Hipnosis para Principiantes William W. Hewitt IntroducciónUn viaje a la playaImagina que estás sentado en una gran roca y que el mar está a unos seis metros por debajo de ti... presta atención al rugido del océano al golpear contra las rocas... olfatea el aire salado... escucha las gaviotas... descubre el sendero que va hacia la playa... baja por él... quítate los zapatos y camina con tus pies desnudos sobre la cálida arena en dirección al mar... deja que el tibio mar meje los dedos de tus pies... agáchate y escribe “Te quiero” y los nombres de las personas que son especiales para ti... observa cómo las olas se llevan tu mensaje hacia el mar. Ahora sabes que tu mensaje ha sido entregado.
Mis experienciasDurante veinticinco años he practicado la hipnosis y he hipnotizado a cientos de personas en todas las situaciones concebibles. Cuando comencé, dedicaba media jornada por las tardes y los fines de semana a esta actividad sin cobrar a mis pacientes, ya que estaba aprendiendo, y de esta forma podía mejorar mis conocimientos; durante esos años, me ganaba la vida como escritor técnico.
Mi objetivoMi objetivo al escribir este libro es presentar la hipnosis como una práctica honrada y beneficiosa. Si se practica la autohipnosis a solas en una habitación o con una persona amada o un amigo o amiga, los beneficios pueden ser enormes. Cuando marido y mujer practican la hipnosis con un mismo objetivo, pueden compartir un amor, una comprensión y una armonía que nunca antes hubieran creído posible. Por medio de la autohipnosis os acercáis a vuestro ser superior y, a través de él, a todos los demás; en verdad no existen aspectos negativos en la hipnosis. Si nos aproximamos a ella con integridad, obtendremos resultados muy ventajosos.
Los ejerciciosCada sesión de los capítulos 2 a 6 contiene ejercicios que se nombran con letras o con una combinación de un número y una letra. (Dichas letras o combinaciones no se deben pronunciar en voz alta; sólo sirven para registrar los ejercicios grabados). El sistema de numeración no tiene un significado especial y es fácil de identificar.
Definición de términosA continuación ofrecemos las definiciones de diversos términos utilizados a lo largo de este libro.
Capítulo 1: Cómo convertirse en un hipnotizadorCUALQUIER PERSONA puede aprender rápida y fácilmente las técnicas necesarias para convertirse en un hipnotizador. De cualquier forma, para llegar a ser un buen hipnotizador se requiere ser íntegro, honrado y consagrarse a dicha actividad con fines humanitarios. En el caso de tener todas estas cualidades, lo único que usted necesita es memorizar las técnicas y luego práctica, práctica y más práctica para seguir aprendiendo cada vez que practique la hipnosis. Después de haber practicado y aprendido mucho, usted podrá considerarse un hipnotizador. ¿QUÉ ES LA HIPNOSIS?La hipnosis es semejante al estado de ensoñación diurna, en el cual la mente consciente se aquieta o permanece pasiva. Mediante su práctica, el hipnotizador sugestiona la poderosa mente subconsciente del sujeto.
SugestionesEn otros capítulos encontraréis las indicaciones que se emplean en la hipnosis. De momento, solo es preciso saber que es extremadamente importante que sean positivas, constructivas y que proporcionen beneficios. Esto se debe a que la mente subconsciente ignora la diferencia entre una sugerencia positiva y una negativa. La mente subconsciente simplemente acepta lo que se le ofrece y luego actúa en conformidad con ello.
Mitos.-Existen demasiadas equivocaciones con respecto a la hipnosis, muchas de las cuales han sido difundidas por películas que tratan de personas convertidas en zombis por una persona extremadamente poderosa que exclama: « ¡Mírame a los ojos!» Esto puede resultar interesante, pero es mera ficción y no tiene ninguna relación con la verdad. A continuación expondremos algunos de los mitos más comunes y los explicaremos.
LA HIPNOSIS COMO PROFESIÓN Si estáis interesados en hacer de la hipnosis una profesión o una actividad complementaria, en la siguiente sección encontraréis algunos temas a tener en cuenta además del contenido del resto del libro. Se debe disponer de: Un despacho silencioso con un mínimo de tres asientos. Una silla para el hipnotizador, un sofá para el sujeto y otra silla (del tipo que se desee) para una tercera persona ya que los pacientes generalmente llegan acompañados. Si se utiliza una habitación en el domicilio propio, se ahorrará dinero. Si se alquila una oficina, ésta debe ser silenciosa, tener un amplio aparcamiento y un fácil acceso desde cualquier punto de la ciudad. ∙ Un escritorio o mesa para escribir. ∙ Una grabadora y cintas vírgenes. ∙ Papel, carpetas y ficheros. ∙ Las instrucciones impresas para la autohipnosis (véase el capítulo 3). ∙ Las dietas impresas (véase el capítulo 3). ∙ Dos estilográficas con linterna con pilas nuevas. Son necesarias únicamente en el caso de que se desee leer los procedimientos de inducción hipnótica y la iluminación de la habitación no sea suficiente. ∙ Una tarjeta de 15 x 15 centímetros (tamaño aproximado) con un gran punto rojo dibujado en ella (véase el capítulo 3). Todos los ejercicios de hipnosis mecanografiados y guardados en un sitio de fácil acceso para el caso de que se produzca una laguna en la memoria. Aun después de haber aprendido de memoria todos los ejercicios, solía imprimirlos en unas tarjetas de aproximadamente 10 x 15 centímetros (una tarjeta para cada ejercicio) como medida de seguridad. Si no se desea mecanografiar los ejercicios, es posible comprar otros dos libros y recortar las páginas correspondientes, pegándolas luego en las tarjetas. Serán necesarios dos libros más, ya que muchos de los ejercicios se han impreso en ambas caras de una misma página. El gasto mínimo que supone comprar dos libros más elimina la incomodidad de tener que copiar todos los ejercicios. Dos formularios impresos que deben ser firmados por el paciente atestiguando que conocen la naturaleza de la hipnosis, que se someten a ella por voluntad propia y que el hipnotizador está libre de cualquier responsabilidad. Debéis consultar con vuestro abogado los términos reales de dicho formulario. Tarjetas comerciales. Teléfono. Un/a recepcionista con un despacho independiente o un contestador telefónico con el fin de no interrumpir las sesiones. Gastos.- Alquiler (a menos que trabajéis en vuestra propia casa). Publicidad. La publicidad es cara, pero necesaria en cierto grado. Un anuncio (quizá de un tamaño aproximado de 7,5 x 10 centímetros) en el periódico del domingo será suficiente. Con un contrato a largo plazo, será posible conseguir un precio más bajo. Es ineludible un pequeño anuncio en las páginas amarillas de la guía de teléfonos. Un 70 por 100 de mis pacientes llegaron a través de este medio; un 20 por l00 de la transmisión boca a boca, y el 10% restante por medio del periódico. Aceptad cualquier invitación para hablar sobre la hipnosis, incluso reuniones en clubes locales, escuelas secundarias o universidades y también reuniones de amigos, ya que representan una excelente publicidad. Honorarios.- Cuando me retiré en el año 1992, mis honorarios eran de 50 dólares por sesión (cada sesión dura entre 30 minutos y una hora). No prolongo la sesión más de una hora porque lo encuentro contraproducente para el paciente. Los honorarios incluyen la consulta previa y la consulta posterior a la hipnosis, una cinta donde he grabado una de las sesiones (normalmente la sesión número 5) y la información para la autohipnosis. Si tengo que desplazarme, cobro una suma modesta en concepto del tiempo de traslado y de la gasolina si el domicilio del paciente dista más de 8 ó 9 kilómetros de donde me encuentro. En algunas zonas del país (incluso en las grandes áreas metropolitanas) es razonable cobrar entre 50 y 100 dólares por sesión. Para ciudades pequeñas o zonas rurales es más adecuado cobrar entre 20 y 40 dólares. Será preciso que evaluéis vuestra situación para establecer vuestros propios honorarios. Mi filosofía es que se debe cobrar lo necesario para cubrir gastos y obtener una retribución que se ajuste al tiempo empleado y a la experiencia del hipnotizador. Debéis tratar de ofrecer el paciente el menor número de sesiones posibles para alcanzar el objetivo deseado. Yo nunca he visto a un paciente más de seis veces, ya que deseo que sea independiente y capaz de resolver sus problemas por sí mismo. A partir de la segunda sesión enseño a los pacientes a practicar la autohipnosis para que dispongan de los recursos necesarios para resolver sus problemas con la misma efectividad que lo haría yo. Os recomiendo la misma estrategia en vuestra práctica. No seáis codiciosos; debéis pensar, en primer lugar, en las necesidades de los pacientes. De este modo trabajaréis correctamente. Os recomiendo muy especialmente que solicitéis el pago de la sesión por adelantado, ya que una vez concluida no habrá forma de cobrar si el paciente decide no pagar u os entrega un talón en descubierto. También es posible ofrecer un incentivo para esta condición de pago por anticipado, por ejemplo que paguen cinco sesiones en la primera consulta y se beneficien de una sexta sesión gratuita. CÓMO PRACTICAR LA HIPNOSIS En primer lugar, debéis memorizar los ejercicios o, en su defecto, tenerlos a mano para poder leerlos fácilmente. Luego es necesario tener en cuenta una serie de situaciones, incluyendo el tono de voz y el ritmo del discurso; la posición del sujeto y la vuestra; el ambiente (incluyendo la iluminación, el ruido y los sonidos de fondo); la grabación de las sesiones; la utilización de un equipo exterior; la observación del paciente y, finalmente, la comprobación de los resultados. Tono de vez y ritmo del discurso.- Utilizad vuestro propio tono de voz. Esto puede parecer una afirmación fútil pero no lo es. He observado que muchos hipnotizadores principiantes alteran deliberadamente su vez durante las sesiones con el propósito de conseguir más resonancia, más profundidad y cierta teatralidad. Esto es una tontería; utilizad vuestra voz normal. Obviamente es una ventaja tener una voz melodiosa y de gran resonancia, pero no es fundamental. Es mucho más importante saber lo que se está haciendo y tener una buena relación con el paciente. Sin embargo, es necesario practicar el ritmo del discurso, ya que éste debe ser lo suficientemente lento como para ofrecer al sujeto el tiempo necesario para responder a vuestras directivas y lo suficientemente rápido como para retener su atención e interés. Si el ritmo es demasiado lento, la mente del paciente puede desviarse hacia otros pensamientos, y es preciso lograr que preste atención a vuestra voz. La experiencia os ayudará a encontrar el ritmo adecuado. Una pausa de dos a cinco segundos es un buen promedio. Por ejemplo, relaje sus rodillas (pausa de dos segundos); relaje sus pantorrillas (pausa de dos segundos); imagine una escalera (pausa de tres segundos); está alfombrada. Imagine usted la alfombra (pausa de tres segundos). En algunos ejercicios de visualización puede ser necesario hacer pausas prolongadas. Por ejemplo: imagine que está de pie en la parte superior de una escalera de caracol (pausa 3 segundos); imagine cómo es la escalera (pausa 3 segundos); está alfombrada (pausa 3 segundos); imagine cómo es la alfombra (pausa 3 segundos). No utilicéis el reloj para establecer el tiempo para las pausas; hacedlo intuitivamente. Cuando dirijo la hipnosis, yo ejecuto las instrucciones al tiempo que las indico, y de este modo encuentro el ritmo adecuado. Hablad en un tono de voz algo apagado y monótono. La idea es aburrir la mente consciente del sujeto hasta el punto en que deje de ser activa, permitiendo que la mente subconsciente esté accesible y receptiva a la sugestión. Una excesiva inflexión de la voz o demasiado dramatismo, pueden dar como resultado que la mente consciente del sujeto pierda interés y permanezca activa, impidiendo que la relajación profunda y la sugestión resulten efectivas. Posición física.- Se puede practicar la hipnosis de pie o sentado. Los pacientes pueden reclinarse en un sofá que sea cómodo, sentarse en una silla de respaldo recto, tumbarse sobre una cama o en el suelo, sentarse con las piernas cruzadas o permanecer de pie. Todas las posiciones son correctas, pero no necesariamente para todas las situaciones. Por ejemplo, un breve procedimiento de dos minutos destinado a eliminar un dolor es adecuado para una persona que está de pie, pero un procedimiento de treinta minutos cuyo objetivo sea el control de la dieta no puede practicarse con un paciente que permanezca de pie. Una silla reclinable o de respaldo recto, o una silla sin apoyabrazos, son las más indicadas para dicha situación, ya que ofrecen al sujeto un soporte adecuado y resultan cómodas; además, será difícil que el sujeto se duerma sentado en cualquiera de dichas sillas. Yo prefiero que mis pacientes utilicen una silla reclinable. Sin embargo, cuando practico la autohipnosis opto por una silla de respaldo recto y sin apoyabrazos. Como operador, también me inclino por este tipo de silla. Tumbarse sobre una cama resulta cómodo para el sujeto, pero tiene la desventaja de que éste puede dormirse durante la sesión, ya que tanto el cuerpo como la mente están condicionados a dormir cuando el individuo adopta esta posición y el cerebro alcanza alfa. Un operador experimentado puede evitar que esto suceda. Obviamente, cuando se trabaja con alguien que está postrado en la cama, se debe trabajar en esta posición. Tumbarse en el suelo ofrece el mismo inconveniente: el sujeto tenderá a dormirse. Además, el suelo suele resultar incómodo y, por esta razón, no lo recomiendo cuando se utilizan procedimientos de larga duración. Sentarse con las piernas cruzadas en el suelo también resulta una posición incómoda y no es aconsejable para procedimientos prolongados. Acostumbro utilizar esta posición para meditar (una forma de autohipnosis) y obtengo excelentes resultados. Cierta vez permanecí en meditación profunda durante una hora y media en esta posición sin experimentar ninguna incomodidad física. Dudo que una persona inexperta pudiera permanecer en dicha posición y luego ser capaz de ponerse de pie y, menos aún, de echarse a andar. En general, mis pacientes utilizan la silla reclinable, y yo me coloco frente a ellos en una silla de respaldo recto. La distancia entre ambos es de unos 60 centímetros a 1,50 metros. Es completamente indiferente que entre nosotros haya una mesa o un escritorio. Yo me coloco lo suficientemente cerca del sujeto como para hablar en un tono de voz normal y que me escuche perfectamente, pero lo suficientemente lejos como para no intimidarlo/a. Para algunos procedimientos que empleo en ocasiones especiales, debo estar de pie junto al sujeto o incluso tener un contacto físico con él/ella. Ésta no es la regla, sino una excepción. Lo ideal es que la silla del sujeto esté ubicada de forma tal que sus ojos no reciban la luz. Las ventanas (a menos que las cortinas sean muy gruesas) y las luces deben estar por detrás del paciente, ya que de esta forma le resultará más sencillo relajarse y estar cómodo/a. Dónde practicar la hipnosis.- Se puede practicar la hipnosis en cualquier lugar, incluyendo habitaciones débilmente iluminadas, exteriores soleados, sitios silenciosos y también lugares ruidosos. Sin embargo, el lugar ideal es una habitación cómoda y silenciosa con una iluminación suave. Si tienen lugar distracciones inesperadas, deberéis utilizarlas en vuestro propio provecho. Cierta vez acababa de comenzar una sesión de hipnosis cuando un carpintero comenzó a remachar clavos en el despacho contiguo, justamente en la pared que estaba por detrás de la cabeza de mi paciente. Abandoné el ejercicio habitual de inducción hipnótica y comencé a improvisar. Los ruidos exteriores no lo distraen, por el contrario, le ayudarán a alcanzar el estado más saludable de la relajación. Luego, con cada martillazo, decía: Relájese más profundamente (bang); más profundamente (bang); más y más profundamente (bang). Mi paciente entró en una relajación profunda como si hubiera estado en un ascensor que descendiera a gran velocidad. Ni siquiera fue necesario continuar con el resto de los ejercicios, me limité a verbalizar las sugerencias y luego la devolví a su estado consciente. Los resultados fueron excelentes. Música de fondo.- Muchos hipnotizadores utilizan regularmente una música relajante o una cinta especial de las olas del mar mientras practican la inducción hipnótica. En algunas ocasiones he trabajado con música y los resultados fueron satisfactorios, sin embargo también lo son cuando no la utilizo. Podéis probar y decidir por vosotros mismos. Equipo auxiliar.