vez con un determinado paciente.  

Ésta es la sesión que acostumbro grabar en una cinta porque es excepcionalmente  intensa y efectiva. Luego entrego la cinta al paciente para que la conserve.  Durante el diálogo inicial con el paciente, debéis recordarle que la habitación que  imaginó en la sesión número 4 (y que se reforzará en esta sesión) es una  herramienta especialmente importante. Podrá volver a ella a través de la  autohipnosis para alcanzar algún objetivo siempre que lo desee. En dicha habitación  puede crear su propia realidad con el fin de enriquecer su vida. Allí se encontrará en  contacto directo con su mente superior y obtendrá mejores resultados.  La SESIÓN número 5 consiste en 13 ejercicios, ordenados en la siguiente  secuencia: A, B, C, D, E, F, I, G, U, W, X, Y, Q.  

Los ejercicios A y B se describen en el capítulo 2; los ejercicios C, D, E, F, G y Q se  encuentran en el capítulo 3; el ejercicio I aparece en el capítulo 4; los ejercicios U,  W, X e Y se citan en el capítulo 5.  

SESIÓN NÚMERO 6  

La sexta sesión es también una sesión de reforzamiento. Doce de los ejercicios que  incluye han sido descritos en los capítulos anteriores. El nuevo ejercicio, Z, al que  denomino el Viaje a la Montaña, es de vital importancia, pues permite al sujeto  expandir su creatividad y comenzar a explorar su propia mente superior y el vasto  recurso de la inteligencia superior que está a su disposición. He presenciado algunas  hermosas e intensas experiencias al practicar este ejercicio.  

La SESIÓN número 6 consiste en 13 ejercicios, ordenados según la siguiente  secuencia: A, B, C, D, E, F, I, G, Z, W, X, Y, Q.  

Los ejercicios A y B se encuentran en el capítulo 2; los ejercicios C, D, E, F, G y Q se 

explican en el capítulo 3; el ejercicio I aparece en el capítulo 4; los ejercicios W, X e  Y se citan en el capítulo 5.  

EJERCICIO Z: UNA EXCURSIÓN A LA MONTAÑA  

Se encuentra usted tumbada en un prado de hierba verde y suave tomando  el sol. Observe las flores alrededor de su cabeza. La suave brisa acaricia su  cuerpo. Observe la hierba y las flores a 30 centímetros por encima de su  cabeza. Advierta cómo la brisa mece la hierba con suavidad. Sienta el  aroma de las flores. 

Ahora póngase de pie y mire en dirección al norte. Al final del prado se  levanta una majestuosa montaña. Vamos a hacer una excursión a la  montaña. A su derecha hay un pequeño río; inclínese para tocar el agua  fresca. Beba un poco de esa agua cristalina, pura y refrescante. Escuche el  murmullo de los saltos de agua de esta garganta.  

El río parece bajar de la montaña, de modo que vamos a remontar su curso.  Ahora llegamos a un estanque que está en el nacimiento del río. Aquí el  agua es cálida. Como en este nivel mental somos todos expertos  nadadores, vamos a nadar un rato. Sienta la tibieza del sol. Sienta la  calidez del agua mientras nada tranquilamente.  

Ahora es el momento de continuar nuestro ascenso a la montaña. Mientras  lo hacemos, escuche el gorjeo de los pájaros. Sienta el olor a pino. Mire las  rocas que hay en la orilla izquierda. Durante un rato, podemos ver el valle,  y a la derecha, nuestro prado entre los árboles. Estamos a medio camino de  la cima de la montaña. Vamos a detenernos un rato a descansar en esas  rocas que están a la derecha. Desde aquí podemos ver el prado en toda su  extensión. Ha llegado el momento de continuar andando. Escuche las  ardillas parloteando en los árboles.  

La brisa nos trae el olor de los cedros a medida que nos acercamos a la  cima. Por fin hemos llegado y podemos ver un profundo cañón del otro lado  de la montaña. En lo alto de la montaña encontramos una señal que dice:  «Pregunte lo que desee al cañón que está bajo sus pies, y encontrará la  respuesta escrita en el cielo.» De manera que formule ahora mismo su 

pregunta y busque la respuesta en el cielo. Ahora puede usted preguntar  alguna otra cosa. Vea la respuesta escrita allí arriba en el cielo.  Es tiempo de regresar a nuestro prado. Observe cómo el sol comienza a  descender entre las colinas allí a la izquierda. Debemos darnos prisa antes  de que oscurezca. Ahora estamos a mitad de camino y nos detenemos a  descansar en nuestra roca una vez más. Desde aquí contemplamos el  atardecer y seguimos nuestro camino hacia el prado. Escuche los sonidos  de los pequeños animales nocturnos. Al pasar junto al estanque, vemos el  reflejo de la puesta de sol en el espejo de su superficie. Sentimos la  frescura de nuestro pequeño río cuando pasamos junto a él. Hemos llegado  nuevamente a nuestro prado. Túmbese otra vez en la alta hierba. Sienta  una vez más el aroma de las flores. Advierta que la hierba y las flores  vuelven a su tamaño original en tanto nuestro prado y nuestra montaña  desaparecen de nuestra vista. 

PARTE II 

Capítulo 7  

Regresión y autorregresión  

Regresión  

LA REGRESIÓN es un viaje a una época anterior a través del tiempo: puede ser a  una etapa pasada de nuestra vida actual o a una vida anterior. La hipnosis es una  excelente herramienta para realizar este viaje hacia el pasado.  

