“La esencia de la formulación de una
estrategia competitiva consiste en relacionar una empresa con su medio
ambiente. Aunque el entorno relevante es muy amplio y abarca tanto fuerzas
sociales como económicas, el aspecto clave del entorno de la empresa es el
sector o sectores industriales en los cuales compiten”. (Michael Porter, 1982).
Las empresas no se encuentran
aisladas unas de otras sino que, por el contrario, están en constante
interacción con el medio. Es por esto por lo que, en una gran parte, los
resultados internos de las empresas dependen de las características del entorno
en el que se mueven, así como de la capacidad de éstas para asimilarlo,
adaptarse a él y administrarlo de una manera eficiente. Es fácil observar que
el entorno en el que nos encontramos no es lineal y no está formado sólo por
variables cuantitativas. Por esto, no podemos caer en el grave error de simplificar
el mundo empresarial a través de modelos econométricos obviando que las fuerzas
motrices de la dinámica del entorno son componentes de tipo cualitativo que
introducen, inevitablemente, complejidad en el esquema de funcionamiento de la
empresa.
En 1980, el economista Michael
Porter desarrolló en su libro "Competitive Strategy:
Techniques for Analyzing Industries
and Competitors" un enfoque para la planificación de la estrategia
corporativa. Se trataba de analizar qué factores determinan la rentabilidad a
largo plazo de un mercado o de algún segmento de éste. Según Porter, existen
cinco fuerzas que marcan y determinan el éxito o el fracaso de un sector o una
empresa. La corporación, por tanto, debe evaluar sus recursos y sus objetivos
frente a estas cinco fuerzas que rigen la competencia industrial.
Para Porter, la clave para obtener
la ventaja competitiva a la que aspira toda empresa reside en obtener un
posicionamiento aventajado sobre, al menos, una de las cinco fuerzas. Las cinco
fuerzas que intervienen en un sector industrial se basan en los principales
elementos del mercado:
- Competidores
directos (empresas que ofrecen el mismo bien o producto),
- clientes
(compradores de los bienes y servicios),
- Proveedores
(empresas que suministran a las empresas productoras del sector lo que
necesitan para suministrar sus bienes y productos),
- productos
sustitutivos (productos que existen ya en el mercado y que cubren las
mismas necesidades que el producto que lanza la empresa),
- Competidores
potenciales (empresas con capacidad de entrar a competir con las
pertenecientes a un sector determinado). Y estas fuerzas son las
siguientes:
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