- Todo lo que se necesita es una grabadora portátil económica. Yo la utilizo para grabar uno de los procedimientos de inducción hipnótica mientras la practico y luego doy la cinta al paciente (véase el capítulo 6). Si decidís utilizar sonidos de fondo, el equipo también os servirá para ese fin. Algunos hipnotizadores utilizan un dispositivo de descargas eléctricas para condicionar a sus pacientes. Por ejemplo, durante la fase de sugestión el operador puede decir: Imagine que está usted fumando un cigarrillo. Aspire una bocanada de humo. (En ese momento pulsan un botón y el sujeto recibe una descarga eléctrica.) De este modo el sujeto equipara la acción de fumar a una experiencia dolorosa. Estoy absolutamente en contra de este tipo de procedimientos y dispositivos; pueden resultar peligrosos y dañinos y son totalmente innecesarios. Un buen hipnotizador puede alcanzar los mismos resultados sin recurrir a dichos métodos. En una ocasión alquilé un despacho que disponía de uno de estos equipos y me negué a aceptarlo como parte del mobiliario, eludiendo firmar el contrato hasta que lo retiraran. Mi consejo es que EVITÉIS CUALQUIER TIPO DE DISPOS1TIVOS. Observación del sujeto.- Los puntos clave a tener en cuenta son los patrones respiratorios y el tono muscular. Cuando el sujeto se sume en una relajación profunda, la respiración es rítmica y ligera. De vez en cuando el sujeto respira profundamente con una exhalación suave. Observad las manos del paciente. ¿Sujetan los apoyabrazos? ¿Están inquietas? ¿Están crispadas? ¿O descansan sin evidenciar tensión alguna? La cabeza debe caer hacia delante debido a que los músculos del cuello se relajan. La mandíbula debe estar floja. No debe haber indicios de que los músculos están tensos ni rígidos. Es posible que los párpados evidencien un ligero latido pero esto no indica que exista tensión, por el contrario es un signo de que el sujeto se encuentra en el estado denominado REM (movimiento ocular rápido). Este estado tiene lugar cuando la actividad del cerebro se desarrolla a unos 10 ciclos por segundo, es decir se encuentra en la gama alfa. Si se observa el REM, el sujeto está hipnotizado, aunque también puede suceder que un sujeto hipnotizado no revele un REM. En general, debéis buscar signos que os indiquen que el sujeto está relajado para cercioraros de que está sumido en la hipnosis. Los signos de tensión o nerviosismo indican que no ha sido hipnotizado o que sólo está en una primera etapa del estado hipnótico. No debéis preocuparos si el sujeto no parece relajarse demasiado. Ninguna persona reacciona igual que otra ante la hipnosis. Simplemente debéis continuar con los ejercicios, ya que serán efectivos en la mayoría de los casos. He tenido pacientes que se relajaban completamente unos pocos minutos después de comenzar la inducción hipnótica. Otros se mostraban inquietos durante la mayor parte de la primera sesión para luego relajarse sólo ligeramente. Unos pocos no llegaron a relajarse hasta la segunda sesión. Solamente en una ocasión no conseguí hipnotizar al sujeto, que después de la tercera sesión, aún estaba tensa y en un estado de gran excitabilidad. Le devolví su dinero y la mandé a un colega (que obtuvo los mismos resultados insatisfactorios). El mejor indicador de la respuesta de un paciente a la hipnosis es preguntarle cómo se ha sentido una vez haya concluido la sesión. El paciente os comunicará si ha logrado relajarse y lo que ha experimentado. Es obvio que el mejor indicador es el resultado final; por ejemplo, cuando el propósito de la sesión de hipnosis sea abandonar el hábito de fumar y el paciente lo logre. Comprobación.- Algunos hipnotizadores realizan pequeñas pruebas durante la inducción hipnótica con el fin de verificar si el procedimiento está resultando efectivo. Por ejemplo, pueden solicitar al sujeto que levante un brazo: «Su brazo es como un tronco, rígido e inmóvil.» Si el paciente responde levantando el brazo, será evidente que aún no está sumido en la hipnosis. Si no lo levanta, la sugestión ha dado como resultado un cierto nivel de hipnosis. Yo no realizo ninguna verificación. Mi teoría es que dichas comprobaciones crean dudas en la mente del paciente, que puede pensar: « ¿Acaso no está seguro de lo que hace?» « ¿Quizá no soy un sujeto hipnotizable?» « ¿Será efectiva la sesión?» Y, por otro lado, ¿qué es lo que haríais si la prueba falla y el paciente levanta el brazo? Lo único que se puede hacer es continuar con la sugestión, es decir, lo mismo que hubierais hecho de cualquier modo. Debéis tener fe: la inducción hipnótica es efectiva. CONSULTA ANTERIOR A LA HIPNOSIS Esta consulta precede a la primera sesión de hipnosis, de la que hablaremos en el próximo capítulo, y no se debería omitir, pues es muy importante. (También se recomienda una especie de consulta previa a la hipnosis para practicar la autohipnosis; véase el capítulo 11.) El objetivo de esta consulta tiene varias facetas. En principio es el momento en el que se explica al paciente qué es la hipnosis y en el que se responden las preguntas que surjan de esta conversación. Brinda la oportunidad de establecer una relación con el sujeto, ganar su confianza y hacer que realice diversos ejercicios muy simples para que se tranquilice y se sienta cómodo. Existen algunas preguntas clave que es necesario formular al sujeto para decidir si es viable continuar con la hipnosis real. Si el sujeto no se siente muy inclinado a que lo hipnoticéis (después de haberle explicado detalladamente el programa a seguir), no debéis intentarlo. Lo aconsejable es pedirle que piense en ello durante unos días, y decirle que estáis dispuestos a responder cualquier pregunta. En el caso contrario, cuando el paciente desea ser hipnotizado, pero vosotros tenéis ciertas reservas, no deberíais hacerlo. Es de vital importancia que entre ambos se establezca una relación de confianza para que el programa sea un éxito. No debéis olvidar que el objetivo de la hipnosis es ayudar a otra persona para que sea capaz de gobernar su forma de conducirse y mejorar en algún sentido la calidad de su vida. Esto es difícil de conseguir si surgen obstáculos (tal como falta de confianza, aprehensión, etc.) entre el operador y el sujeto. No debéis titubear si creéis que no es necesario hipnotizar al sujeto. Cierta vez acudió a mi consulta una mujer que iba a iniciar una serie de seis sesiones con el propósito de controlar su dieta. En la consulta previa a la hipnosis, mi sexto sentido me indicó que no había armonía entre nosotros. Después de formularle muy amablemente una serie de preguntas, la mujer reconoció que sentía aversión por los hombres en general y que no se fiaba de ellos. Rápidamente agregó: «Sin embargo, no permitiré que este sentimiento interfiera en nuestro tratamiento.» Obviamente, sus buenas intenciones no eran suficientes; ella necesitaba ocuparse de ese odio antes de dedicarse a controlar su dieta, y sólo lo lograría con alguien que le inspirara absoluta confianza. Por lo tanto, decliné aceptarla como paciente y le sugerí que consultara con una colega, con quien fue capaz de solucionar el odio hacia los hombres y su compulsión a comer. Fue entonces cuando me llamó para agradecerme mi ayuda. No tengo ninguna duda de que ella hubiera recurrido directamente a una mujer en caso de conocer alguna. Una vez más, mi consejo es que penséis siempre qué es lo mejor para el paciente, aunque con ello perdáis la oportunidad de ganar dinero o de vivir una experiencia interesante. IMPORTANTE: Si sospecháis que el paciente adolece de algún problema mental o de salud, no debéis atenderlo. No lo aceptéis como paciente hasta que haya consultado un médico y éste autorice las sesiones de hipnosis. Tampoco debéis aceptar a alguien que sea adicto a las drogas. Esto puede suponer una verdadera pesadilla para vosotros. Encuadre de la consulta.- En primer lugar, el sujeto debe rellenar y firmar una hoja que incluya su nombre, dirección, teléfono, objetivo de la consulta, el nombre con el que prefiere ser nombrado y cualquier otro dato que juzguéis oportuno. Acostumbro guardar esta hoja con los datos ofrecidos por el paciente, aunque prefiero tomar mis propias notas basándome en mis impresiones a lo largo de nuestra conversación. En segundo lugar, se debe preguntar al sujeto el objetivo de la consulta. Tomaros vuestro tiempo para investigar exhaustivamente esta cuestión ya que frecuentemente la razón verbalizada no coincide con el problema real. Si la respuesta es el deseo de controlar la dieta, es preciso descubrir qué otros tratamientos ha realizado anteriormente con este fin. ¿Tiene algún problema de salud? ¿Está bajo asistencia médica? ¿Toma algún medicamento o alguna droga? En caso de que la respuesta sea afirmativa, ¿cuál? ¿Lo hace bajo control médico? No terminéis el cuestionario hasta que os sintáis satisfechos con las respuestas. En tercer lugar, se debe explicar detalladamente qué es la hipnosis e invitar al sujeto a que formule las preguntas que desee para despejar cualquier tipo de aprehensión. También debéis comunicar al paciente que el programa consta de seis sesiones y cuáles son vuestros honorarios, dejando claro que no existen garantías de éxito, ya que el resultado depende siempre de la respuesta del paciente. Le explicaréis asimismo que bajo el estado hipnótico no se le obligará a realizar ninguna acción que no desee ejecutar y que en todo momento estará consciente de todo lo que suceda y que lo recordará al despertar. En cuarto lugar, podéis ofrecer una mini demostración de dos ejercicios de entrenamiento previos a la hipnosis para mostrar que se trata de un procedimiento simple. (Estos dos ejercicios se explican detalladamente un poco más adelante en este mismo capítulo.) En quinto lugar, podéis comenzar con la primera sesión de hipnosis. Los cinco pasos mencionados representan una mera guía, ya que, en la práctica, desarrollaréis vuestro propio estilo y secuencia. Sin embargo, los tres puntos importantes que hay que alcanzar, independientemente de la estructura de la consulta, son: 1) ofrecer una completa información al sujeto sobre la hipnosis y sobre vosotros mismos como profesionales, 2) obtener una información detallada del sujeto, y 3) establecer una relación amable y armónica. ÁREAS PROBLEMÁTICAS Atención médica. Si el sujeto está bajo atención médica, no se debe interferir con ese tratamiento; no debéis jugar a ser médicos, a menos que lo seáis de verdad (pocos médicos conocen o practican la hipnosis), ya que ése no es vuestro papel y puede resultar muy perjudicial para el sujeto. En los casos en que el paciente está bajo tratamiento médico, le pido permiso para hablar con el profesional que lo atiende. Si el sujeto no me autoriza, entonces no acepto trabajar con él. Si, por el contrario, está de acuerdo, puedo realizar mi trabajo con la ayuda de la información obtenida durante la conversación con el médico. Descubrir el motivo real. Con frecuencia el objetivo que el paciente esgrime para someterse a la hipnosis no es el problema real. A continuación expondré uno de los casos que ilustran este punto con cierto humor: una atractiva mujer de mediana edad acudió a mi consulta para ponerse a dieta. No me pareció que tuviera problemas de exceso de peso, pero, a pesar de todo, le expliqué qué era la hipnosis, dándole a conocer mi programa de control de la dieta. Después de mis explicaciones, aún mostraba cierta aprehensión a ser hipnotizada, de modo que continué formulándole preguntas hasta que admitió que temía que yo pudiera aprovecharme sexualmente de ella mientras estaba hipnotizada. Le comuniqué que estaría consciente en todo momento de lo que sucedería y que yo no podía forzarla a hacer algo que ella no haría estando consciente. Sonriendo me respondió: ”Precisamente ése es el problema” Hace algunos años dejé de practicar la hipnosis con el fin específico de controlar la dieta, las fobias o el hábito de fumar, y comencé a trabajar con el único objetivo de mejorar la autoimagen y tratar el estrés, pues considero que ambos problemas son la clave para solucionar todos lo demás. Obviamente, en cualquier caso puedo sugerir al paciente que deje de fumar o que regule su apetito, pero el objetivo primordial se centra en mejorar la autoimagen y/o controlar el estrés. Estimo que cuando la imagen personal está equilibrada, los problemas desaparecen o, al menos, es posible abordarlos de una forma satisfactoria. Mantener la calma. En ocasiones pueden ocurrir situaciones extrañas y debéis estar preparados para solucionarlas con serenidad y aplomo. El sujeto no debe pensar en ningún momento que no domináis la situación. Nunca debéis mostraros consternados, confundidos ni molestos, ni tampoco reprender al sujeto ni expresar desilusión ante una respuesta. Debéis aceptar todo lo que el sujeto diga y saber cómo tratar la situación. Nunca, repito nunca, debéis juzgar a vuestros pacientes. Pongamos por caso que en una sesión surge el tema del aborto y sois radicalmente antiabortistas; no intentéis ayudar a la joven soltera que se siente culpable por haber abortado, ya que vuestros propias sentimientos pueden aumentar su culpabilidad en vez de ayudarla. En cierta ocasión tuve que solucionar una de esas raras situaciones: una mujer de mediana edad llegó a mi consulta en un estado de histeria. Lloraba, chillaba y balbuceaba incoherencias. Por fortuna, disponía de una hora antes de mi próxima cita. Mi esposa, que era mi recepcionista, me ayudó a conducirla hasta uno de los sofás y yo me senté frente a ella sin decir ni una palabra. Dejé que llorara hasta que el cansancio la venciera. A través de las palabras que murmuraba supe que deseaba suicidarse y que estaba pensando en hacerlo cuando se dirigía a mi consulta. Los detalles en los que se apoyaba esta decisión no son relevantes para este ejemplo; su vida era una completa confusión. Agotada por el llanto, finalmente me dijo: «Siento haberlo importunado. Sé que no es posible hipnotizarme ni ayudarme mientras me encuentre en este estado.» «Hablemos de ello», le respondí. «Sus ojos están rojos, parecen arder.» Ella asintió. « ¿Por qué no los cierra y descansa un poco mientras hablamos?» Así lo hizo, y a los pocos minutos estaba sumida en estado hipnótico sin apenas darse cuenta. Mi propósito era inducirla a que se comprometiera consigo misma a vivir dos semanas más para tener la oportunidad de ayudarla. La historia tuvo un final feliz. Después de cuatro sesiones realizadas a lo largo de dos semanas, rechazaba la idea del suicidio y comenzaba a recuperar su deseo de vivir. En las siguientes semanas consiguió reestructurar su vida. Olvido de las palabras. Si os olvidáis de las palabras que tenéis que decir para hipnotizar al sujeto, no debéis perder la calma, balbucear ni disculparos. Simplemente deteneos un momento para luego continuar con la relajación, diciendo, por ejemplo: «Relájese profundamente, cada vez más profundamente con cada respiración.» Poco tiempo después, recordaréis las palabras olvidadas (de lo contrario podéis buscar las hojas donde previamente las habréis copiado). Mientras tanto, podéis improvisar el texto hablando en un tono suave, lento y seguro. Enamoramiento. El vínculo entre el operador y el sujeto crece muy rápidamente y, ocasionalmente, el sujeto lo interpreta como algo más intenso y personal. Debéis estar prevenidos ante la posibilidad de que cualquier paciente se enamore de vosotros. Es ésta una situación que cada uno debe afrontar con sus propios recursos, pero en todos los casos es preciso ser firme sin que el paciente se sienta rechazado como persona. Lo correcto es evitar cualquier encuentro con el paciente fuera de la consulta, aunque se trate de un encuentro fortuito en un bar. Siempre que alguna de mis pacientes se ha entusiasmado con la idea de intimar un poco más conmigo, le he recordado que la recepcionista era mi mujer. De este modo he logrado enfriar la situación. Recomiendo muy especialmente que, si os dedicáis a esta práctica, vuestro marido o vuestra esposa trabajen como recepcionistas en vuestra consulta. Si no os dedicáis profesionalmente a la hipnosis pero lo hacéis por pasatiempo, es conveniente que haya una tercera persona presente. En caso contrario, podéis encontraros en situaciones desagradables. Dependencia. Otro problema que puede surgir de este vínculo tan estrecho es la dependencia. Como operador, usaréis la hipnosis para ayudar a una persona para que sea más independiente y en general, ése es el resultado que se obtiene. Sin embargo, en ocasiones el sujeto encuentra cómodo recibir apoyo del operador a quien considera «una persona fiable, fuerte y poseedora de grandes conocimientos». Cuando esto suceda, debéis lograr que el sujeto se independice cuanto antes, por su propio bien y por el vuestro. He aquí una situación que ilustra el problema: La señorita X era una modelo que tenía miedo prácticamente de todo lo imaginable. Había sido la amante de un gángster que habla sido asesinado pocos minutos después de que ella abandonara la casa, de modo que también temía por su vida. Durante su infancia y juventud sus padres hablan sido muy dominantes, privándola de la posibilidad de tomar decisiones, incluso las más simples; en todo momento le decían lo que tenía que hacer. Su agente también le indicaba lo que debía hacer. Su novio gángster siempre le habla señalado lo que tenía que hacer. Nunca había vivido por si misma. Fue entonces cuando decidió consultarme, y a través de la hipnosis aprendió a ser libre. Libre para vivir. Libre para tener coraje. Fue una gran experiencia para ella y no quería terminar el tratamiento. Al concluir las seis sesiones me llamaba por teléfono a la consulta durante el día y a mi casa por las noches. Las primeras veces que me llamó me mostré tolerante, más tarde le pedí cortésmente que dejara de hacerlo. Tras dos semanas de vanos intentos, le dije con toda frialdad que ya no volviera a llamarme ya que, si lo hacía, colgaría el teléfono. Ella se echó a llorar, pero al cabo de un tiempo intentó encontrar una vida exitosa por sus propios medios. Ella sabía cómo hacerlo, pero no deseaba quedarse sin un apoyo que le ofrecía seguridad. A veces es preciso adoptar una actitud firme por el bien del sujeto y por el propio. Otra regla: Nunca permitáis que el paciente domine la situación ni os diga lo que debéis hacer. Respuestas imprevistas. No debéis permitir que una respuesta imprevista os distraiga de vuestro trabajo. En cierta ocasión, estaba hipnotizando a una mujer por primera vez. En un determinado momento le dije: «Sus brazos son como troncos, están entumecidos, rígidos, inmóviles.» De inmediato esbozó una forzada sonrisa de oreja a oreja y comenzó a reírse nerviosamente. Sus ojos permanecían cerrados, pero durante uno o dos minutos se reía entre dientes. Yo sentía curiosidad por lo que estaba pasando pero, sin embargo, ignoré la situación y continué pronunciando monótonamente las palabras para inducirla a una relajación más profunda. Al concluir la sesión, me explicó que cuando yo le había dicho que sus brazos eran como troncos, ella había intentado levantarlos vigorosamente para decir a viva voz: « ¡Como verá, esto no funciona!», pero a pesar de todo había sido incapaz de hacerlo. Le parecía una tontería estar consciente y sentada en la silla sin ningún impedimento para moverse y, no obstante, no lograr levantar los brazos simplemente porque yo le había dicho que no podía moverlos. Esto explicaba su falsa sonrisa inicial y su posterior risa nerviosa. Ejercicios previos a la hipnosis.