No se debería intentar hacer regresar a nadie a una época pasada hasta que no se  haya llegado a ser un hipnotizador experimentado. La causa es que si la practica un  operador falto de la experiencia necesaria para hacerlo, la regresión puede ser una  experiencia traumática y desagradable para el paciente. Por ejemplo, supongamos  que se hace regresar a una persona a una vida pasada justo en el momento en que  va a ser decapitada. Eso podría significar un momento terrible para el paciente  porque se trata de una experiencia real. El ejercicio de regresión mencionado más  adelante enseña a prevenir y/o abordar dichos acontecimientos de la vida pasada  del sujeto.  

Para cierto tipo de situaciones, generalmente para el tratamiento de diversas  enfermedades mentales o desórdenes emocionales, puede ser necesario o deseable  que el sujeto experimente dolor, tormento, miedo o cualquier otra emoción intensa.  Pero esto pertenece estrictamente al dominio de la psiquiatría, de la psicología o de  la medicina. Si no practicáis ninguna de estas tres profesiones, debéis evitar  emplear la regresión de esta manera.  

En este capítulo os explicaremos una forma segura de practicar la regresión.  Yo solamente trabajo la regresión con aquellas personas que han sido previamente  hipnotizadas por mí o por alguna otra persona. Prefiero que el paciente que va a ser  sometido a una regresión esté familiarizado con la hipnosis. (Éste es mi modus  operandi personal; pero no quiere decir que sea necesario hacerlo como yo lo  practico. Como probablemente ya habéis adivinado, soy un hipnotizador que  prefiere los procedimientos seguros, y no deseo correr riesgos con mis pacientes.  Os recomiendo que trabajéis de la misma manera. En ocasiones he tenido que  corregir problemas creados por hipnotizadores ineptos, y me subleva que algunos  operadores sean tan descuidados y tan poco sensibles. Ésta es una de las razones 

por las que he escrito este libro: para enseñar cómo la hipnosis puede, y debe,  hacerse de una manera segura, respetuosa y profesional.)  

EJEMPLOS DE CASOS DE REGRESIÓN  

¿Para qué se utiliza la regresión?. A continuación expondré dos ejemplos de cómo  he utilizado personalmente la regresión.  

Caso l  

Un hombre de treinta y cinco años acudió a mi consulta debido a un dolor de  espalda crónico que sufría desde hacía muchos años y que nunca lo abandonaba.  Afortunadamente, este hombre tenía una elevada tolerancia innata al dolor, aunque  le producía una gran incomodidad e irritabilidad. Nunca había sufrido ninguna  enfermedad ni había tenido ningún accidente. Había consultado con muchos  médicos, y todos habían coincidido en que no existía ninguna causa física para su  dolor. Incluso le habían sugerido que posiblemente se tratara de su imaginación,  pero el dolor era real.  

Hice que este sujeto regresara al día en que el dolor había surgido por primera vez.  Tenía dieciséis años y se estaba entrenando para jugar con el equipo de baloncesto  del instituto. De pronto sintió un dolor tan intenso que no pudo presentarse a la  prueba. Sus días de atleta habían finalizado.  

La investigación bajo la regresión hipnótica reveló que había sido una estrella del  baloncesto en un pequeño colegio del medio oeste. Era un héroe local y todos lo  conocían. Todas las chicas hacían lo imposible por atraer su atención. Luego la  familia tuvo que trasladarse a Chicago debido al trabajo de su padre. Allí asistió a  un instituto en el que abundaban los atletas de primera calidad; la competencia era  feroz. Su clase contaba con más alumnos de los que había en el colegio al que había  asistido. Su antigua popularidad como astro del baloncesto no tenía ninguna  importancia en el nuevo colegio.  

Cuando comenzaron las pruebas, tenía miedo de fracasar debido a la enorme  competencia que existía. El miedo se agravaba por el hecho de que se había jactado  mucho de ser una estrella del baloncesto y había alardeado de sus éxitos anteriores.  ¿Adivinan lo que sucedió?. Repentinamente surgió un intenso dolor de espalda que 

no le permitió presentarse a las pruebas. Tenía un motivo que era fácil de  comprender y que todo el mundo encontraría justificado. Un motivo que le impedía  formar parte del equipo. Ahora podría ser un espectador que destacaba por su  conocimiento del deporte del juego y, desde la platea, ser más listo que los  entrenadores y los jugadores, además de presumir de sus pasadas hazañas  deportivas.  

Sometido aún a la hipnosis, lo induje a que comprendiera la naturaleza de su  problema. Luego le comuniqué que su dolor de espalda pertenecía a otra época y  que ya no era necesario que lo sintiera en su vida actual. Le expliqué que su dolor  se había bloqueado en 1964 y que él no conseguía abandonar esa etapa.  Posteriormente lo devolví lentamente al tiempo presente. Al abrir los ojos no sentía  dolor alguno por primera vez desde que tenía memoria. Aún hoy sigue sin sentir  ningún dolor. El tiempo total que duró su regresión fue de aproximadamente una  hora.  

Obviamente, es posible que este sujeto genere otro tipo de dolor (o síntoma) si le  toca enfrentarse con una situación que él crea que no puede afrontar. No obstante,  dudo de que lo haga, ya que ha aprendido las trampas que las personas pueden  tenderse a sí mismas. También dediqué bastante tiempo a aconsejarle cómo  afrontar y resolver problemas.  

Caso 2  

Una muchacha de dieciséis años vino a mi consulta porque deseaba ponerse a dieta.  Comía compulsivamente pero su verdadero problema era que tenía una imagen  muy mala de sí misma. Trabajamos con el programa de seis sesiones que he  descrito en la Parte I. Nos veíamos una vez por semana, y mi objetivo principal era  mejorar la imagen que tenía de sí misma. Resultaba muy fácil hipnotizarla, y al cabo  de cinco sesiones había perdido una aceptable cantidad de kilos y había dejado de  comer por compulsión pero, lo que es más importante, había modificado su  autoimagen. Estaba satisfecha consigo misma y se estimaba.  

Consideré que no era necesario que asistiera a la sexta sesión y comencé a llenar  un talón para reintegrarle el importe correspondiente (su madre había pagado por  adelantado las seis sesiones). Sin embargo, ella insistió en venir a la sesión número 

6 porque estaba interesada en hacer un trabajo de regresión, y yo acepté.  La hice atravesar por un ciclo de muerte y un ciclo de nacimiento. Le indiqué que  retornara a una experiencia de una vida pasada —en el caso de que hubiera existido  alguna— que tuviera una relación importante y directa con su vida actual. Revivió  ciertos episodios en diversas épocas de su vida, incluyendo la muerte de su esposo  a quien había amado con devoción. En todas sus experiencias amaba y era amada.  Había experimentado el trabajo duro y había aprendido cuán importante era y la  satisfacción que brindaba. Había pasado por la experiencia de vivir con alguien que  la necesitaba y que dependía de ella y había realizado un trabajo competente.  La regresión resultó ser una hermosa experiencia para ella, y le brindó dos premios  inesperados. En primer lugar, despertó de la regresión con un mayor sentimiento de  autovaloración y un gran amor por la vida. En segundo lugar, y he aquí una  verdadera sorpresa, reconoció a su marido muerto en la persona del chico del que  actualmente estaba enamorada. Aunque no eran parecidos físicamente y tenían  diferente nombre y nacionalidad, la aguda consciencia que se despertó bajo la  hipnosis le reveló este conocimiento.  

EL EJERCICIO DE REGRESIÓN  

Preparación  

En primer lugar, utilizad una serie de técnicas de relajación y visualización para  llegar a la hipnosis tal como se describe en la Parte I. Podéis elegir los ejercicios y la  secuencia que estiméis más adecuados según vuestra propia experiencia. Una  posibilidad es utilizar los ejercicios A, B, C, D, E, F, I, G, H.  

Al concluir el ejercicio H, iniciad el ejercicio de regresión que se explica en la  próxima sección. Dicho ejercicio es un enfoque general; debéis improvisar vuestro  propio texto para adecuarlo a vuestras necesidades. Para conducir a una persona a  una etapa anterior de su vida actual, se deben emplear palabras diferentes de las  que se utilizan para dirigir al sujeto hacia una vida anterior. Cuando formuléis  preguntas al sujeto una vez hipnotizado y dialoguéis con él, deberías preguntar o  verbalizar todo aquello que sea oportuno. En gran medida, las preguntas o  instrucciones dependerán de las respuestas que recibiréis del paciente. 

El ejercicio  

Voy a iniciar una cuenta atrás del 10 al 1. Cada número que pronuncie lo  sumirá en una relajación cada vez más profunda. Cuando llegue al 1, estará  usted en una playa de arena blanca frente a un maravilloso océano azul.  10... 9... 8... 7... 6... 5... 4... 3... 2... 1. Ahora se encuentra usted en una  playa de arena blanca frente a un bello océano azul Es el océano de la vida,  y se extiende sinfín frente a usted, hacia la derecha y hacia la izquierda.  Está usted de pie sobre las arenas del tiempo, que se extienden  infinitamente hacia su derecha y su izquierda. Ahora gire su cabeza y mire  a su izquierda. Las arenas del tiempo se extienden hacia el futuro. Observe  un banco de niebla en la playa que le impide mirar lo que hay tras él. Ahora  gire su cabeza y mire a su derecha. Las arenas del tiempo se extienden  hacia el pasado. Observe un banco de niebla en la playa que le impide mirar  lo que hay más allá de él.  

En unos instantes vamos a caminar hacia la derecha en dirección al banco  de niebla que está ocultando el pasado. En todo momento usted escuchará  mi voz y seguirá mis instrucciones. Cuando le haga alguna pregunta, me  responderá en voz alta.  

Ahora deseo que se dirija hacia la derecha y que atraviese las arenas del  tiempo hacia el pasado. Introdúzcase en el banco de niebla. La niebla lo  rodea completamente. Es fresca, agradable y revitalizante. Puede  detenerse. Quédese quieto en medio de la niebla. Dentro de unos instantes  contaré de 10 a 1, y con cada número que pronuncie lo conduciré cada vez  más atrás en el tiempo mientras la niebla comienza a desaparecer. Cuando  llegue a 1, la niebla se habrá disuelto totalmente y se encontrará usted en  un episodio previo de su vida, si hubiera alguno, que tenga una relación  directa e importante con su vida actual. Cualquiera sea la experiencia que  reviva, la verá como si de una película se tratara. Estará completamente  consciente de los detalles, de sus pensamientos y emociones, de quién es  usted, de dónde se encuentra y de lo que está haciendo. Se dará usted  perfecta cuenta, como si fuera una película, de si goza o sufre, si siente  pena o si está enamorado; estará consciente de cualquier emoción o 

sensación que experimente, pero no la sentirá físicamente. Será capaz de  observarlo y describirlo. Cada vez que yo diga «RELÁJESE»,  inmediatamente desaparecerá lo que esté usted experimentando y  respirará profundamente, se relajará y sentirá paz mientras escucha el  sonido de mi voz y responde a mis instrucciones.  