- A continuación expondré dos ejercicios previos a la hipnosis. Debéis utilizarlos durante el periodo de consulta para que el paciente se familiarice con la hipnosis y con el fin de que se sienta cómodo. Las palabras escritas en cursiva indican el texto que se debe decir en voz alta. Ejercicio 1: Deseo que cierre usted los ojos para realizar un ejercicio muy breve. Quiero que imagine una pizarra, que la cree. Puede ser negra o verde, o del color que usted desee. Créela. La pizarra tiene una bandeja y en ella hay tizas y un borrador. ¿La ve usted? (Esperad la respuesta. Cuando el sujeto responda afirmativamente, podéis continuar.) Muy bien. Ahora coja usted una tiza y dibuje un círculo sobre la pizarra. ¿Lo ha dibujado ya? (Esperad la respuesta afirmativa, y continuad.) Bien. Ahora escriba la letra A dentro del círculo. ¿Lo ha hecho ya? (Esperad la respuesta afirmativa, y continuad.) Ahora borre usted la letra A del interior del círculo, pero no borre el círculo. Hágamelo usted saber cuando haya terminado. (Esperad la respuesta). Muy bien. Ahora borre el círculo y abra los ojos. En este punto podéis dialogar brevemente con el paciente sobre la experiencia de la pizarra. Aseguradle que, cualquiera sea la experiencia que haya tenido, ha sido positiva. Cada persona responde de una forma diferente. Algunas ven realmente la pizarra. Otras la intuyen. Hay quienes saben intelectualmente que está allí. Todas las respuestas son correctas. En la hipnosis no existen experiencias erróneas; cada persona vive las situaciones de un modo personal y todas las experiencias son válidas. Aclarad al paciente que este tipo de respuestas son frecuentes en la hipnosis. Ejercicio 2: Cierre una vez más los ojos para realizar otro ejercicio de entrenamiento. Esta vez quiero que concentre su atención en la punta de su nariz. ¿Lo ha hecho? Esperad la respuesta afirmativa, y continuad. Bien. Mantenga su atención en la punta de la nariz y escuche el sonido de mi voz. En algunas de las técnicas de hipnosis que haremos juntos, le pediré que fije su atención en la punta de su nariz con el fin de intensificar su concentración y conseguir que se relaje usted más profundamente. Si en algún momento durante la hipnosis, advierte usted que su mente divaga, todo lo que debe hacer es volver a centrase en la punta de la nariz tal y como lo está haciendo en este momento. Entonces su mente dejará de vacilar y volverá a concentrarse en mi voz. Ahora puede usted abrir los ojos. Podéis conversar un rato con el paciente sobre este ejercicio y a continuación empezar con la primera sesión de hipnosis tal y como se describe en el capítulo siguiente. Capítulo 2 Sesión de hipnosis número 1 ESTA SESIÓN es una excelente secuencia de ejercicios para comprobar la respuesta del sujeto al operador (vosotros) y para que se familiarice con los procedimientos de la hipnosis. La SESIÓN número 1 consiste en 12 ejercicios ordenados de la siguiente manera: A, 1A, B, 1B, 1C, 1D, 1E, 1F, 1G, 1H, 1I, 1J. Justo antes de comenzar la primera sesión, dad las siguientes instrucciones al sujeto: En unos pocos minutos voy a pedirle que cierre los ojos y siga mis instrucciones. Poco después de iniciar la sesión, en tres ocasiones le pediré que abra los ojos. Cuando lo haga, no deseo realmente que los abra sino que simule abrirlos estirando los párpados pero sin llegar a abrir los ojos. Luego diré algo así como: «Ahora relaje los ojos» y en ese momento usted dejará de intentar abrirlos y los relajará. Esto es lo que quiero decir. (Ahora le muestro lo que quiero que haga): Ahora inténtelo usted (Espero unos momentos para que el sujeto realice los movimientos indicados con sus párpados tal como le he enseñado). Eso ha estado muy bien. Y ahora quiero que al final de la sesión, cuando yo diga algo así como: «En unos minutos contaré hasta cinco y usted abrirá los ojos y se despertará», abra usted los ojos de verdad. ¿Comprende usted? En principio haremos tres pruebas muy breves durante las que no deberá usted abrir los ojos, pero sólo los abrirá cuando demos por concluida la sesión. (Espero que el sujeto me confirme que ha entendido la consigna, en caso contrario, volveré a repetirla hasta que la comprenda perfectamente.) Ahora, vamos a empezar. EJERCICIO A En primer lugar deseo que se ponga usted de pie y se estire completamente para eliminar las tensiones. (Espero un momento hasta que el sujeto se ponga de pie y se estire.) Eso ha estado muy bien. Ahora siéntese en la silla y relájese. Cierre los ojos e inspire larga y profundamente, y luego exhale todo el aire vaciando completamente sus pulmones. Hágalo una vez más, pero ahora retenga la respiración cuando sus pulmones se hayan llenado de aire limpio, fresco y relajante. Reténgalo. Mantenga cerrados los ojos. Exhale el aire muy lentamente y sienta cómo se relaja todo su cuerpo. EJERCICIO 1A Concentre su atención en las rodillas y relaje la parte inferior de las piernas. Relaje sus pantorrillas. Relaje sus tobillos. Relaje sus pies. Relaje los dedos del pie. Todo lo que está por debajo de sus rodillas se encuentra ahora completamente relajado. Relaje sus maslos y déjelos caer, floja y pesadamente, sobre la silla. Ahora relaje sus caderas y su cintura. Ahora relaje su pecho lo máximo posible. Respire suave y profundamente, cada vez más regular y relajadamente. Relaje sus hombros. Los músculos de los hombros están pesados y cuelgan flojos, cada vez más relajados. Relaje su cuello y garganta. Deje caer su cabeza mientras todos los músculos del cuello se relajan. Relaje completamente su cara. Los músculos de la cara se aflojan y se ablandan, las mandíbulas cuelgan relajadamente, los dientes no están en contacto. Ahora relaje todo lo posible los pequeños músculos que rodean los párpados. Sienta cómo los párpados se tornan cada vez más pesados y suaves, cada vez más relajados. Dentro de un momento, voy a pedirle que abra los ojos. Cuando lo haga, sus párpados estarán tan relajados y pesados que casi no los podrá abrir; entonces, cuando le pida que los cierre otra vez, usted se relajará aún más completamente. Ahora intente abrir los párpados. Ahora cierre los ojos y relájese cada vez más. EJERCICIO B Quiero que imagine que todas sus tensiones, su rigidez, sus miedos y preocupaciones se están vaciando a través de su coronilla. Déjelas caer por su cara, por su cuello, por los hombros, por el pecho, la cintura, las caderas, los muslos, las pantorrillas, los tobillos y los pies para que salgan finalmente por los dedos del pie. Todas las tensiones, miedos y preocupaciones están fluyendo hacia el exterior a través de los dedos de sus pies, y usted se relaja cada vez más. EJERCICIO 1B Vamos a repetir este ejercicio de relajación una vez más. En esta ocasión quiero que se relaje completamente, mucho más que la primera vez. Centre su atención en sus rodillas. Relaje sus pantorrillas. Relaje sus tobillos. Relaje sus pies y relaje los dedos del pie. Ahora relaje sus muslos completamente y déjelos caer, floja y pesadamente, sobre la silla. Relaje sus caderas y su cintura. Ahora sienta cómo su pecho se relaja y se relajan también los órganos del pecho: el corazón y los pulmones, permitiendo que la respiración sea más profunda, más regular y cada vez más relajada. Ahora relaje los hombros cada vez más. Los hombros están pesados y cuelgan flojos, cada vez más relajados. Relaje su cuello y garganta. Relaje completamente su cara y sienta cómo los músculos se aflojan y se ablandan. Ahora relaje lo máximo posible los pequeños músculos que rodean los párpados. Sienta cómo los párpados se tornan cada vez más pesados y suaves, cada vez más relajados. Dentro de un momento voy a pedirle que abra los ojos, pero cuando lo haga, sus párpados estarán tan relajados y pesados que será casi imposible abrirlos; independientemente de que los párpados se abran o no cuando le pida que cierre los ojos otra vez, usted se relajará aún más plenamente. Abra los párpados. Ahora cierre los ojos y relájese más. EJERCICIO 1C Vamos a repetir este ejercicio de relajación una vez más. En esta ocasión quiero que se relaje completamente. No hay nada que temer, podrá escucharme en todo momento, de modo que haga caso omiso de todos sus reparos y relájese completamente. Concentre su atención en las rodillas una vez más y relaje la parte inferior de las piernas. Relaje sus pantorrillas. Relaje sus tobillos. Relaje sus pies. Relaje los dedos del pie. Ahora relaje totalmente sus muslos. Sienta cómo sus caderas comienzan a relajarse profundamente; luego la cintura, el pecho y los hombros, que están pesados y flojos, completamente relajados. Y ahora esa sensación de relajación profunda llega a través del cuello y de la garganta, hasta la cara. Relaje completamente la cara hasta que la sienta floja, totalmente relajada. Relaje los ojos y los párpados. Sienta cómo los párpados se tornan cada vez más pesados y suaves, cada vez más relajados. EJERCICIO 1D Dentro de un momento, cuando le pida que abra los párpados, quiero que piense con toda su fuerza que están pegados unos con otros, que son un mismo trozo de piel. Sí, como si fueran un mismo trozo de piel. No se oponga ni se muestre escéptico ni afirme que sí puede abrirlos. Simplemente piense que los párpados están pegados. Si usted piensa e imagina que no puede abrirlos, realmente no será capaz de hacerlo. Piense ahora con convicción que los párpados están pegados. Imagine que son un mismo trozo de piel. Ahora intente abrir los ojos. Ahora relájelos y relaje completamente todo su cuerpo. EJERCICIO 1E Quiero que imagine que está mirando una pizarra sobre la que hay un círculo. Dentro de ese círculo dibujará usted una X Ahora borre la X y luego el círculo. Olvídese de la pizarra y relájese profundamente. Dentro de un momento voy a iniciar una cuenta atrás desde el número 100. Quiero que cuente conmigo en voz baja. Piense en cada número al mismo tiempo que yo lo digo en voz alta; cuando yo se lo pida, borre el número de su mente y relájese aún más. 100... pronuncie mentalmente el número 100. Ahora bórrelo de su mente y relájese. 99... y bórrelo como el anterior. 98 y bórrelo. 97 y bórrelo completamente hasta que no exista nada más que las olas cada vez más profundas de la relajación. EJERCICIO 1F Centre su atención en la punta de la nariz, como lo hemos practicado anteriormente. Mantenga su atención fija en la punta de la nariz hasta que llegue a un punto en que esté usted totalmente pendiente de mi voz. Y cuando llegue a ese punto, olvídese de la nariz, continúe escuchando mi voz y relájese cada vez más profundamente. Mientras usted esté concentrado en la punta de su nariz, lo conduciré a través de cuatro niveles cada vez más profundos de relajación. EJERCICIO 1G Denominaré cada uno de estos niveles con las letras del alfabeto, y cuando llegue usted al primer nivel, el nivel A, estará diez veces más relajado que en este momento. Desde el nivel A descenderemos hasta el nivel B, y una vez más se encontrará usted diez veces más relajado que en el nivel A. Del nivel B pasaremos al nivel C, donde se sentirá diez veces más relajado que en el nivel anterior. Y desde el nivel C descenderemos al nivel D, donde experimentará el nivel más profundo de relajación y se sentirá diez veces más relajado que en el nivel anterior. A partir de este momento, con cada exhalación se sentirá dos veces más relajado. Dos veces más con la siguiente respiración. Sus manos y sus dedos están relajados y pesados, cada vez más pesados. Sienta la pesadez en las manos y en los dedos. Pesados... cada vez más pesados, tan pesados que parecen de plomo. Y esta sensación de pesadez y de relajación sube ahora por sus antebrazos y por sus brazos; fluye a través de los hombros hacia el cuello, la cara y los ojos. Sigue fluyendo en dirección a las cejas, la frente y la coronilla. Esa sensación de pesadez y de relajación profunda fluye hacia la parte posterior de la cabeza y del cuello. Está usted aproximándose al nivel A. EJERCICIO 1H Está usted en el nivel A y continuará descendiendo hacia los niveles más profundos. Se encontrará a una profundidad cinco veces mayor con cada exhalación. Llegará usted cinco veces más profundamente con cada respiración. Su mente está serena y en paz. No piensa usted en nada. Está demasiado relajado como para pensar. Demasiado cómodo como para pensar. Y este estado profundo de relajación mental fluye hacia su cara y sus ojos. Fluye hacia el cuello y el pecho, la cintura, las caderas, los muslos, las rodillas, las pantorrillas, los tobillos, los pies y los dedos del pie. Se está acercando usted al nivel B. EJERCICIO 1I Está usted en el nivel B y continuará descendiendo a una profundidad cada vez mayor. Esta usted flotando suavemente en un estado perfecto de relajación. Sus brazos y piernas están tan relajados y pesados que parecen troncos. Sus brazos y piernas están rígidos, entumecidos y completamente relajados... simplemente inmóviles. Sus brazos y piernas son como tablas de madera. Se acerca usted al nivel C. Ahora se encuentra en el nivel C y sigue descendiendo, hundiéndose en la silla. Se sume usted cada vez más profundamente en la relajación. Entre tanto, comenzaré una cuenta atrás a partir del número 15. Cada número que yo pronuncie lo hará descender un poco más, y cuando llegue al 1, estará usted en el nivel D. 15, más profundo, 14, más profundo, 13... 12... 11... 10... 9... 8... 7... 6... 5... 4... 3... 2... 1, está usted en un nivel tan profundo, tan lánguido, tan pesado, tan nebuloso... Se encuentra usted en el nivel D y aún sigue descendiendo. Ahora no existe límite... no hay límite alguno. Siga usted flotando, descendiendo cada vez más en un estado perfecto de relajación, cada vez más profundo con cada respiración. En este punto es donde comienza la sugestión. Si he planificado previamente que esta será la única sesión con el paciente, la sugestión será tan extensa como sea necesario para tratar su problema. Por lo general, esta sesión es la primera de una serie de cuatro a seis sesiones. En este caso, simplemente hago sugerencias generales relacionadas con el bienestar, como por ejemplo: Ésta es la primera de una serie de sesiones de hipnosis que le permitirán controlar su vida y enriquecerla, encontrando una solución a sus problemas. Repita mentalmente las siguientes afirmaciones mientras yo las pronuncio: «Cada día me siento mejor en todos los sentidos.» Los pensamientos positivos me brindan los beneficios y las ventajas que tanto deseo. Podéis utilizar el mismo tipo de sugerencias o crear las vuestras. Pero deberéis emplear al menos una sugerencia y no más de tres en esta etapa. Luego podéis continuar con el ejercicio 1J. EJERCICIO 1J La próxima vez que nos veamos, o siempre que escuche mi voz en la cinta, se relajará usted diez veces más profundamente de lo que se ha relajado hoy aquí. Y mis indicaciones se alojarán en su mente a una profundidad diez veces mayor. En unos instantes lo despertaré. Cuando se despierte, se sentirá muy relajado y lleno de energía. Se sentirá vital, renovado y activo, pletórico de energía. Se sentirá excepcionalmente bien. Se sentirá relajado y contento el resto del día y toda la noche. Cuando decida irse a la cama, dormirá como un tronco hasta el día siguiente. Por la mañana se despertará sintiendo que es la persona más feliz del mundo. Ahora voy a contar del 1 al 5. Cuando llegue a 5, usted abrirá los ojos, se despertará completamente y se sentirá muy bien, relajada, renovada, activa y de muy buen humor. ¡Se sentirá de maravilla! 