Ahora voy a contar de 10 a 1, y usted regresará en el tiempo  progresivamente a medida que yo pronuncie cada número. Al llegar a 1, la  niebla habrá desaparecido y se encontrará usted en un episodio de su vida  anterior.  

10... 9... 8... 7... 6... 5... 4... 3... 2... 1. Ahora se encuentra usted en ese  episodio del pasado, Mire a su alrededor. ¿ Qué es lo que ve ? (Esperad la respuesta.)  

¿Quién es usted?  

(Esperad la respuesta.)  

NOTA: En este punto debéis improvisar el diálogo. Si el sujeto ha regresado a un  episodio desagradable de su vida que le causa ansiedad, decid simplemente  «RELÁJESE». La experiencia desaparecerá y podréis conducirlo a otra experiencia  diciendo:  

Voy a contar hasta 3 y a chasquear mis dedos. En ese momento se  encontrará usted 

(Utilizad las palabras indicadas como, por ejemplo, «en un episodio de su vida  pasada», «un año más tarde» o «el día anterior».)  

1...2...3.  

(Chasquead los dedos.)  

Ahora está usted...  

(Utilizad vuestras propias palabras para expresar lo que esté indicado en cada  caso.)  

Cuando estéis preparados para devolver al sujeto al presente y despertarlo, debéis  decir lo siguiente:  

Relájese más profundamente. En unos instantes voy a contar del 1 al 10, y  cuando llegue al 10 usted volverá a  

(Decid la hora y fecha actual, día, mes y año; por ejemplo, 5 de la tarde, 4 de julio 

de 1997.)  

y tendrá usted consciencia de estar cómodamente sentado en una silla con  los ojos cerrados. 1... 2... 3... 4...5...ó...7...8...9...10 Hoy es  (Repetid la fecha y la hora.)  

y está usted cómodamente sentado en una silla con los ojos aún cerrados.  Voy a contar del 1 al 5 y chasquearé mis dedos. Entonces abrirá usted los  ojos, estará completamente despierto y se sentirá estupendamente bien.  Recordará todo lo que ha revivido. 1... 2... regresa usted lentamente... 3...  cuando cuente 5 abrirá los ojos, se despertará y se sentirá muy a gusto...  4... 5.  

(Chasquead los dedos.)  

¡Abra los ojos, despierte y, al hacerlo, experimentará un gran bienestar!  

Análisis  

Dialogad con el paciente sobre la sesión de regresión que acabáis de realizar ya que  esta conversación posterior a la experiencia representa una importante herramienta  de aprendizaje para ambos.  

Las palabras empleadas durante el procedimiento de regresión son esenciales. No  debéis utilizar atajos. Fijaos en la simbología y en la visualización que utilizo al  comienzo: las arenas del tiempo, el océano de la vida, el banco de niebla. Debo  destacar que digo vamos a caminar por la playa y no digo usted va a; esto se debe  a que quiero que el paciente sepa que no está viajando solo; él tendrá consciencia  de mi presencia dondequiera que vaya, y yo estaré siempre a mano para ayudarlo y  para conversar con él.  

Observad que le indico que siempre escuchará mi voz y será capaz de seguir mis  instrucciones y conversar conmigo. Eso le dará seguridad.  

Observad también que abordo la situación de forma tal que el paciente no sentirá  ningún trauma; él contemplará la situación como si se tratara de una película.  Introduzco la palabra clave «relájese» como dispositivo para abandonar un episodio  determinado. Se trata de una herramienta de seguridad y también de transición.  

Para profundizar el viaje, cuento hacia atrás. Para volver al momento actual cuento  en sentido ascendente. Advertid también que siempre comunico al sujeto lo que voy 

a hacer: «En unos instantes contaré... y usted se despertará.» Luego digo: «Ahora  voy a contar... y usted ya está consciente...» Es una modificación sutil, pero  esencial.  

Después informo al sujeto que, al despertar, recordará todo lo sucedido.  Estrictamente hablando, esto no es necesario porque el sujeto siempre recuerda lo  sucedido cuando despierta de la hipnosis, a menos que el operador le haya indicado  lo contrario. Estimo que la ventaja principal de la regresión es recordar lo sucedido,  y por este motivo incluyo esta frase para reforzar el mecanismo. No es necesario  incluirlo en el procedimiento.  

La regresión requiere que el operador sea muy experimentado. Es preciso meditar  el objetivo de la regresión antes de realizarla y tener clara la dirección general de  las preguntas que se formularán al paciente. También es necesario estar preparado  para improvisar sobre la marcha según el rumbo que tomen los acontecimientos.  