1... 2... despiértese lentamente... 3... cuando diga 5 abrirá los ojos, se despertará completamente y se sentirá muy bien, mucho mejor que antes... 4... 5. (En este momento normalmente chasqueo mis dedos al contar 5 y digo:) Abra los ojos, despierte usted sintiéndose estupendamente bien, mucho mejor que antes. NOTAS SOBRE LA PRIMERA SESIÓN Observad los ejercicios 1A, 1B y 1C. A primera vista, parecen iguales; sin embargo, si los estudiamos detenidamente descubriremos que las palabras empleadas son sutilmente diferentes. Dichas diferencias son muy importantes. Comenzamos por decir al sujeto que se relaje y, a través de la sensación de estar relajado, llegamos finalmente a decirle que está relajado. El ejercicio 1J utiliza las palabras «o siempre que escuche mi voz en la cinta». Si no tenéis planeado grabar ninguna sesión, omitid esta parte. Si consideráis la posibilidad de inducir una relajación a través del teléfono, agregad «o siempre que escuche mi vez a través del teléfono» con el fin de condicionar al sujeto para futuras sesiones. Capítulo 3 Sesión de hipnosis número 2 EN ESTA SESIÓN entramos de lleno en el tema y alcanzaremos dos objetivos: iniciar las sugerencias y los ejercicios específicos para abordar el problema de la dieta y de los hábitos alimenticios (o el problema que preocupe al paciente) y enseñar al sujeto a practicar la autohipnosis. La SESION número 2 consta de 16 ejercicios ordenados en la siguiente secuencia: A, B, C, D, E, F, G, H, J, K, L, M, N O, P, Q. Los ejercicios A y B se encuentran en el capítulo 2. EJERCICIO C Concéntrese en los dedos del pie y relájelos completamente. Cada uno de los dedos se siente pesado y flojo. Ahora deje que esa sensación de relajación fluya a través de sus pies, de los tobillos, de las pantorrillas y las rodillas. Sienta cómo fluye hacia los muslos, las caderas y la cintura en dirección al pecho. Su respiración se torna más regular, más profunda y más relajada. Ahora permita que esa sensación de relajación profunda fluya a través de sus hombros en dirección a sus brazos, antebrazos, manos y dedos y que retorne por los antebrazos, brazos y hombros para fluir nuevamente por el cuello, la cara, la barbilla, las mejillas e incluso las orejas. Sienta cómo fluye hacia sus cejas y su frente, subiendo hasta la coronilla y descendiendo luego por la parte posterior de la cabeza y del cuello. EJERCICIO D Una nueva sensación de pesadez surge desde los dedos de los pies. Es dos veces más intensa que la primera vez. Imagine que cada uno de los dedos soporta un gran peso. Sienta cómo aumenta la pesadez y los dedos se relajan cada vez más. Y esa sensación de pesadez se traslada a los pies, los tobillos, las pantorrillas, las rodillas, los maslos, las caderas y la cintura. Asciende hacia el pecho, relajando su corazón, sus pulmones y permitiéndole respirar más intensa y regularmente, y usted se relaja cada vez más. Ahora esa fuerte sensación de pesadez fluye hacia los hombros, los brazos y los antebrazos, las manos y los dedos. Luego la sensación retorna a través de los antebrazos, los brazos, los hombros y el cuello en dirección a la cara, los ojos, las cejas y la frente, para llegar a la coronilla y descender después por la parte posterior de la cabeza y del cuello. EJERCICIO E Una nueva sensación de pesadez comienza a surgir en la coronilla. Es dos veces más intensa que la anterior. Dos veces más pesada. Imagine un gran peso sobre la coronilla que le permite relajarse suave y profundamente. Sienta cómo la sensación de relajación fluye hacia la cara y los ojos, desciende por el cuello y los hombros hacia el pecho, la cintura, las caderas, los muslos, las rodillas, las pantorrillas, los tobillos, los pies y los dedos del pie. Usted está completamente relajado, se siente cómodo desde la coronilla hasta la punta de los dedos del pie. EJERCICIO F Quiero que imagine que está mirando una pizarra. Imagine que hay un círculo dibujado en ella. En ese círculo vamos a colocar las letras del alfabeto en orden inverso, y, después de colocar cada una de las letras, las borrará usted del círculo y se relajará cada vez más profundamente. Imagine ahora la pizarra. Imagine el círculo. Dentro del mismo coloque la letra Z Ahora borre la Z y relájese más. Coloque la Y en el círculo, bórrela y relájese más profundamente. Ahora la X bórrela y relájese aún más. Ahora dibuje la W y bórrela. Ahora dibuje la V y bórrela. Ahora dibuje la U, y bórrela. Ahora dibuje la T; y bórrela. Ahora dibuje la S, y bórrela. Ahora dibuje la R, y bórrela. Ahora dibuje la Q y bórrela. Ahora dibuje la P, y bórrela. Ahora dibuje la 0, y bórrela. Ahora dibuje la N y bórrela. Ahora dibuje la M, y bórrela. Ahora dibuje la L y bórrela. Ahora dibuje la K, y bórrela. Ahora dibuje la J, y bórrela. Ahora dibuje la I, y bórrela. Ahora dibuje la H, y bórrela. Ahora dibuje la G, y bórrela. Ahora dibuje la F y bórrela. Ahora dibuje la E, y bórrela. Ahora dibuje la D, y bórrela. Ahora dibuje la C, y bórrela. Ahora dibuje la B, y bórrela. Ahora dibuje la A, y bórrela. Ahora borre el círculo y olvídese de la pizarra. Simplemente relájese más y más profundamente. Sienta cómo se hunde en la silla mientras su mente y su cuerpo se sumen en una relajación cada vez más profunda con cada respiración. EJERCICIO G Ahora quiero que imagine que está mirando un cielo de verano de color azul claro, y en el cielo hay un avión que escribe su nombre en letras blancas y esponjosas que asemejan una nube. Vea su nombre flotando en ese cielo azul pálido como si fuera una nube. Ahora deje que su nombre se disuelva. Deje que el viento se lo lleve. Olvide su nombre. Olvide incluso que algún día tuvo un nombre. Los nombres no son importantes. Simplemente escuche mi voz y relájese cada vez más. EJERCICIO H Ahora quiero que imagine que estoy colocando una pesada bolsa de arena en cada una de sus rodillas. Sienta la bolsa de arena presionando sus rodillas. Usted siente las rodillas cada vez más pesadas y relajadas. La arena contiene un poderoso componente entumecedor y usted siente cómo las rodillas comienzan a entumecerse. Las siente cada vez más entumecidas bajo el peso de la arena. Y esa sensación se extiende hacia las pantorrillas, los tobillos, los pies y los dedos del pie. La parte inferior de las piernas está totalmente entumecida. Pronto esa sensación comienza a subir hacia los muslos, las caderas, la cintura y el pecho. Fluye hacia sus hombros y usted los siente cada vez más entumecidos y pesados. Fluye a través de los brazos, los antebrazos, las manos y los dedos para retornar una vez más a través de las manos, los antebrazos, los brazos, los hombros y el cuello en dirección hacia la cara, los ojos, las cejas, la frente y, pasando a través de la coronilla, desciende por la parte posterior de la cabeza y del cuello. EJERCICIO J Mientras usted se siente flotar suave y dulcemente, relajándose cada vez más con cada respiración, deseo que centre su atención en la punta de su nariz. Manténgase indolentemente concentrada en la punta de su nariz hasta que llegue a un punto en el que sólo escuche el sonido de mi voz, y, cuando llegue ese momento, puede olvidarse de su nariz y simplemente escuchar mi voz relajándose cada vez más. Mientras su atención esté fija en la punta de su nariz quiero que imagine que coloco en su boca, en su lengua, un trozo pequeño de un caramelo de chocolate. Usted no lo traga, simplemente lo mantiene sobre la lengua. Advierta el sabor amargo del chocolate. Es muy amargo y, mientras se derrite en su boca, es cada vez más amargo. Es tan amargo que casi no puede mantenerlo en la boca. El sabor es horrible. A partir de este momento usted ya no volverá a tener ganas de tomar chocolate, caramelos ni alimentos dulces de ningún tipo. Ya no volverá a apetecerle ningún tipo de dulces. Ahora voy a retirar de su boca el caramelo de chocolate. Ahora usted siente su boca limpia y fresca y está contenta de no sentir ya ese sabor amargo. EJERCICIO K-1 (Sólo para mujeres) Quiero que se imagine a sí misma. Que se vea a sí misma tal y como desearla ser. Activa y llena de energía, serena y hermosa, y con absoluto control de sí misma. Ésa es usted. Ésa es realmente usted. Ésta es la mujer que le gustaría ser. En este momento usted se hará una promesa. No es una promesa para mí, sino para usted misma... se compromete a convertirse en ese ser real. Este compromiso la acompañará constantemente y será cada vez más firme. A partir de ahora, cada día que pase se acercará usted un poco más a esa mujer encantadora que desea ser. Se sentirá relajada y serena, independientemente de lo que le ocurra, y será capaz de afrontar cualquier situación con absoluta serenidad y sensatez. Y se sentirá tan a gusto consigo misma que dispondrá de toda la energía del mundo cada día de su vida. Y le resultará muy sencillo mantener diariamente una dieta estricta, independientemente de lo que haga o de dónde se encuentre. EJERCICIO K-2 (Sólo para hombres) Quiero que se imagine a sí mismo. Que se vea tal y como desearía ser. Confiado y lleno de energía, sano y apuesto y con absoluto control de sí mismo Ese es usted. Ese es realmente usted. Este es el hombre que realmente puede llegar a ser. En este momento usted se hará una promesa. No es una promesa para mí, sino para usted mismo... se compromete a convertirse en ese ser real. Este compromiso lo acompañará constantemente y será cada vez más consistente. A partir de ahora, cada día que pase se acercará usted un poco más a ese hombre apuesto y atractivo que desea ser. Se sentirá relajado y sereno independientemente de lo que le ocurra y será capaz de afrontar cualquier situación con absoluta serenidad y sensatez. Y se sentirá tan a gusto consigo mismo que dispondrá de toda la energía del mundo cada día de su vida. Y le resultará muy sencillo mantener diariamente una dieta estricta, independientemente de lo que haga o de dónde se encuentre. EJERCICIO L Por la mañana tomará usted una ración pequeña de proteínas, fruta o zumo de frutas y una tostada sin mantequilla. Al mediodía tomará una pequeña ración de proteínas y fruta o verdura. Para cenar tomará una ensalada suavemente aliñada, una ración pequeña de proteínas y media taza de vegetales cocidos sin mantequilla ni margarina. EJERCICIO M Siempre comerá usted muy lentamente, y después de comer una pequeña ración de los alimentos recomendados se sentirá completamente satisfecha. Eso es todo lo que su cuerpo necesita en este momento. Eso es todo lo que usted desea comer. No le apetecerá tomar ningún tipo de dulce, ni almidones, ni alimentos ricos en grasa. Cuanto más se prolongue su dieta, más fácil le resultará y más rápidamente perderá usted peso. Todos esos kilos que le sobran desaparecerán fácilmente. Cada día estará usted más delgada, más ligera y más guapa y se sentirá mejor. Y también practicará con firmeza el ejercicio de autohipnosis que vamos a realizar juntos a continuación. (Quizá encontréis más adecuado emplear la palabra «atractiva» en vez de «guapa». Si el paciente es un hombre usaremos la palabra «guapo» o «bien parecido».) EJERCICIO N Dentro de un momento voy a pedirle que abra los ojos y mire un punto que voy a sostener delante de sus ojos. A pesar de abrir los ojos no se despertará usted. No se despertará. Se relajará aún más profundamente. Abra los ojos ahora mismo y mire el punto que estoy sosteniendo frente a usted mientras respira profundamente. (Mientras solicitáis al sujeto que abra los ojos, sostened una tarjeta que tenga un punto rojo grande y brillante delante de los ojos del paciente para que éste dirija su atención hacia él. El tamaño apropiado para la tarjeta es de 15 x 15 centímetros, preferiblemente de cartulina blanca y con un círculo lo más grande posible. El círculo debe estar pintado de rojo brillante. Sostened la tarjeta al nivel de los ojos del sujeto a una distancia aproximada de 1,20 metros.) Relájese completa y profundamente. Ahora cierre los ojos, inspire y piense 5... 5... 5... y relájese aún más. Una vez más inspire profundamente y piense 4... 4... 4... y espire. Inspire profundamente otra vez, piense 3... 3... 3... y espire. Inspire profundamente, piense 2... 2... 2... y espire. Inspire profundamente por última vez, espire y piense 1... 1... expulse todo el aire que queda en su cuerpo... 1. Imagine ahora una pesada sensación de relajación por detrás de sus párpados. Siéntala profundamente y advierta cómo esa fuerte sensación fluye en sentido descendente desde los párpados hacia los hombros y pecho, hacia la cintura, las caderas, los muslos, las pantorrillas, los tobillos, los pies y los dedos de los pies. EJERCICIO O Dentro de unos instantes, voy a iniciar una cuenta atrás desde el número 10 hasta el 1. Quiero que usted cuente conmigo en voz baja. Piense en cada número mientras yo lo pronuncio, y con cada uno de ellos se relajará usted cada vez más profundamente. 10... 9... 8... 7... 6... 5... 4... 3... 2... 1. Ahora está usted completamente relajada y puede recibir las indicaciones que yo voy a pronunciar y que usted repetirá conmigo: En todo momento me sentiré serena y relajada. No me apetecerá comer nada hasta la hora de la cena (Debéis reemplazar «la hora de la cena» por lo que sea indicado en cada caso. Puede ser «la hora de la comida» o «hasta mañana», o lo que sea.) Ahora imagine el punto que ha observado al comienzo del ejercicio. Imagine que el punto flota junto con las indicaciones que hemos pronunciado hacia la parte posterior de su cabeza y en dirección a su espalda. Una vez que el punto y las sugerencias se encuentren en la parte posterior de su espalda, bórrelo y olvídese de él, olvídese también de las indicaciones, déjelas que desaparezcan. Relájese. EJERCICIO P A partir de este momento y hasta nuestra próxima cita, practicará usted este ejercicio de autohipnosis metódica y firmemente al menos tres veces al día, incluso aunque piense que no lo necesita. El ejercicio le permite sentirse muy a gusto, y cada vez que lo practique se sentirá completamente relajada. Se relajará tan profundamente como lo ha hecho aquí. Tal como lo está en este momento, y las auto sugerencias calarán muy hondo en su mente. Al practicar el ejercicio de autohipnosis, tendrá usted un perfecto dominio sobre su apetito. Podrá disolver cualquier sensación de hambre, será capaz de solucionar cualquier tensión y cualquier apetencia por alimentos o bebidas nocivas. Cada día perderá peso, estará cada vez más atractivo/a y se sentirá mejor. EJERCICIO Q En nuestra próxima entrevista, o en cualquier ocasión que escuche usted mi voz en la cinta, se relajará usted mucho más de lo que se ha relajado hoy Mis sugerencias calarán cada vez más hondo en su mente. En unos instantes, cuando se despierte, se sentirá muy relajada y se encontrará plena de energía, renovada, vital y segura de si misma. Se sentirá estupendamente bien. Todo lo que necesita para despertar es contar conmigo del 1 al 5, y, al llegar a 5, abrirá sus ojos, se sentirá relajada, renovada, vital y de muy buen ánimo. Se sentirá realmente bien. 1... 2... 3... 4... 5. Una vez despierto el sujeto, debéis preguntarle cómo se siente. Podéis responder a cualquier pregunta que desee formular. Debéis entregarle dos folios impresos con ciertos datos necesarios para que el paciente controle su dieta y para que practique el ejercicio de autohipnosis. Uno de los folios contiene la dieta recomendada, el otro el ejercicio de autohipnosis.82 Ejemplo de la dieta.- Desayuno Ración pequeña de proteínas (entre 60 y 90 g.). Ración pequeña de fruta (unos 150 g.). Una tostada sin mantequilla. Comida Ración pequeña de proteínas (entre 90 y 110 g.). Ración pequeña de fruta o verdura. Cena Ración pequeña de proteínas (entre 110 y 150 g.). Ración pequeña de ensalada con un aliño suave. 