No debéis poner palabras en boca del sujeto ni sugerirle lo que debe esperar revivir.  Durante el procedimiento no digo que se dirigirá a una experiencia vivida, sino «...  a una experiencia o un episodio del pasado, si existiera alguno...» En estado  hipnótico, el paciente siempre intentará complacer al operador. Si decís a un  hombre: «Diríjase usted a un episodio anterior de su vida en el que era usted una  mujer», él creará dicha situación aunque realmente nunca haya existido. Cuando lo  haga, será consciente de que la está inventado, pero no le importa puesto que eso  es lo que le habéis pedido.  

Debéis elegir vuestras propias palabras muy cuidadosamente para que la sesión de  regresión sea válida. No impongáis vuestras propias ideas ni conceptos.  Una advertencia final para los viajes a través del tiempo: en mi procedimiento,  comunico al paciente que el futuro está a la izquierda, y así es. ¿Es posible  progresar en el tiempo del mismo modo que se regresa al pasado?. Efectivamente.  No obstante, no me ocuparé de este tema en este libro. No deberíais intentar  conducir a un paciente al futuro a menos que tengáis una importante experiencia en  otras fases de la hipnosis. Sin embargo, existe la técnica para hacerlo.  Existen muchas otras técnicas de regresión que son muy efectivas. El ejercicio  descrito en este libro es el método que yo utilizo; podéis utilizarlo y también podéis  crear un método propio o practicar cualquier otro ejercicio que conozcáis al hablar 

con otros hipnotizadores.  

PARTE III  

Aplicaciones prácticas e información complementaria 

Capítulo 8  

Otros tipos de hipnosis  

HIPNOSIS PARA NIÑOS  

LAS TECNICAS y los ejercicios de los que nos ocupamos en este libro son para  adultos, específicamente a partir de los catorce años. Los niños no necesitan  procedimientos tan prolongados ya que su actividad cerebral se encuentra  predominantemente en alfa. Es mucho más sencillo y más rápido inducirlos al  estado hipnótico; cuanto más pequeños sean, más rápidamente responderán y más  breve deberá ser el procedimiento. Además, debido a que no pueden centrar su  atención durante mucho tiempo, no prestarán atención a un texto tan extenso y  aburrido. Para hipnotizar a los niños generalmente emplea el contacto físico.  

La mente de los niños es muy poderosa porque no encubren sus opiniones con  falsas tonterías como hacemos los adultos. No han desarrollado aún inhibiciones ni  obstáculos artificiales que bloqueen sus pensamientos y su comportamiento como  nos sucede a los adultos. Como resultado, los niños responden fácil, rápida y muy  efectivamente a la sugestión hipnótica. Lleva mucho más tiempo condicionar a los  adultos—con el fin de que puedan sortear sus inhibiciones—y acceder al niño que  llevan dentro de sí. Los niños suelen pensar: «Yo puedo.» La mayoría de los adultos  tienden a pensar: «Yo no puedo.». Ya lo escribió Virgilio, el poeta, hace más de  2.000 años: «Ellos pueden hacerlo porque se creen capaces de realizarlo.»  

Historia de un caso  

María (no es su nombre real), que entonces tenía once años, sentía un persistente  dolor de su oído izquierdo desde hacía un tiempo debido a una grave infección. El  médico le había recetado un medicamento para que la infección remitiera, pero el  efecto estaba resultando muy lento y los analgésicos no calmaban el dolor.  

Mi esposa y yo estábamos de visita en su casa y pregunté a sus padres si me  autorizaban a hipnotizarla para aliviar el dolor. Ellos estuvieron de acuerdo.  Pedí a María que se sentara frente a mí de modo que yo pudiera ver su oreja  izquierda.  

« ¿Cuál es tu problema?», le pregunté. 

Entre sollozos, respondió: «Me duele el oído.»  

« ¿Quieres tú que te duela?»  

«No.»  

« ¿Te gustaría que el dolor desapareciera?»  

Respondió afirmativamente con su cabeza.  

«Cierra los ojos, María. Voy a ponerte la mano sobre la oreja pero sin tocarla».  « ¿Sientes el calor de mi mano?» (La palma de mi mano derecha estaba sobre su  oreja izquierda pero sin establecer contacto.)  

«Muy bien. Ahora quiero que imagines que tienes un ojo interior que puede llegar a  todas las partes del interior de tu cuerpo. ¿Puedes hacerlo?»  

«Sí.»  

«Magnífico. Ahora mira con ese ojo dentro de tu oreja izquierda en el sitio exacto  donde sientes el calor de mi mano. ¿Puedes ver el interior de tu oreja?»  «Sí.»  

«Muy bien. Ahora imagina una energía muy intensa que sale de mi mano en  dirección a tu oreja. Esta energía te ayudará. Ahora quiero que ilumines el interior  de tu oreja con tu propia energía. Ilumina la oreja con esa energía. Ésa es tu  energía curativa que hará desaparecer el dolor y curará el oído. ¿Lo has  conseguido?»  

«Sí.» Comenzó a sonreír.  

«María, voy a contar hasta 3 y chasquearé mis dedos. Cuando lo haga, abrirás los  ojos y ya no te dolerá el oído, no volverá a dolerte más. 1... 2... 3. Abre los ojos y  te sentirás muy bien.»  

Abrió sus ojos y sonrió. «Muchas gracias», me dijo. El dolor se había desvanecido y  ella salió a jugar.  

Este procedimiento duró unos dos minutos. Lo único que hice fue dirigir la increíble  habilidad creativa de la niña para que solucionara la situación. Por otro lado, la  infección remitió rápidamente para desaparecer en veinticuatro horas.  Debéis grabar en vuestra mente los diferentes puntos relacionados con la técnica en  este caso en particular. Primero, pregunté a la niña qué era lo que pasaba, puesto  que, aunque yo sabía cuál era la situación, deseaba que ella definiera el problema  para que centrara su atención en él. Segundo, le pedí que me dijera si ella deseaba 

que el problema existiera. Una vez más, yo conocía la respuesta, pero al responder  negativamente, se comprometió a solucionarlo. Tercero, le pregunté si quería que la  ayudara. Su respuesta afirmativa reforzó su compromiso y la hizo confiar en mí y en  lo que yo iba a hacer. En este punto, ya habíamos resuelto la mitad del problema. A  partir de entonces, utilicé y guié sus propias energías creativas para solucionar lo  que quedaba de él.  

Ejercicio número 1 para niños  

Este ejercicio es especialmente efectivo para niños con edades comprendidas entre  cinco y ocho años. La actividad cerebral a esta edad se desarrolla casi  exclusivamente en alfa, de modo que se necesita muy poco tiempo para que la  hipnosis y la sugestión arrojen resultados positivos. El procedimiento de inducción  hipnótica es prácticamente físico en su totalidad en vez de verbal. Las indicaciones  son breves y concretas. Generalmente, este procedimiento no se prolonga más de  dos minutos y se lo puede emplear para cualquier tipo de problemas como, por  ejemplo, que el niño deje de mojar la cama por las noches o eliminar el miedo a la  oscuridad.  

También utilizo este breve ejercicio para adultos a quienes ya he hipnotizado y para  aquellos cuya capacidad de concentración es limitada debido a alguna enfermedad.  Los ejercicios breves también son aconsejables para eliminar un dolor o una crisis  de ansiedad en una situación de emergencia.  

Se le debe solicitar al niño que se ponga de pie junto a una pared con los pies  juntos y los talones contra la pared. Luego se debe colocar una silla a una distancia  aproximada de 60 ó 70 centímetros frente al niño y el operador se sentará frente a  él. Luego se le darán las siguientes instrucciones:  

Tommy, cuando te lo pida, quiero que comiences a inclinarte. Pronto  perderás el equilibrio y te caerás hacia delante, pero yo voy a sujetarteEn este momento, extended vuestros brazos y mantenedlos en esta posición para  mostrarle al niño que vais a sujetarlo.  

Cuando te encuentres entre mis brazos, cierra tus ojos y descansa,  mientras tanto yo te hablaré durante un rato. ¿Has comprendido?  Si el niño no ha entendido lo que habéis dicho, explicadlo hasta que lo tenga claro, y 

luego continuad.  

Muy bien, Tommy, comienza ahora a inclinarte. Continúa inclinándote hasta  caer en mis brazos.  

Cuando caiga en vuestros brazos, indicadle:  

Cierra los ojos y descansa entre mis brazos mientras te hablo.  En este momento le daréis las indicaciones que le ayudaran a resolver su problema.  Por ejemplo:  

Los bebés mojan la cama porque son muy pequeños para ir al cuarto de  baño. La gente mayor no moja la cama porque pueden ir al servicio cuando  desean. Tú eres un niño muy mayor y creces cada día un poco más. Tú  puedes ir al cuarto de baño cuando lo deseas porque eres mayor. A partir  de ahora acudirás al servicio cuando lo necesites. Y cuando estés  durmiendo, te despertarás si sientes deseos de ir al baño. Ya no volverás a  mojar la cama porque ahora puedes despertarte e ir al cuarto de baño  cuando sientas deseos de hacerlo. Te sentirás muy bien cada vez que te  levantes por las noches para ir al lavabo en vez de mojar la cama.  

Ahora voy a ponerte de pie; puedes abrir los ojos y despertarte  completamente.  

Poned al niño de pie muy suavemente y decidle:  

¡Abre los ojos! ¡Estás completamente despierto y te sientes  maravillosamente bien!  

Es bastante usual que el niño exprese deseos de ir al cuarto de baño  inmediatamente después de despertarse de esta breve sesión de hipnosis. Cuando  lo haga, estará reforzando la sugestión.  

A continuación me ocuparé de los puntos esenciales de este procedimiento.  La inducción nos permite ganar la confianza del niño. Cualquier niño sabe que  puede inclinarse fácilmente sin perder el equilibrio. Sin embargo, cuando el  operador le pide que se incline, el niño pierde el equilibrio y cae entre sus brazos tal  como se le ha indicado. De esta manera se establece un vínculo de confianza con el  hipnotizador, porque sin que él sepa el motivo, todo ha sucedido como el operador  le ha dicho. La razón de que pierda el equilibrio (aunque esto no se le explicará al  niño) es que nadie puede estar de pie junto a una pared con los pies juntos y luego 

inclinarse sin caer al suelo, ya que sus nalgas hacen presión contra la pared y  empujan el cuerpo hacia delante, haciéndole perder el equilibrio. Este procedimiento  es efectivo para los niños más pequeños porque los mayores pueden descubrir el  truco.  