1/2 taza de vegetales cocidos sin mantequilla ni margarina. Bebidas dietéticas, exceptuando refrescos a menos que sean sin cafeína. Café descafeinado. No tomar salsas. Calorías diarias aproximadas: 800 a 1.000. Esta dieta es un ejemplo que no se debe tomar literalmente para aplicar en cualquier caso. No toda persona puede llevar una dieta de sólo 1.000 calorías diarias. No juguéis a ser médico ni nutricionista, a menos que lo seáis de verdad. Trabajad con el paciente para encontrar una dieta adecuada y saludable. Si el paciente sufre algún tipo de problema de salud, debéis solicitarle que consulte con un médico para seguir la dieta apropiada. Aunque hayáis impreso la dieta, debéis estar preparados para incluir cualquier modificación con el fin de adecuarla a cada uno de vuestros pacientes. En muchas ocasiones sólo es preciso ocuparse de un único problema alimenticio (por ejemplo, tomar demasiados dulces, comer dos o tres raciones de alimentos cuando una sería suficiente, beber demasiada cerveza). En estos casos no será necesario indicar una dieta completa, sino centrarse en eliminar la apetencia por el chocolate, la cerveza o lo que sea pertinente en cada caso. El ejemplo que ofrecemos al final del capítulo ilustra cómo abordar este tipo de problema. Instrucciones para la autohipnosis.- ¡Estírese! Y ahora siéntese en una posición cómoda. Concéntrese en un punto y, mientras lo hace, diga mentalmente el número 5 tres veces mientras exhala. Luego cierre los ojos. Inspire profundamente y, mientras exhala, diga mentalmente el número 4 tres veces. Mientras lo pronuncia, intente verlo. Inspire una vez más profundamente y repita el procedimiento con los números 3, 2 y 1, consecutivamente. Ahora imagine que emana de sus ojos una intensa sensación de relajación y que fluye por todo su cuerpo como si fuera una ráfaga de aire tibio y suave que llega hasta sus pies. Después inicie una cuenta atrás de 10 a 1. Una vez que llegue al número 1, diga lo siguiente: Siempre me sentiré serena y relajada. No me apetecerá tomar ningún alimento hasta la cena. Luego imagine el mismo punto que observó inicialmente. Imagine que el punto se desplaza hacia la parte posterior de su cabeza llevando consigo sus palabras. Luego olvídese de ellas, de modo que su mente interior las absorba. Ahora cuente de 1 a 5 y cuando despierte experimentará el efecto de sus palabras. RESUMEN DE LA SESIÓN POSTERIOR A LA HIPNOSIS El paciente debe disponer de suficiente tiempo para leer la dieta recomendada y la hoja de instrucciones para la práctica de la autohipnosis, y vosotros debéis contestar a todas sus preguntas. Es preciso que estéis bien informados sobre el tema de las dietas. Es aconsejable tener un libro sobre nutrición para consultarlo cuando sea necesario. Muchas personas ignoran qué es un alimento proteico, de modo que debéis prepararos para ofrecer explicaciones y ejemplos. Leed en voz alta junto con el paciente las instrucciones para la autohipnosis, explicando cada uno de los pasos a seguir. Informad al paciente que se le han dado estas instrucciones cuando se encontraba sometido a la hipnosis y que asimismo se ha practicado una sugestión pos hipnótica para que dichas instrucciones fueran efectivas durante la autohipnosis del mismo modo que lo han sido durante la hipnosis. Lo más importante es que el paciente comprenda que debe practicar la autohipnosis diariamente por dos razones: En primer lugar, está usted entrenando su mente para que siga un curso diferente al del pasado. La mente prefiere hacer lo que ha hecho siempre, es decir, seguir por el mismo camino. Por lo tanto, es necesario realizar un nuevo entrenamiento que requiere dedicación. La mente no se convencerá de que usted quiere realmente modificarse si no practica la autohipnosis con dedicación. La mente cree que usted quiere realmente comer en exceso y estar grueso porque eso es lo que ha estado sucediendo durante años. Ahora, usted desea invertir esa programación que lo perjudica, y para hacerlo debe informar al subconsciente cada día lo que realmente desea en la actualidad con el fin de que su deseo se convierta en realidad... hábitos alimenticios más moderados, pérdida del exceso de peso... sentirse mejor... tener una figura más atractiva. Por fortuna, la autohipnosis no tarda años en llevar a cabo esta nueva programación. La hipnosis funciona rápidamente, en ocasiones instantáneamente, aunque lo más probable es que el proceso tarde algunos días o unas pocas semanas en dar sus resultados. Cuando de trata de problemas pertinaces el tratamiento puede prolongarse varios meses. Pero es preciso ser constante hasta lograr que la nueva programación sea efectiva. En segundo lugar, la sugestión hipnótica no es permanente. Si así fuera, bastada con tener una sola sesión de hipnosis y comunicar al paciente una serie de instrucciones por cada problema para solucionarlo, pero no es así. El periodo en que una sugestión hipnótica es efectiva varía enormemente según sea la respuesta del individuo a la hipnosis. He conocido algunas personas cuya respuesta no sobrepasaba unas pocas horas al día a menos que se reforzara el efecto mediante otra sesión de hipnosis. Hay quienes responden a la sugestión hipnótica durante una o dos semanas; algunos pocos, incluso más de dos semanas. Por este motivo el sujeto debe reforzar la sugestión con sesiones diarias de autohipnosis hasta alcanzar los resultados deseados. EJEMPLO DE UN CASO DE CONTROL DE LA DIETA Una mujer con exceso de peso me pidió ayuda para controlar su dieta. Su problema era una compulsión a comer palomitas de maíz. Las compraba en paquetes de 45 kilos y comía palomitas con mantequilla a todas horas, y para saciar su sed bebía grandes cantidades de gaseosa. Obviamente, que la mantequilla, la sal y las gaseosas eran más perjudiciales para ella que las palomitas de maíz, aunque éstas representaban el vehículo para ingerir los otros productos. De modo que lo oportuno era lograr que las palomitas de maíz no fueran de su agrado. Antes de hipnotizarla, intenté descubrir qué alimentos no le gustaban, pero parecía gustarle todo. « ¿No existe nada que le resulte repulsivo?», le pregunté al borde de la desesperación. «Bueno, sí», me respondió. «Las plumas húmedas de los pollos me ponen enferma. No puedo soportar su olor. Mi padre me obligaba a matar y pelar pollos en contra de mi voluntad.» Por fin había encontrado algo... plumas de pollo húmedas. Cuando practicamos el ejercicio J y llegamos al momento en que ella debe colocar algo en su boca, le dije: «Hay un gran cuenco lleno de palomitas de maíz frente a usted, pero han estado en contacto con plumas de pollo húmedas. Las palomitas huelen como las plumas. Ahora coja un puñado de palomitas y colóquelas en su boca.» Inmediatamente comenzó a tener arcadas y a sentir náuseas. Pensé que estaba a punto de vomitar. Cuando se marchó de la consulta y llegó a su casa se preparó unas palomitas. Fue entonces cuando vomitó. Cada día intentaba comer palomitas, pero el mero hecho de prepararlas le provocaba náuseas. Cuando volvió a la consulta para la tercera sesión, ya ni siquiera intentaba preparar las palomitas de maíz... había abandonado el hábito y estaba perdiendo peso. Al dejar de comer palomitas, abandonó también la gaseosa, la mantequilla y la sal. Cuando nos acercábamos a la sesión número 6 ya había perdido casi 9 kilos y se sentía muy bien. Le indiqué que agregara más fruta y verdura a su dieta. Había dejado de ser una adicta a las palomitas de maíz. La lección que debemos aprender de este ejemplo es que es preciso descubrir algún sabor u olor que resulte repulsivo para el paciente. Dichos sabores u olores se emplearán más tarde para eliminar un hábito perjudicial. Lo más frecuente es que el problema sean los dulces, como el chocolate o los pasteles. Si el sujeto toma 51ibras (2 kilos) de chocolate al día y aborrece el sabor del hígado, se le debe indicar que se visualice a sí mismo sacando de la nevera un trozo de chocolate que ha estado muy próximo a un trozo de 2 kilos de hígado fresco. El sabor y el olor del hígado han impregnado el chocolate... podéis haceros una idea. Capítulo 4 Sesión de hipnosis número 3 EL OBJETIVO DE ESTA SESIÓN es reforzar la hipnosis y las indicaciones impartidas en las sesiones anteriores, lograr que el sujeto alcance un nivel más profundo de hipnosis con el fin de que la sugestión alcance otro nivel mental y, como resultado, reforzar la acción de la autohipnosis. Antes de comenzar con la inducción hipnótica, es aconsejable dialogar con el paciente para que nos cuente cómo ha sido su experiencia con la autohipnosis desde la última vez que ha estado en la consulta. ¿La ha practicado diariamente? Si no lo ha hecho, ¿cuál ha sido el motivo? ¿Ha seguido la dieta concienzudamente? En caso contrario, ¿por qué razón? ¿Ha practicado satisfactoriamente la autohipnosis o ha tenido alguna dificultad? En el caso de que el sujeto no haya conseguido buenos resultados con la autohipnosis, repetid juntos una vez más el procedimiento. Demostradle cómo hacerlo, pronunciando vuestros pensamientos en voz alta para que aprenda el procedimiento. Si no consigue relajarse o le resulta difícil concentrase, debéis asegurarle que con la práctica estos obstáculos desaparecerán. Debéis hacerle saber que muchas personas tienen las mismas dificultades y que no debe preocuparse por ello. Una queja muy corriente es: «Cuando intento practicar la autohipnosis no puedo recordar lo que debo hacer.» Comunicadle que puede consultar las copias impresas del procedimiento que le habéis entregado y que con el paso del tiempo logrará memorizar los pasos indicados. Lo primero que debe hacer es aprender el procedimiento e intentar sentirse cómodo sin preocuparse por los resultados, ya que éstos serán satisfactorios una vez que logre aprender las instrucciones y las practique metódicamente. Aseguraos de comunicar al paciente que puede modificar cualquier parte de la sugestión para adecuarla a sus propios fines. Puede utilizar una sola instrucción o varias. Sin embargo, es aconsejable recomendarle que se ocupe de un asunto o problema por vez. Por ejemplo, no debería intentar abandonar el tabaco al mismo tiempo que trata de controlar su dieta. Los problemas se deben abordar de forma individual. El ejercicio de autohipnosis le será útil durante toda su vida, de modo que debéis estimular al paciente para que se acostumbre a practicarlo cada día. En este punto del programa es posible que el sujeto no esté practicando la autohipnosis de forma regular. Esto se debe a que la mente obstinada se opone al cambio; la mente prefiere continuar por el mismo camino antes de aventurarse por uno nuevo. El sujeto se excusará por no practicar la autohipnosis, racionalizando diversos pretextos. Normalmente existen dos razones principales para no practicar la autohipnosis cada día. La primera es: «No encuentro ningún punto en el que fijar mi atención para comenzar la autohipnosis.» No debéis reprender ni sermonear al sujeto por argüir algo tan ridículo. Recordad que su mente se opone al cambio y que el paciente está intentando comprender y desarrollar una nueva cualidad y un nuevo estilo de vida. Explicad con serenidad al paciente que el punto puede ser cualquier cosa que se encuentra en su línea de visión, incluso el pomo de una puerta, una flor estampada en la tela de una cortina, una mancha en la pared, el punto de unión entre las paredes y el techo, un enchufe de luz, un botón de tapicería del sofá, la llama de una vela o una bombilla eléctrica. Es imposible estar en un lugar donde no exista un punto en la línea de visión sobre el cual fijar la mirada. La segunda razón frecuentemente esgrimida para no practicar la autohipnosis es: «No dispongo de tiempo. Nunca estoy solo. Trabajo en una oficina de ocho de la mañana a cinco de la tarde con un montón de gente alrededor. Luego me marcho a casa y debo atender a mi familia, que me demanda cosas constantemente. No tengo ni un minuto para mí misma.» Ésta es una situación muy común. A veces resulta difícil encontrar cinco minutos tres veces al día para practicar la autohipnosis. Mi respuesta ante esta situación es aproximadamente la siguiente: « ¿Va usted al cuarto de baño durante el día?» «Por supuesto que sí.» «Pues bien, cada vez que vaya al cuarto de baño y se siente en la taza, emplee este tiempo para practicar los ejercicios de autohipnosis.» La respuesta más frecuente es: «No se me hubiera ocurrido que se pudieran realizar los ejercicios sentada en la taza.» «Por supuesto que es posible. También lo puede hacer en la bañera mientras toma un baño. No hay ninguna restricción.» Y de este modo sigo explicando que la autohipnosis se puede practicar en cualquier situación y momento. De hecho, una vez que se entrene es posible practicarla con los ojos abiertos y rodeado de personas y de situaciones que puedan invitar a la distracción. Cuando se alcanza este punto, llegará realmente a dominar una herramienta muy potente que podrá usar de forma inmediata para cualquier propósito. (Es posible que tengáis la impresión de que el potencial desarrollado para el uso de este alterado estado de conciencia abarca mucho más de lo que se indica en este libro: y estáis en lo cierto. Este libro es simplemente el comienzo. La mente, los pensamientos, disponen de un potencial real que trasciende en gran medida el control de la dieta. De momento, ocuparos de dominar los temas tratados en este libro. Una vez que lo hayáis conseguido, automáticamente se abrirá ante vosotros una nueva etapa de desarrollo y sabréis exactamente lo que tenéis que hacer.) En ocasiones os toparéis con algún paciente que no se muestre inclinado a realizar ningún intento por practicar la autohipnosis o por seguir una dieta. Existen un sinfín de razones que respaldan su actitud. Independientemente de lo que digáis o hagáis, su respuesta será: «Sí, pero...» Cuando encuentro un paciente tan reacio a colaborar, suelo decirle: «Muy bien, si usted desea pagarme por mis servicios y no colaborar, debe usted saber que no obtendrá ningún beneficio y habrá perdido tiempo y dinero. No me interesa obtener dinero de un paciente que no tiene la intención de comprometerse con el tratamiento. Por lo tanto, si usted decide persistir en su actitud, con toda probabilidad le pediré que demos fin a nuestras entrevistas y usted ahorrará dinero. Piénselo, es su decisión. Ahora vamos a continuar con la sesión de hoy.» Sólo me he sentido obligado a decir este tipo de cosas un par de veces en todos los años que llevo ejerciendo mi profesión. En ambas ocasiones los pacientes dejaron de jugar y comenzaron a cooperar. Los dos tratamientos arrojaron resultados muy satisfactorios. La SESIÓN número 3 consiste en 14 ejercicios ordenados en esta secuencia: A, B, C, D, E, F, I, G, H, R, L, S, T, Q. Los ejercicios A y B se describen en el capítulo 2. Los ejercicios C, D, E, F, G, H, L y Q se encuentran en el capítulo 3. Nótese que la secuencia es ligeramente diferente que la de la segunda sesión. EJERCICIO I Mientras inspira, imagine que está respirando una anestesia pura, limpia e inodora. Esta anestesia fluye por todo su cuerpo y usted experimenta una tibia sensación de hormigueo y entumecimiento. Cada vez siente más deseos de respirar profundamente para aumentar esta sensación de paz, relajación y tranquilidad. A partir de ahora, y hasta el final de la sesión, cada vez que respire se relajará más profundamente. EJERCICIO R-1 (Sólo Para mujeres) Mientras continúa usted flotando suave y dulcemente cada vez más relajada, centre su atención en la punta de su nariz y manténgala allí hasta que llegue un punto en el que toda su atención se dirija únicamente al sonido de mi voz En este punto olvídese de la punta de su nariz y limítese a seguir escuchando mi voz relajándose cada vez más profundamente. Quiero que se imagine a sí misma tal y como desearía ser, guapa y delgada, activa y llena de energía, elegantemente vestida con una ropa que favorece su hermosa silueta. Ésa es usted Ésta es la hermosa mujer en la que usted se está convirtiendo. Cada día que pase a partir de hoy usted se parecerá cada vez más a la mujer que realmente le gustaría ser. Se sentirá relajada y serena, independientemente de lo que ocurra a su alrededor, y será capaz de afrontar cualquier situación con absoluta serenidad y sensatez. Y se sentirá tan a gusto consigo misma que dispondrá de toda su energía para utilizarla cada día de su vida. Y le resultará muy sencillo mantener una dieta estricta independientemente de lo que haga o de donde se encuentre. EJERCICIO R-2 (Sólo para hombres) Mientras continúa usted flotando suave y dulcemente cada vez más relajado con cada respiración, centre su atención en la punta de su nariz y manténgala allí hasta que llegue un punto en el que toda su atención se dirija únicamente al sonido de mi voz. Cuando llegue a ese punto, olvídese de la punta de la nariz y concéntrese únicamente en el sonido de mi voz, mientras se relaja cada vez más. Mientras esté pendiente de la punta de su nariz, quiero que por un minuto se imagine a si mismo tal y como desearía ser, sano y delgado, guapo y viril, lleno de energía y vitalidad, seguro de sí mismo y con una ropa elegante que realza su cuerpo delgado y bien proporcionado. Ése es usted. Éste es el hombre apuesto y viril que usted puede llegar a ser. A partir de ahora usted conservará la calma y la serenidad, independientemente de lo que le ocurra, y será capaz de afrontar cualquier situación con absoluta tranquilidad y sensatez. Y se sentirá tan a gusto consigo mismo que dispondrá de toda su energía cada día de su vida. Y le resultará muy sencillo mantener diariamente una dieta estricta, independientemente de lo que haga o de dónde se encuentre. EJERCICIO S Comerá usted siempre muy lentamente, y después de comer una pequeña ración de los alimentos recomendados se sentirá completamente satisfecha. Eso es todo lo que su cuerpo necesita en este momento, y esto es todo lo que le apetece. No tendrá ningún deseo de comer entre las comidas, ni de tomar ningún tipo de dulces, ni almidones, ni de alimentos ricos en grasa. Cuanto más se prolongue su dieta, más fácil le resultará atenerse a ella y más rápidamente perderá usted peso, ya que está usted comenzando a acostumbrarse a comer correctamente en relación con lo que su cuerpo necesita. Y en tanto su cuerpo responda a este nuevo hábito, a medida que su estómago se contraiga un poquito cada día, se sentirá usted mucho más cómoda tomando menos alimentos, y todos esos kilos que le sobran desaparecerán más rápidamente y con mayor facilidad. Cada día estará usted más delgada y más guapa, y se sentirá estupendamente bien. (Quizá consideréis que es más adecuado emplear la palabra «atractiva» en vez de «guapa». Si el paciente es un hombre usaremos la palabra «guapo» o «apuesto».) EJERCICIO T Continuará usted practicando constantemente el ejercicio de autohipnosis todos los días y con la mayor asiduidad posible, y cada vez que lo realice se relajará completamente. Se relajará usted tan profundamente como lo está en este momento, y cualesquiera sean las sugerencias e indicaciones, éstas calarán más hondo en cada ocasión. Con la práctica diaria de este ejercicio, mantendrá usted un perfecto control sobre su apetito. Será capaz de disolver la sensación de hambre y cualquier tipo de tensión, cualquier impulso de comer o beber algo que no le beneficie, cualquier miedo, ansiedad o dolor innecesario. Ahora tiene usted el control sobre sí misma y logrará que su mente realice cualquier cosa que desee. Usted tendrá éxito en todo lo que emprenda y disfrutará de esta situación. Disfrutará también de su atractiva apariencia y se sentirá mejor cada día. Capítulo 5 Sesión de hipnosis número 4 L A SESIÓN número 4 es probablemente la más valiosa e influyente de las seis sesiones que se explican en este libro. En esta sesión os ocuparéis del mecanismo que permite al sujeto mejorar enormemente su autoimagen y afrontar y resolver sus problemas. Mediante dicho mecanismo es posible crear una habitación personal y privada a la que el paciente puede acudir cuando necesita resolver sus problemas. Del mismo modo que habéis hecho en las sesiones previas, debéis comenzar ésta dialogando con el paciente para descubrir si está progresando con la autohipnosis y con el control de su dieta. Ofreceréis ayuda al sujeto para resolver cualquier obstáculo que impida su progreso, y luego comenzaréis la sesión de inducción hipnótica. La SESIÓN número 4 consiste en 14 ejercicios ordenados en la siguiente secuencia: A, B, C, D, E, F, I, G, U, V, W, X, Y, Q. Los ejercicios A y B se describen en el capítulo 2. Los ejercicios C, D, E, F, G y Q se explican en el capítulo 3. El ejercicio I se encuentra en el capítulo 4. EJERCICIO U Este ejercicio es uno de los que más influencia tiene sobre los pacientes y es una de las herramientas más útiles para la hipnosis y la autohipnosis. Ayuda a crear un sitio personal—una habitación o un templo privados—donde tiene lugar una nueva programación científica. El uso que se hace de este ejercicio para la autohipnosis se explica en el capítulo 11. Deseo que imagine que está usted de pie en el escalón superior de una sólida escalera de madera. Sienta la moqueta debajo de sus pies. Puede ser del color y del tipo que usted quiera... imagínela. Ahora extienda el brazo y toque el pasamano. Sienta la madera lustrada en contacto con su mano. Está usted a una distancia de diez escalones del suelo. Las escaleras descienden hacia el suelo formando un arco. Dentro de un momento bajaremos por la escalera. Al descender cada uno de los escalones, usted se relajará cada vez más profundamente. En el momento que pise el suelo se habrá relajado profundamente; nunca había conseguido relajarse tanto. Baje ahora suave y fácilmente hasta el noveno escalón. Sienta cómo se relaja cada vez más. A continuación baje al octavo escalón mientras se relaja un poco más. Ahora baje al séptimo, al sexto, al quinto, al cuarto, al tercero, al segundo, al primero. Ahora se encuentra usted en el piso inferior. Hay una puerta muy cerca de usted, estire la mano y ábrala. Desde la habitación contigua llega un haz de luz Camine hacia la habitación, diríjase hacia la luz a través de la puerta. Ahora se encuentra usted dentro de la habitación, mire a su alrededor. Ésta es su habitación y puede ser de la forma que usted desee. Puede ser de cualquier tamaño y de cualquier color. En ella puede guardar todo lo que desee. Puede agregar o quitar cosas, ordenarlas según su propio gusto. Puede amueblarla como más le apetezca, decorarla con cualquier objeto, colocar las ventanas o los cuadros que sean de su agrado, o hacer lo que realmente quiera porque este lugar le pertenece... es su lugar interior privado y en ella será usted libre. Libre para crear, libre para ser usted misma. Libre para hacer su voluntad, y la luz que brilla en esta habitación es su luz. Sienta la luz a su alrededor, brillando sobre todas las cosas hermosas que hay en su habitación, resplandeciendo sobre usted, sienta la energía de la luz. Deje que la luz fluya a través de todo su cuerpo, penetrando a través de cada uno de los poros de su piel, llenándola completamente y apartando toda duda, eliminando todos los miedos y las tensiones. Está usted llena de luz, diáfana y radiante, resplandeciendo con la brillante luz que impera en su habitación. EJERCICIO V-1 (Sólo para mujeres) Mientras se encuentra de pie en medio de la luz de la habitación, quiero que construya una imagen de sí misma tal y como desearía ser. No como a otros le gustaría que usted fuera, sino como usted misma realmente desea ser. Vea su propia imagen frente a usted en medio de la luz Se ve delgada, guapa, serena y libre, vestida con ropa elegante que realza su atractiva figura. Ésa es usted Ésa es realmente usted. Es la mujer que está empezando a ser. Diríjase hacia su imagen. Acérquese a ella. Ahora introdúzcase en la imagen para fundirse con ella. Es la mejor parte de usted misma, una parte viviente de su ser que será cada día más fuerte. EJERCICIO V-2 (Sólo para hombres) Mientras se encuentra de pie en medio de la luz de la habitación, quiero que construya una imagen de sí mismo tal y como desea llegar a ser. No como a otros le gustaría que usted fuera, sino como usted mismo realmente desea ser. Vea su propia imagen frente a usted en medio de la luz. Se ve usted delgado, sano, apuesto, sereno y libre y vestido con ropa elegante que luce usted muy bien debido a su cuerpo bien proporcionado. Ése es usted. Ése es realmente usted Es el hombre que está empezando a ser. Diríjase hacia su imagen. Acérquese a ella. Ahora introdúzcase en la imagen para fundirse con ella. Es la mejor parte de usted mismo, una parte viviente de su ser que será cada día más fuerte. EJERCICIO W A partir de este momento cada día se sentirá usted más parecida a la mujer en la que desea convertirse. Se sentirá serena y relajada en toda ocasión, y será capaz de conservar la calma y abordar los problemas relajadamente. Se sentirá muy bien y dispondrá de todas sus energías cada día de su vida. Y le resultará muy sencillo mantener la dieta diariamente, independientemente de dónde se encuentre. EJERCICIO X Comerá usted lentamente en toda ocasión, y cuando haya tomado una pequeña ración de los alimentos recomendados se sentirá completamente satisfecha. Eso es todo lo que su cuerpo necesita en este momento, y eso es todo lo que le apetecerá comer. No tomará ningún alimento entre las comidas ni después de cenar. No deseará tomar ningún tipo de dulces, ni almidones, ni alimentos ricos en grasa. Todo eso pertenece al pasado y ya no lo necesita porque ahora se está entrenando para acostumbrarse a comer correctamente y su cuerpo se está adaptando un poco más cada día. Su estómago se está contrayendo poco a poco, y consecuentemente, usted se sentirá más cómoda comiendo cada vez menos. Cada día adelgazará un poco más y el proceso será cada vez más rápido y más fácil. Diariamente perderá peso, se encontrará cada vez más atractiva y se sentirá estupendamente bien. (Quizá os parezca más adecuado emplear la palabra «atractiva» en vez de «guapa». Si el paciente es un hombre, usaremos la palabra «guapo» o «apuesto».) EJERCICIO Y Continuará usted practicando constantemente el ejercicio de autohipnosis con la mayor asiduidad posible todos los días, y cada vez que lo realice se relajará en profundidad y muy, muy rápidamente. En unos pocos minutos se relajará usted tan profundamente como lo está en este momento, incluso más aún. Y cualesquiera sean las sugerencias e indicaciones, éstas serán más fuertes y calarán más hondo en cada ocasión, porque usted tiene ahora el control de la situación y será capaz de llevar a cabo cualquier cosa que desee. Podrá materializar todo aquello que usted indique a su mente que desea conseguir, tendrá éxito en todo lo que emprenda y disfrutará de esta situación. Disfrutará también de su atractiva apariencia y se sentirá mejor cada día. Capítulo 6 Sesión de hipnosis números 5 y 6 SESIÓN NÚMERO 5 E L OBJETIVO de la quinta sesión es reforzar las sesiones previas; todos los ejercicios se han mencionado en los capítulos anteriores. La sesión número 5 es prácticamente idéntica a la cuarta sesión, aunque ésta última presentaba un ejercicio adicional (V) que sólo se realiza una vez con un determinado paciente. Ésta es la sesión que acostumbro grabar en una cinta porque es excepcionalmente intensa y efectiva. Luego entrego la cinta al paciente para que la conserve. Durante el diálogo inicial con el paciente, debéis recordarle que la habitación que imaginó en la sesión número 4 (y que se reforzará en esta sesión) es una herramienta especialmente importante. Podrá volver a ella a través de la autohipnosis para alcanzar algún objetivo siempre que lo desee. En dicha habitación puede crear su propia realidad con el fin de enriquecer su vida. Allí se encontrará en contacto directo con su mente superior y obtendrá mejores resultados. La SESIÓN número 5 consiste en 13 ejercicios, ordenados en la siguiente secuencia: A, B, C, D, E, F, I, G, U, W, X, Y, Q. Los ejercicios A y B se describen en el capítulo 2; los ejercicios C, D, E, F, G y Q se encuentran en el capítulo 3; el ejercicio I aparece en el capítulo 4; los ejercicios U, W, X e Y se citan en el capítulo 5. SESIÓN NÚMERO 6 La sexta sesión es también una sesión de reforzamiento. Doce de los ejercicios que incluye han sido descritos en los capítulos anteriores. El nuevo ejercicio, Z, al que denomino el Viaje a la Montaña, es de vital importancia, pues permite al sujeto expandir su creatividad y comenzar a explorar su propia mente superior y el vasto recurso de la inteligencia superior que está a su disposición. He presenciado algunas hermosas e intensas experiencias al practicar este ejercicio. La SESIÓN número 6 consiste en 13 ejercicios, ordenados según la siguiente secuencia: A, B, C, D, E, F, I, G, Z, W, X, Y, Q. Los ejercicios A y B se encuentran en el capítulo 2; los ejercicios C, D, E, F, G y Q se explican en el capítulo 3; el ejercicio I aparece en el capítulo 4; los ejercicios W, X e Y se citan en el capítulo 5. EJERCICIO Z: UNA EXCURSIÓN A LA MONTAÑA Se encuentra usted tumbada en un prado de hierba verde y suave tomando el sol. Observe las flores alrededor de su cabeza. La suave brisa acaricia su cuerpo. Observe la hierba y las flores a 30 centímetros por encima de su cabeza. Advierta cómo la brisa mece la hierba con suavidad. Sienta el aroma de las flores. Ahora póngase de pie y mire en dirección al norte. Al final del prado se levanta una majestuosa montaña. Vamos a hacer una excursión a la montaña. A su derecha hay un pequeño río; inclínese para tocar el agua fresca. Beba un poco de esa agua cristalina, pura y refrescante. Escuche el murmullo de los saltos de agua de esta garganta. El río parece bajar de la montaña, de modo que vamos a remontar su curso. Ahora llegamos a un estanque que está en el nacimiento del río. Aquí el agua es cálida. Como en este nivel mental somos todos expertos nadadores, vamos a nadar un rato. Sienta la tibieza del sol. Sienta la calidez del agua mientras nada tranquilamente. Ahora es el momento de continuar nuestro ascenso a la montaña. Mientras lo hacemos, escuche el gorjeo de los pájaros. Sienta el olor a pino. Mire las rocas que hay en la orilla izquierda. Durante un rato, podemos ver el valle, y a la derecha, nuestro prado entre los árboles. Estamos a medio camino de la cima de la montaña. Vamos a detenernos un rato a descansar en esas rocas que están a la derecha. Desde aquí podemos ver el prado en toda su extensión. Ha llegado el momento de continuar andando. Escuche las ardillas parloteando en los árboles. La brisa nos trae el olor de los cedros a medida que nos acercamos a la cima. Por fin hemos llegado y podemos ver un profundo cañón del otro lado de la montaña. En lo alto de la montaña encontramos una señal que dice: «Pregunte lo que desee al cañón que está bajo sus pies, y encontrará la respuesta escrita en el cielo.» De manera que formule ahora mismo su pregunta y busque la respuesta en el cielo. Ahora puede usted preguntar alguna otra cosa. Vea la respuesta escrita allí arriba en el cielo. Es tiempo de regresar a nuestro prado. Observe cómo el sol comienza a descender entre las colinas allí a la izquierda. Debemos darnos prisa antes de que oscurezca. Ahora estamos a mitad de camino y nos detenemos a descansar en nuestra roca una vez más. Desde aquí contemplamos el atardecer y seguimos nuestro camino hacia el prado. Escuche los sonidos de los pequeños animales nocturnos. Al pasar junto al estanque, vemos el reflejo de la puesta de sol en el espejo de su superficie. Sentimos la frescura de nuestro pequeño río cuando pasamos junto a él. Hemos llegado nuevamente a nuestro prado. Túmbese otra vez en la alta hierba. Sienta una vez más el aroma de las flores. Advierta que la hierba y las flores vuelven a su tamaño original en tanto nuestro prado y nuestra montaña desaparecen de nuestra vista. PARTE II Capítulo 7 Regresión y autorregresión Regresión LA REGRESIÓN es un viaje a una época anterior a través del tiempo: puede ser a una etapa pasada de nuestra vida actual o a una vida anterior. La hipnosis es una excelente herramienta para realizar este viaje hacia el pasado. No se debería intentar hacer regresar a nadie a una época pasada hasta que no se haya llegado a ser un hipnotizador experimentado. La causa es que si la practica un operador falto de la experiencia necesaria para hacerlo, la regresión puede ser una experiencia traumática y desagradable para el paciente. Por ejemplo, supongamos que se hace regresar a una persona a una vida pasada justo en el momento en que va a ser decapitada. Eso podría significar un momento terrible para el paciente porque se trata de una experiencia real. El ejercicio de regresión mencionado más adelante enseña a prevenir y/o abordar dichos acontecimientos de la vida pasada del sujeto. Para cierto tipo de situaciones, generalmente para el tratamiento de diversas enfermedades mentales o desórdenes emocionales, puede ser necesario o deseable que el sujeto experimente dolor, tormento, miedo o cualquier otra emoción intensa. Pero esto pertenece estrictamente al dominio de la psiquiatría, de la psicología o de la medicina. Si no practicáis ninguna de estas tres profesiones, debéis evitar emplear la regresión de esta manera. En este capítulo os explicaremos una forma segura de practicar la regresión. Yo solamente trabajo la regresión con aquellas personas que han sido previamente hipnotizadas por mí o por alguna otra persona. Prefiero que el paciente que va a ser sometido a una regresión esté familiarizado con la hipnosis. (Éste es mi modus operandi personal; pero no quiere decir que sea necesario hacerlo como yo lo practico. Como probablemente ya habéis adivinado, soy un hipnotizador que prefiere los procedimientos seguros, y no deseo correr riesgos con mis