Cuando sujetáis al niño entre vuestros brazos, establecéis un contacto y una  corriente de simpatía. Al mismo tiempo, el niño está en una posición que le impide  impacientarse o distraerse.  

La sugestión es breve, 1ógica y concreta. Siempre debería ser una sugestión  positiva que le haga sentirse seguro y a gusto consigo mismo. El ejemplo citado se  sostiene por el deseo de todos los niños de ser mayores y conseguir las metas de un  adulto.  

El niño despierta rápida y fácilmente, puesto que se da cuenta que, una vez que lo  han ayudado a ponerse de pie, el procedimiento ha terminado.  

Ejercicio número 2 para niños  

Este ejercicio es excelente para niños de cualquier edad, desde cinco años hasta  cien. Suelo utilizarlo para niños de entre nueve y catorce años. Este procedimiento  también requiere que el niño se encuentre en una determinada posición, que se  establezca un contacto físico y que el texto sea breve. La sesión completa durará  aproximadamente entre cinco y siete minutos, según lo que os extendáis con  vuestras sugerencias.  

La niña debe sentarse en una silla de respaldo recto sin apoyabrazos y colocada de  manera tal que no le dé la luz en los ojos. Debe colocarlas manos en su regazo, y  los pies deben estar planos sobre el suelo y un poco separados. El operador se  sentará frente a ella, ligeramente hacia la derecha. Una buena posición es colocar el  pie derecho entre los pies de la niña, pero sin tocarlos. De este modo el ojo derecho  del hipnotizador estará en el mismo plano vertical que el ojo derecho de la niña.  

Pediréis a la niña que mire hacia delante con el fin de que su línea de visión llegue a  vuestro pecho o cintura, según sea vuestro tamaño y el de ella.  Colocad la punta de vuestro dedo índice de la mano derecha sobre vuestro pómulo  derecho justo por debajo de vuestro ojo derecho y decid:  

Karen (nombre sustituto de la niña), quiero que mantengas la cabeza bien 

derecha y que mires hacia arriba hasta fijar tu mirada en mi dedo derecho  mientras lo mantengo debajo de mi ojo derecho.  

Dentro de un momento voy a mover mi dedo desde mi mejilla hasta tocar  tu frente. Quiero que sigas con la mirada el movimiento de mi dedo, hasta  que toque tu frente. Cuanto sientas el contacto de mi dedo quiero que  cierres los ojos, respires profundamente y te relajes. Ahora observa mi  dedo.  

Comenzad a mover el dedo lentamente desde vuestra mejilla hasta la frente de la  niña. Debéis tardar aproximadamente 5 a 10 segundos para darle tiempo a que  concentre plenamente su mirada y de este modo sus ojos realicen un cierto  esfuerzo.  

Al tocar la frente de la niña, decid:  

¡Mantén los ojos cerrados! Respira profundamente y relájate.  Retirad el dedo de la frente de la niña.  

Deja caer ligeramente la cabeza mientras los músculos de tu cuello se  relajan. Siente cómo se relajan tu cara y tus ojos, y siente también una  tibia sensación de hormigueo. Ahora todo tu cuerpo se relaja. Siente la  tibia sensación de hormigueo en tus hombros, en tu pecho, en tu cintura,  en tus caderas, en tus muslos, en tus pantorrillas, en tus tobillos, en tus  pies y en los dedos de los pies. Estás completamente relajada, de la cabeza  a los pies.  

En unos instantes voy a coger suavemente tus manos, una por vez, y fuego  las dejaré caer sobre tu regazo. Cada vez que lo haga, te relajarás un poco  más.  

Con vuestros dedos pulgar e índice, levantad con suavidad la muñeca derecha a  unos 5 centímetros de su regazo, luego dejarla caer otra vez. Decid: ¡Relájate!,  mientras dejas caer tu mano sobre tu regazo. Repetid el procedimiento tres veces  con la mano derecha y otras tres con la mano izquierda.  

En este punto se impartirán las indicaciones. Por ejemplo:  

Quiero que te imagines que estás en la escuela, sentada en tu pupitre  haciendo el examen de ortografía. Te sientes relajada y segura de ti misma.  Eres inteligente y tienes una memoria excelente. Puedes recordar cualquier 

tema que hayas estudiado fácilmente. La maestra está de pie al frente de la  clase. Pronuncia la primera palabra y tú la escribes de inmediato en tu  cuaderno. La has escrito correctamente. La maestra dicta una palabra tras  otra y no te cuesta ningún trabajo escribirlas perfectamente. Esto te hace  sentir muy bien. De pronto te das cuenta de que algunos niños tienen  problemas para escribir las palabras, pero tú no tienes ningún problema  porque has aprendido a relajarte y a dejar que tu mente prodigiosa haga el  trabajo por ti. Y mañana, cuando hagas tu examen de ortografía, te  sentirás tan relajada como lo estás ahora y tu mente trabajará con facilidad  para deletrear correctamente las palabras que dicte la maestra. Eres una  persona brillante, capaz de hacer correctamente todo lo que le indiques a  tu mente.  

Ahora voy a contar hasta 3 y chasquearé mis dedos; cuando lo haga,  abrirás los ojos, te despertarás completamente y te sentirás muy a gusto y  llena de energía mental y de confianza en ti misma. 1... 2... 3.  (Chasquead los dedos).  

¡Abre los ojos! Estás completamente despierta y llena de energía y  confianza en ti misma.  