pacientes. Os recomiendo que trabajéis de la misma manera. En ocasiones he tenido que corregir problemas creados por hipnotizadores ineptos, y me subleva que algunos operadores sean tan descuidados y tan poco sensibles. Ésta es una de las razones por las que he escrito este libro: para enseñar cómo la hipnosis puede, y debe, hacerse de una manera segura, respetuosa y profesional.) EJEMPLOS DE CASOS DE REGRESIÓN ¿Para qué se utiliza la regresión?. A continuación expondré dos ejemplos de cómo he utilizado personalmente la regresión. Caso l Un hombre de treinta y cinco años acudió a mi consulta debido a un dolor de espalda crónico que sufría desde hacía muchos años y que nunca lo abandonaba. Afortunadamente, este hombre tenía una elevada tolerancia innata al dolor, aunque le producía una gran incomodidad e irritabilidad. Nunca había sufrido ninguna enfermedad ni había tenido ningún accidente. Había consultado con muchos médicos, y todos habían coincidido en que no existía ninguna causa física para su dolor. Incluso le habían sugerido que posiblemente se tratara de su imaginación, pero el dolor era real. Hice que este sujeto regresara al día en que el dolor había surgido por primera vez. Tenía dieciséis años y se estaba entrenando para jugar con el equipo de baloncesto del instituto. De pronto sintió un dolor tan intenso que no pudo presentarse a la prueba. Sus días de atleta habían finalizado. La investigación bajo la regresión hipnótica reveló que había sido una estrella del baloncesto en un pequeño colegio del medio oeste. Era un héroe local y todos lo conocían. Todas las chicas hacían lo imposible por atraer su atención. Luego la familia tuvo que trasladarse a Chicago debido al trabajo de su padre. Allí asistió a un instituto en el que abundaban los atletas de primera calidad; la competencia era feroz. Su clase contaba con más alumnos de los que había en el colegio al que había asistido. Su antigua popularidad como astro del baloncesto no tenía ninguna importancia en el nuevo colegio. Cuando comenzaron las pruebas, tenía miedo de fracasar debido a la enorme competencia que existía. El miedo se agravaba por el hecho de que se había jactado mucho de ser una estrella del baloncesto y había alardeado de sus éxitos anteriores. ¿Adivinan lo que sucedió?. Repentinamente surgió un intenso dolor de espalda que no le permitió presentarse a las pruebas. Tenía un motivo que era fácil de comprender y que todo el mundo encontraría justificado. Un motivo que le impedía formar parte del equipo. Ahora podría ser un espectador que destacaba por su conocimiento del deporte del juego y, desde la platea, ser más listo que los entrenadores y los jugadores, además de presumir de sus pasadas hazañas deportivas. Sometido aún a la hipnosis, lo induje a que comprendiera la naturaleza de su problema. Luego le comuniqué que su dolor de espalda pertenecía a otra época y que ya no era necesario que lo sintiera en su vida actual. Le expliqué que su dolor se había bloqueado en 1964 y que él no conseguía abandonar esa etapa. Posteriormente lo devolví lentamente al tiempo presente. Al abrir los ojos no sentía dolor alguno por primera vez desde que tenía memoria. Aún hoy sigue sin sentir ningún dolor. El tiempo total que duró su regresión fue de aproximadamente una hora. Obviamente, es posible que este sujeto genere otro tipo de dolor (o síntoma) si le toca enfrentarse con una situación que él crea que no puede afrontar. No obstante, dudo de que lo haga, ya que ha aprendido las trampas que las personas pueden tenderse a sí mismas. También dediqué bastante tiempo a aconsejarle cómo afrontar y resolver problemas. Caso 2 Una muchacha de dieciséis años vino a mi consulta porque deseaba ponerse a dieta. Comía compulsivamente pero su verdadero problema era que tenía una imagen muy mala de sí misma. Trabajamos con el programa de seis sesiones que he descrito en la Parte I. Nos veíamos una vez por semana, y mi objetivo principal era mejorar la imagen que tenía de sí misma. Resultaba muy fácil hipnotizarla, y al cabo de cinco sesiones había perdido una aceptable cantidad de kilos y había dejado de comer por compulsión pero, lo que es más importante, había modificado su autoimagen. Estaba satisfecha consigo misma y se estimaba. Consideré que no era necesario que asistiera a la sexta sesión y comencé a llenar un talón para reintegrarle el importe correspondiente (su madre había pagado por adelantado las seis sesiones). Sin embargo, ella insistió en venir a la sesión número 6 porque estaba interesada en hacer un trabajo de regresión, y yo acepté. La hice atravesar por un ciclo de muerte y un ciclo de nacimiento. Le indiqué que retornara a una experiencia de una vida pasada —en el caso de que hubiera existido alguna— que tuviera una relación importante y directa con su vida actual. Revivió ciertos episodios en diversas épocas de su vida, incluyendo la muerte de su esposo a quien había amado con devoción. En todas sus experiencias amaba y era amada. Había experimentado el trabajo duro y había aprendido cuán importante era y la satisfacción que brindaba. Había pasado por la experiencia de vivir con alguien que la necesitaba y que dependía de ella y había realizado un trabajo competente. La regresión resultó ser una hermosa experiencia para ella, y le brindó dos premios inesperados. En primer lugar, despertó de la regresión con un mayor sentimiento de autovaloración y un gran amor por la vida. En segundo lugar, y he aquí una verdadera sorpresa, reconoció a su marido muerto en la persona del chico del que actualmente estaba enamorada. Aunque no eran parecidos físicamente y tenían diferente nombre y nacionalidad, la aguda consciencia que se despertó bajo la hipnosis le reveló este conocimiento. EL EJERCICIO DE REGRESIÓN Preparación En primer lugar, utilizad una serie de técnicas de relajación y visualización para llegar a la hipnosis tal como se describe en la Parte I. Podéis elegir los ejercicios y la secuencia que estiméis más adecuados según vuestra propia experiencia. Una posibilidad es utilizar los ejercicios A, B, C, D, E, F, I, G, H. Al concluir el ejercicio H, iniciad el ejercicio de regresión que se explica en la próxima sección. Dicho ejercicio es un enfoque general; debéis improvisar vuestro propio texto para adecuarlo a vuestras necesidades. Para conducir a una persona a una etapa anterior de su vida actual, se deben emplear palabras diferentes de las que se utilizan para dirigir al sujeto hacia una vida anterior. Cuando formuléis preguntas al sujeto una vez hipnotizado y dialoguéis con él, deberías preguntar o verbalizar todo aquello que sea oportuno. En gran medida, las preguntas o instrucciones dependerán de las respuestas que recibiréis del paciente. El ejercicio Voy a iniciar una cuenta atrás del 10 al 1. Cada número que pronuncie lo sumirá en una relajación cada vez más profunda. Cuando llegue al 1, estará usted en una playa de arena blanca frente a un maravilloso océano azul. 10... 9... 8... 7... 6... 5... 4... 3... 2... 1. Ahora se encuentra usted en una playa de arena blanca frente a un bello océano azul Es el océano de la vida, y se extiende sinfín frente a usted, hacia la derecha y hacia la izquierda. Está usted de pie sobre las arenas del tiempo, que se extienden infinitamente hacia su derecha y su izquierda. Ahora gire su cabeza y mire a su izquierda. Las arenas del tiempo se extienden hacia el futuro. Observe un banco de niebla en la playa que le impide mirar lo que hay tras él. Ahora gire su cabeza y mire a su derecha. Las arenas del tiempo se extienden hacia el pasado. Observe un banco de niebla en la playa que le impide mirar lo que hay más allá de él. En unos instantes vamos a caminar hacia la derecha en dirección al banco de niebla que está ocultando el pasado. En todo momento usted escuchará mi voz y seguirá mis instrucciones. Cuando le haga alguna pregunta, me responderá en voz alta. Ahora deseo que se dirija hacia la derecha y que atraviese las arenas del tiempo hacia el pasado. Introdúzcase en el banco de niebla. La niebla lo rodea completamente. Es fresca, agradable y revitalizante. Puede detenerse. Quédese quieto en medio de la niebla. Dentro de unos instantes contaré de 10 a 1, y con cada número que pronuncie lo conduciré cada vez más atrás en el tiempo mientras la niebla comienza a desaparecer. Cuando llegue a 1, la niebla se habrá disuelto totalmente y se encontrará usted en un episodio previo de su vida, si hubiera alguno, que tenga una relación directa e importante con su vida actual. Cualquiera sea la experiencia que reviva, la verá como si de una película se tratara. Estará completamente consciente de los detalles, de sus pensamientos y emociones, de quién es usted, de dónde se encuentra y de lo que está haciendo. Se dará usted perfecta cuenta, como si fuera una película, de si goza o sufre, si siente pena o si está enamorado; estará consciente de cualquier emoción o sensación que experimente, pero no la sentirá físicamente. Será capaz de observarlo y describirlo. Cada vez que yo diga «RELÁJESE», inmediatamente desaparecerá lo que esté usted experimentando y respirará profundamente, se relajará y sentirá paz mientras escucha el sonido de mi voz y responde a mis instrucciones. Ahora voy a contar de 10 a 1, y usted regresará en el tiempo progresivamente a medida que yo pronuncie cada número. Al llegar a 1, la niebla habrá desaparecido y se encontrará usted en un episodio de su vida anterior. 10... 9... 8... 7... 6... 5... 4... 3... 2... 1. Ahora se encuentra usted en ese episodio del pasado, Mire a su alrededor. ¿ Qué es lo que ve ? (Esperad la respuesta.) ¿Quién es usted? (Esperad la respuesta.) NOTA: En este punto debéis improvisar el diálogo. Si el sujeto ha regresado a un episodio desagradable de su vida que le causa ansiedad, decid simplemente «RELÁJESE». La experiencia desaparecerá y podréis conducirlo a otra experiencia diciendo: Voy a contar hasta 3 y a chasquear mis dedos. En ese momento se encontrará usted (Utilizad las palabras indicadas como, por ejemplo, «en un episodio de su vida pasada», «un año más tarde» o «el día anterior».) 1...2...3. (Chasquead los dedos.) Ahora está usted... (Utilizad vuestras propias palabras para expresar lo que esté indicado en cada caso.) Cuando estéis preparados para devolver al sujeto al presente y despertarlo, debéis decir lo siguiente: Relájese más profundamente. En unos instantes voy a contar del 1 al 10, y cuando llegue al 10 usted volverá a (Decid la hora y fecha actual, día, mes y año; por ejemplo, 5 de la tarde, 4 de julio de 1997.) y tendrá usted consciencia de estar cómodamente sentado en una silla con los ojos cerrados. 1... 2... 3... 4...5...ó...7...8...9...10 Hoy es (Repetid la fecha y la hora.) y está usted cómodamente sentado en una silla con los ojos aún cerrados. Voy a contar del 1 al 5 y chasquearé mis dedos. Entonces abrirá usted los ojos, estará completamente despierto y se sentirá estupendamente bien. Recordará todo lo que ha revivido. 1... 2... regresa usted lentamente... 3... cuando cuente 5 abrirá los ojos, se despertará y se sentirá muy a gusto... 4... 5. (Chasquead los dedos.) ¡Abra los ojos, despierte y, al hacerlo, experimentará un gran bienestar! Análisis Dialogad con el paciente sobre la sesión de regresión que acabáis de realizar ya que esta conversación posterior a la experiencia representa una importante herramienta de aprendizaje para ambos. Las palabras empleadas durante el procedimiento de regresión son esenciales. No debéis utilizar atajos. Fijaos en la simbología y en la visualización que utilizo al comienzo: las arenas del tiempo, el océano de la vida, el banco de niebla. Debo destacar que digo vamos a caminar por la playa y no digo usted va a; esto se debe a que quiero que el paciente sepa que no está viajando solo; él tendrá consciencia de mi presencia dondequiera que vaya, y yo estaré siempre a mano para ayudarlo y para conversar con él. Observad que le indico que siempre escuchará mi voz y será capaz de seguir mis instrucciones y conversar conmigo. Eso le dará seguridad. Observad también que abordo la situación de forma tal que el paciente no sentirá ningún trauma; él contemplará la situación como si se tratara de una película. Introduzco la palabra clave «relájese» como dispositivo para abandonar un episodio determinado. Se trata de una herramienta de seguridad y también de transición. Para profundizar el viaje, cuento hacia atrás. Para volver al momento actual cuento en sentido ascendente. Advertid también que siempre comunico al sujeto lo que voy a hacer: «En unos instantes contaré... y usted se despertará.» Luego digo: «Ahora voy a contar... y usted ya está consciente...» Es una modificación sutil, pero esencial. Después informo al sujeto que, al despertar, recordará todo lo sucedido. Estrictamente hablando, esto no es necesario porque el sujeto siempre recuerda lo sucedido cuando despierta de la hipnosis, a menos que el operador le haya indicado lo contrario. Estimo que la ventaja principal de la regresión es recordar lo sucedido, y por este motivo incluyo esta frase para reforzar el mecanismo. No es necesario incluirlo en el procedimiento. La regresión requiere que el operador sea muy experimentado. Es preciso meditar el objetivo de la regresión antes de realizarla y tener clara la dirección general de las preguntas que se formularán al paciente. También es necesario estar preparado para improvisar sobre la marcha según el rumbo que tomen los acontecimientos. No debéis poner palabras en boca del sujeto ni sugerirle lo que debe esperar revivir. Durante el procedimiento no digo que se dirigirá a una experiencia vivida, sino «... a una experiencia o un episodio del pasado, si existiera alguno...» En estado hipnótico, el paciente siempre intentará complacer al operador. Si decís a un hombre: «Diríjase usted a un episodio anterior de su vida en el que era usted una mujer», él creará dicha situación aunque realmente nunca haya existido. Cuando lo haga, será consciente de que la está inventado, pero no le importa puesto que eso es lo que le habéis pedido. Debéis elegir vuestras propias palabras muy cuidadosamente para que la sesión de regresión sea válida. No impongáis vuestras propias ideas ni conceptos. Una advertencia final para los viajes a través del tiempo: en mi procedimiento, comunico al paciente que el futuro está a la izquierda, y así es. ¿Es posible progresar en el tiempo del mismo modo que se regresa al pasado?. Efectivamente. No obstante, no me ocuparé de este tema en este libro. No deberíais intentar conducir a un paciente al futuro a menos que tengáis una importante experiencia en otras fases de la hipnosis. Sin embargo, existe la técnica para hacerlo. Existen muchas otras técnicas de regresión que son muy efectivas. El ejercicio descrito en este libro es el método que yo utilizo; podéis utilizarlo y también podéis crear un método propio o practicar cualquier otro ejercicio que conozcáis al hablar con otros hipnotizadores. PARTE III Aplicaciones prácticas e información complementaria Capítulo 8 Otros tipos de hipnosis HIPNOSIS PARA NIÑOS LAS TECNICAS y los ejercicios de los que nos ocupamos en este libro son para adultos, específicamente a partir de los catorce años. Los niños no necesitan procedimientos tan prolongados ya que su actividad cerebral se encuentra predominantemente en alfa. Es mucho más sencillo y más rápido inducirlos al estado hipnótico; cuanto más pequeños sean, más rápidamente responderán y más breve deberá ser el procedimiento. Además, debido a que no pueden centrar su atención durante mucho tiempo, no prestarán atención a un texto tan extenso y aburrido. Para hipnotizar a los niños generalmente emplea el contacto físico. La mente de los niños es muy poderosa porque no encubren sus opiniones con falsas tonterías como hacemos los adultos. No han desarrollado aún inhibiciones ni obstáculos artificiales que bloqueen sus pensamientos y su comportamiento como nos sucede a los adultos. Como resultado, los niños responden fácil, rápida y muy efectivamente a la sugestión hipnótica. Lleva mucho más tiempo condicionar a los adultos—con el fin de que puedan sortear sus inhibiciones—y acceder al niño que llevan dentro de sí. Los niños suelen pensar: «Yo puedo.» La mayoría de los adultos tienden a pensar: «Yo no puedo.». Ya lo escribió Virgilio, el poeta, hace más de 2.000 años: «Ellos pueden hacerlo porque se creen capaces de realizarlo.» Historia de un caso María (no es su nombre real), que entonces tenía once años, sentía un persistente dolor de su oído izquierdo desde hacía un tiempo debido a una grave infección. El médico le había recetado un medicamento para que la infección remitiera, pero el efecto estaba resultando muy lento y los analgésicos no calmaban el dolor. Mi esposa y yo estábamos de visita en su casa y pregunté a sus padres si me autorizaban a hipnotizarla para aliviar el dolor. Ellos estuvieron de acuerdo. Pedí a María que se sentara frente a mí de modo que yo pudiera ver su oreja izquierda. « ¿Cuál es tu problema?», le pregunté. Entre sollozos, respondió: «Me duele el oído.» « ¿Quieres tú que te duela?» «No.» « ¿Te gustaría que el dolor desapareciera?» Respondió afirmativamente con su cabeza. «Cierra los ojos, María. Voy a ponerte la mano sobre la oreja pero sin tocarla». « ¿Sientes el calor de mi mano?» (La palma de mi mano derecha estaba sobre su oreja izquierda pero sin establecer contacto.) «Muy bien. Ahora quiero que imagines que tienes un ojo interior que puede llegar a todas las partes del interior de tu cuerpo. ¿Puedes hacerlo?» «Sí.» «Magnífico. Ahora mira con ese ojo dentro de tu oreja izquierda en el sitio exacto donde sientes el calor de mi mano. ¿Puedes ver el interior de tu oreja?» «Sí.» «Muy bien. Ahora imagina una energía muy intensa que sale de mi mano en dirección a tu oreja. Esta energía te ayudará. Ahora quiero que ilumines el interior de tu oreja con tu propia energía. Ilumina la oreja con esa energía. Ésa es tu energía curativa que hará desaparecer el dolor y curará el oído. ¿Lo has conseguido?» «Sí.» Comenzó a sonreír. «María, voy a contar hasta 3 y chasquearé mis dedos. Cuando lo haga, abrirás los ojos y ya no te dolerá el oído, no volverá a dolerte más. 1... 2... 3. Abre los ojos y te sentirás muy bien.» Abrió sus ojos y sonrió. «Muchas gracias», me dijo. El dolor se había desvanecido y ella salió a jugar. Este procedimiento duró unos dos minutos. Lo único que hice fue dirigir la increíble habilidad creativa de la niña para que solucionara la situación. Por otro lado, la infección remitió rápidamente para desaparecer en veinticuatro horas. Debéis grabar en vuestra mente los diferentes puntos relacionados con la técnica en este caso en particular. Primero, pregunté a la niña qué era lo que pasaba, puesto que, aunque yo sabía cuál era la situación, deseaba que ella definiera el problema para que centrara su atención en él. Segundo, le pedí que me dijera si ella deseaba que el problema existiera. Una vez más, yo conocía la respuesta, pero al responder negativamente, se comprometió a solucionarlo. Tercero, le pregunté si quería que la ayudara. Su respuesta afirmativa reforzó su compromiso y la hizo confiar en mí y en lo que yo iba a hacer. En este punto, ya habíamos resuelto la mitad del problema. A partir de entonces, utilicé y guié sus propias energías creativas para solucionar lo que quedaba de él. Ejercicio número 1 para niños Este ejercicio es especialmente efectivo para niños con edades comprendidas entre cinco y ocho años. La actividad cerebral a esta edad se desarrolla casi exclusivamente en alfa, de modo que se necesita muy poco tiempo para que la hipnosis y la sugestión arrojen resultados positivos. El procedimiento de inducción hipnótica es prácticamente físico en su totalidad en vez de verbal. Las indicaciones son breves y concretas. Generalmente, este procedimiento no se prolonga más de dos minutos y se lo puede emplear para cualquier tipo de problemas como, por ejemplo, que el niño deje de mojar la cama por las noches o eliminar el miedo a la oscuridad. También utilizo este breve ejercicio para adultos a quienes ya he hipnotizado y para aquellos cuya capacidad de concentración es limitada debido a alguna enfermedad. Los ejercicios breves también son aconsejables para eliminar un dolor o una crisis de ansiedad en una situación de emergencia. Se le debe solicitar al niño que se ponga de pie junto a una pared con los pies juntos y los talones contra la pared. Luego se debe colocar una silla a una distancia aproximada de 60 ó 70 centímetros frente al niño y el operador se sentará frente a él. Luego se le darán las siguientes instrucciones: Tommy, cuando te lo pida, quiero que comiences a inclinarte. Pronto perderás el equilibrio y te caerás hacia delante, pero yo voy a sujetarte. En este momento, extended vuestros brazos y mantenedlos en esta posición para mostrarle al niño que vais a sujetarlo. Cuando te encuentres entre mis brazos, cierra tus ojos y descansa, mientras tanto yo te hablaré durante un rato. ¿Has comprendido? Si el niño no ha entendido lo que habéis dicho, explicadlo hasta que lo tenga claro, y luego continuad. Muy bien, Tommy, comienza ahora a inclinarte. Continúa inclinándote hasta caer en mis brazos. Cuando caiga en vuestros brazos, indicadle: Cierra los ojos y descansa entre mis brazos mientras te hablo. En este momento le daréis las indicaciones que le ayudaran a resolver su problema. Por ejemplo: Los bebés mojan la cama porque son muy pequeños para ir al cuarto de baño. La gente mayor no moja la cama porque pueden ir al servicio cuando desean. Tú eres un niño muy mayor y creces cada día un poco más. Tú puedes ir al cuarto de baño cuando lo deseas porque eres mayor. A partir de ahora acudirás al servicio cuando lo necesites. Y cuando estés durmiendo, te despertarás si sientes deseos de ir al baño. Ya no volverás a mojar la cama porque ahora puedes despertarte e ir al cuarto de baño cuando sientas deseos de hacerlo. Te sentirás muy bien cada vez que te levantes por las noches para ir al lavabo en vez de mojar la cama. Ahora voy a ponerte de pie; puedes abrir los ojos y despertarte completamente. Poned al niño de pie muy suavemente y decidle: ¡Abre los ojos! ¡Estás completamente despierto y te sientes maravillosamente bien! Es bastante usual que el niño exprese deseos de ir al cuarto de baño inmediatamente después de despertarse de esta breve sesión de hipnosis. Cuando lo haga, estará reforzando la sugestión. A continuación me ocuparé de los puntos esenciales de este procedimiento. La inducción nos permite ganar la confianza del niño. Cualquier niño sabe que puede inclinarse fácilmente sin perder el equilibrio. Sin embargo, cuando el operador le pide que se incline, el niño pierde el equilibrio y cae entre sus brazos tal como se le ha indicado. De esta manera se establece un vínculo de confianza con el hipnotizador, porque sin que él sepa el motivo, todo ha sucedido como el operador le ha dicho. La razón de que pierda el equilibrio (aunque esto no se le explicará al niño) es que nadie puede estar de pie junto a una pared con los pies juntos y luego inclinarse sin caer al suelo, ya que sus nalgas hacen presión contra la pared y empujan el cuerpo hacia delante, haciéndole perder el equilibrio. Este procedimiento es efectivo para los niños más pequeños porque los mayores pueden descubrir el truco. Cuando sujetáis al niño entre vuestros brazos, establecéis un contacto y una corriente de simpatía. Al mismo tiempo, el niño está en una posición que le impide impacientarse o distraerse. La sugestión es breve, 1ógica y concreta. Siempre debería ser una sugestión positiva que le haga sentirse seguro y a gusto consigo mismo. El ejemplo citado se sostiene por el deseo de todos los niños de ser mayores y conseguir las metas de un adulto. El niño despierta rápida y fácilmente, puesto que se da cuenta que, una vez que lo han ayudado a ponerse de pie, el procedimiento ha terminado. Ejercicio número 2 para niños Este ejercicio es excelente para niños de cualquier edad, desde cinco años hasta cien. Suelo utilizarlo para niños de entre nueve y catorce años. Este procedimiento también requiere que el niño se encuentre en una determinada posición, que se establezca un contacto físico y que el texto sea breve. La sesión completa durará aproximadamente entre cinco y siete minutos, según lo que os extendáis con vuestras sugerencias. La niña debe sentarse en una silla de respaldo recto sin apoyabrazos y colocada de manera tal que no le dé la luz en los ojos. Debe colocarlas manos en su regazo, y los pies deben estar planos sobre el suelo y un poco separados. El operador se sentará frente a ella, ligeramente hacia la derecha. Una buena posición es colocar el pie derecho entre los pies de la niña, pero sin tocarlos. De este modo el ojo derecho del hipnotizador estará en el mismo plano vertical que el ojo derecho de la niña. Pediréis a la niña que mire hacia delante con el fin de que su línea de visión llegue a vuestro pecho o cintura, según sea vuestro tamaño y el de ella. Colocad la punta de vuestro dedo índice de la mano derecha sobre vuestro pómulo derecho justo por debajo de vuestro ojo derecho y decid: Karen (nombre sustituto de la niña), quiero que mantengas la cabeza bien derecha y que mires hacia arriba hasta fijar tu mirada en mi dedo derecho mientras lo mantengo debajo de mi ojo derecho. Dentro de un momento voy a mover mi dedo desde mi mejilla hasta tocar tu frente. Quiero que sigas con la mirada el movimiento de mi dedo, hasta que toque tu frente. Cuanto sientas el contacto de mi dedo quiero que cierres los ojos, respires profundamente y te relajes. Ahora observa mi dedo. Comenzad a mover el dedo lentamente desde vuestra mejilla hasta la frente de la niña. Debéis tardar aproximadamente 5 a 10 segundos para darle tiempo a que concentre plenamente su mirada y de este modo sus ojos realicen un cierto esfuerzo. Al tocar la frente de la niña, decid: ¡Mantén los ojos cerrados! Respira profundamente y relájate. Retirad el dedo de la frente de la niña. Deja caer ligeramente la cabeza mientras los músculos de tu cuello se relajan. Siente cómo se relajan tu cara y tus ojos, y siente también una tibia sensación de hormigueo. Ahora todo tu cuerpo se relaja. Siente la tibia sensación de hormigueo en tus hombros, en tu pecho, en tu cintura, en tus caderas, en tus muslos, en tus pantorrillas, en tus tobillos, en tus pies y en los dedos de los pies. Estás completamente relajada, de la cabeza a los pies. En unos instantes voy a coger suavemente tus manos, una por vez, y fuego las dejaré caer sobre tu regazo. Cada vez que lo haga, te relajarás un poco más. Con vuestros dedos pulgar e índice, levantad con suavidad la muñeca derecha a unos 5 centímetros de su regazo, luego dejarla caer otra vez. Decid: ¡Relájate!, mientras dejas caer tu mano sobre tu regazo. Repetid el procedimiento tres veces con la mano derecha y otras tres con la mano izquierda. En este punto se impartirán las indicaciones. Por ejemplo: Quiero que te imagines que estás en la escuela, sentada en tu pupitre haciendo el examen de ortografía. Te sientes relajada y segura de ti misma. Eres inteligente y tienes una memoria excelente. Puedes recordar cualquier tema que hayas estudiado fácilmente. La maestra está de pie al frente de la clase. Pronuncia la primera palabra y tú la escribes de inmediato en tu cuaderno. La has escrito correctamente. La maestra dicta una palabra tras otra y no te cuesta ningún trabajo escribirlas perfectamente. Esto te hace sentir muy bien. De pronto te das cuenta de que algunos niños tienen problemas para escribir las palabras, pero tú no tienes ningún problema porque has aprendido a relajarte y a dejar que tu mente prodigiosa haga el trabajo por ti. Y mañana, cuando hagas tu examen de ortografía, te sentirás tan relajada como lo estás ahora y tu mente trabajará con facilidad para deletrear correctamente las palabras que dicte la maestra. Eres una persona brillante, capaz de hacer correctamente todo lo que le indiques a tu mente. Ahora voy a contar hasta 3 y chasquearé mis dedos; cuando lo haga, abrirás los ojos, te despertarás completamente y te sentirás muy a gusto y llena de energía mental y de confianza en ti misma. 1... 2... 3. (Chasquead los dedos). ¡Abre los ojos! Estás completamente despierta y llena de energía y confianza en ti misma. A continuación resumiré los puntos más destacados de este procedimiento: La posición física es fundamental. Debéis estar de pie frente al sujeto para que se vea obligado a miraros. De esta forma adoptaréis una postura de autoridad que conducirá al paciente a realizar lo que le indiquéis sin cuestionarlo. Sin embargo, os colocaréis ligeramente hacia uno de los lados con el fin de no bloquearlo y de este modo evitaréis que se intimide o se muestre aprensivo. El movimiento del dedo hacia la frente hace que los ojos del sujeto se desplacen en sentido ascendente y experimenten un ligero cansancio o esfuerzo. Con esta acción se dispara automáticamente el nivel alfa de la actividad cerebral. Se trata de una técnica de relajación rápida que se refuerza y se profundiza con el ejercicio de levantar las manos del regazo. Este procedimiento se encuentra a mitad de camino entre el que se utiliza para los niños pequeños y el que se emplea con adultos. Es muy efectivo para cualquier edad y suelo emplearlo con frecuencia. Resumen Los procedimientos de hipnosis utilizados con niños suelen ser cortos y rápidos. Normalmente consisten en una actividad física o en el contacto físico que tiene como fin llevar a cabo la inducción hipnótica. Es preciso estructurar correctamente la sugestión a fin de transmitir con rapidez el mensaje de una forma alegre y optimista. Los dos procedimientos que se explican aquí son los que suelo utilizar, pero de ningún modo son los únicos que existen. Estos ejemplos son útiles cuando se empieza a trabajar con la hipnosis. Generalmente no es necesario hacer sesiones previas a la hipnosis con los niños, ya que sus mentes no están bloqueadas con ideas erróneas y preconcebidas tal como sucede con los adultos. Los niños aceptan las cosas tal como son y responden en consecuencia. En muchos sentidos son más adultos que los propios adultos, de modo que así es como hay que tratarlos. Existe una regla esencial que debéis recordar al trabajar con niños: nunca se los debe menospreciar ni se los debe tratar de un modo condescendiente. Son iguales a vosotros y merecen ser tratados con respeto. Una advertencia: Nunca, jamás se debe hipnotizar a un niño sin el consentimiento de sus padres, y en toda ocasión debe estar presente al menos uno de los padres durante la sesión de hipnosis. Mejor aún si están presentes los dos padres o dos personas en las que el niño tenga plena confianza; el niño se sentirá protegido y más confiado. Y también vosotros os protegeréis de falsas acusaciones o posibles denuncias legales. Grabadlo en vuestra mente: NUNCA debéis hipnotizar a un niño sin la autorización de sus padres, y SIEMPRE que lo hagáis deben estar presentes en la sesión dos testigos adultos que sean responsables. HIPNOSIS EN GRUPO En ocasiones os pueden invitar a hablar sobre la hipnosis en un colegio o en una universidad, en un club o en cualquier otra organización o incluso en una fiesta informal. En estas situaciones grupales, la parte fundamental de vuestra intervención debe consistir en realizar una breve sesión de relajación profunda de las personas allí presentes. Para llevar a cabo una sesión de hipnosis en grupo, utilizad los mismos ejercicios que empleáis para una sesión individual. A1 no tener como objetivo resolver ningún tipo de problemas, realizaréis una serie de ejercicios enfocados a lograr un estado hipnótico superficial, verbalizando sugerencias generales, y luego despertaréis a los sujetos. Instrucciones previas a la hipnosis Antes de comenzar la demostración, explicad al grupo qué es la hipnosis, y además estableced dos reglas fundamentales. Primero, no se debe fumar en la sala antes de comenzar la conferencia y tampoco durante la exposición ni durante la demostración. (Tampoco permito fumar en la habitación donde realizo las sesiones de hipnosis.) En otras palabras, en la sala no debe haber humo ni tampoco un aire impregnado de olor a tabaco. El motivo de esta medida es que las personas bajo estado hipnótico se vuelven hipersensibles y el humo, aunque sea de un solo cigarrillo, puede causar que muchas de las personas sufran un acceso de tos. Segundo, comunicad al grupo que cualquier persona tiene la libertad de no participar en la sesión de hipnosis. En el caso de que decidan no participar, pueden permanecer sentados con los ojos abiertos para observar lo que sucede, con la condición de no perturbar a aquellos que participan, o abandonar la sala. A todos aquellos que participan les comunicaréis que pueden abrir los ojos y echar un vistazo a lo que está sucediendo, si así lo desean. Dejad bien claro que se trata simplemente de una breve demostración de las técnicas de relajación profunda. Cuando los miembros del grupo sepan que pueden observar lo que sucede, se sentirán más confiados y desaparecerán sus aprehensiones. (En toda mi experiencia profesional jamás me encontré con alguien que no deseara participar ni que abriera los ojos para ver lo que pasaba.) El ejercicio de demostración Comenzad la sesión con los ejercicios A, B, C, F, G, I o cualquier otra serie que consideréis oportuna. (Los ejercicios A y B se encuentran en el capítulo 2; los ejercicio C, F, G e I en el capítulo 3.) Luego verbalizad algunas sugerencias generales como por ejemplo: |
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miércoles, 12 de julio de 2023
Hipnosis para Principiantes William W. Hewitt
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