A continuación resumiré los puntos más destacados de este procedimiento:  La posición física es fundamental. Debéis estar de pie frente al sujeto para que se  vea obligado a miraros. De esta forma adoptaréis una postura de autoridad que  conducirá al paciente a realizar lo que le indiquéis sin cuestionarlo. Sin embargo, os  colocaréis ligeramente hacia uno de los lados con el fin de no bloquearlo y de este  modo evitaréis que se intimide o se muestre aprensivo.  

El movimiento del dedo hacia la frente hace que los ojos del sujeto se desplacen en  sentido ascendente y experimenten un ligero cansancio o esfuerzo. Con esta acción  se dispara automáticamente el nivel alfa de la actividad cerebral.  Se trata de una técnica de relajación rápida que se refuerza y se profundiza con el  ejercicio de levantar las manos del regazo.  

Este procedimiento se encuentra a mitad de camino entre el que se utiliza para los  niños pequeños y el que se emplea con adultos. Es muy efectivo para cualquier  edad y suelo emplearlo con frecuencia. 

Resumen  

Los procedimientos de hipnosis utilizados con niños suelen ser cortos y rápidos.  Normalmente consisten en una actividad física o en el contacto físico que tiene  como fin llevar a cabo la inducción hipnótica. Es preciso estructurar correctamente  la sugestión a fin de transmitir con rapidez el mensaje de una forma alegre y  optimista. Los dos procedimientos que se explican aquí son los que suelo utilizar,  pero de ningún modo son los únicos que existen. Estos ejemplos son útiles cuando  se empieza a trabajar con la hipnosis.  

Generalmente no es necesario hacer sesiones previas a la hipnosis con los niños, ya  que sus mentes no están bloqueadas con ideas erróneas y preconcebidas tal como  sucede con los adultos. Los niños aceptan las cosas tal como son y responden en  consecuencia. En muchos sentidos son más adultos que los propios adultos, de  modo que así es como hay que tratarlos. Existe una regla esencial que debéis  recordar al trabajar con niños: nunca se los debe menospreciar ni se los debe tratar  de un modo condescendiente. Son iguales a vosotros y merecen ser tratados con  respeto.  

Una advertencia: Nunca, jamás se debe hipnotizar a un niño sin el consentimiento  de sus padres, y en toda ocasión debe estar presente al menos uno de los padres  durante la sesión de hipnosis. Mejor aún si están presentes los dos padres o dos  personas en las que el niño tenga plena confianza; el niño se sentirá protegido y  más confiado. Y también vosotros os protegeréis de falsas acusaciones o posibles  denuncias legales.  

Grabadlo en vuestra mente: NUNCA debéis hipnotizar a un niño sin la autorización  de sus padres, y SIEMPRE que lo hagáis deben estar presentes en la sesión dos  testigos adultos que sean responsables.  

HIPNOSIS EN GRUPO  

En ocasiones os pueden invitar a hablar sobre la hipnosis en un colegio o en una  universidad, en un club o en cualquier otra organización o incluso en una fiesta  informal. En estas situaciones grupales, la parte fundamental de vuestra  intervención debe consistir en realizar una breve sesión de relajación profunda de 

las personas allí presentes. Para llevar a cabo una sesión de hipnosis en grupo,  utilizad los mismos ejercicios que empleáis para una sesión individual. A1 no tener  como objetivo resolver ningún tipo de problemas, realizaréis una serie de ejercicios  enfocados a lograr un estado hipnótico superficial, verbalizando sugerencias  generales, y luego despertaréis a los sujetos.  

Instrucciones previas a la hipnosis  

Antes de comenzar la demostración, explicad al grupo qué es la hipnosis, y además  estableced dos reglas fundamentales. Primero, no se debe fumar en la sala antes de  comenzar la conferencia y tampoco durante la exposición ni durante la  demostración. (Tampoco permito fumar en la habitación donde realizo las sesiones  de hipnosis.) En otras palabras, en la sala no debe haber humo ni tampoco un aire  impregnado de olor a tabaco. El motivo de esta medida es que las personas bajo  estado hipnótico se vuelven hipersensibles y el humo, aunque sea de un solo  cigarrillo, puede causar que muchas de las personas sufran un acceso de tos.  

Segundo, comunicad al grupo que cualquier persona tiene la libertad de no  participar en la sesión de hipnosis. En el caso de que decidan no participar, pueden  permanecer sentados con los ojos abiertos para observar lo que sucede, con la  condición de no perturbar a aquellos que participan, o abandonar la sala. A todos  aquellos que participan les comunicaréis que pueden abrir los ojos y echar un  vistazo a lo que está sucediendo, si así lo desean. Dejad bien claro que se trata  simplemente de una breve demostración de las técnicas de relajación profunda.  Cuando los miembros del grupo sepan que pueden observar lo que sucede, se  sentirán más confiados y desaparecerán sus aprehensiones. (En toda mi experiencia  profesional jamás me encontré con alguien que no deseara participar ni que abriera  los ojos para ver lo que pasaba.)  

El ejercicio de demostración  

Comenzad la sesión con los ejercicios A, B, C, F, G, I o cualquier otra serie que  consideréis oportuna. (Los ejercicios A y B se encuentran en el capítulo 2; los  ejercicio C, F, G e I en el capítulo 3.) Luego verbalizad algunas sugerencias  generales como por ejemplo: