Estrategia Digital
Pensemos en el caso
típico: una empresa contrata nuevo personal en su departamento de comunicación
o marketing. El equipo tiene muchas ideas y ánimo y todos están emocionados por
las oportunidades de vender por internet. Se contrata el diseño y construcción
de una página web, se abren cuentas en las redes sociales más populares y hasta
se destina una parte del presupuesto para un poco de publicidad.
Los resultados del primer
mes del nuevo marketing digital son espectaculares. Las visitas a la página web
se han triplicado y la cuenta de Facebook sobrepasó los 5.000 likers. Incluso
los gerentes más escépticos se muestran contentos. Para el tercer mes, las
visitas se han estancado y la comunidad de redes sociales ya no participa tanto
como al inicio. El equipo de comunicación y el de marketing están ocupados con
un proyecto y cada vez tienen menos tiempo para dedicarle a los canales
digitales de la empresa. Para el sexto mes las actualizaciones son esporádicas
y casi todas las herramientas se han convertido en una carga extra para ambos
equipos. Para finales del primer año las redes sociales están abandonadas y la
página web muestra información obsoleta y poco interesante. El resultado final:
dinero y esfuerzo desperdiciados.
Pero ¿qué es lo que falló?
Ahora que el acceso al internet está creciendo, muchas empresas se lanzan al
ciberespacio con más emoción y esperanza en lugar de planes, metas y objetivos.
Casi nadie se preocupa de crear una estrategia digital antes de abrir canales y
plantear una conversación con el usuario o posible cliente ¿La competencia
tiene una cuenta de Twitter y nosotros no? ¡Abramos una! ¿Acaba de abrirse la
última y más popular red social? ¡Ya tenemos un nombre de usuario!
Si en verdad queremos que
nuestras acciones de comunicación digital tengan alguna incidencia en los
objetivos de la empresa y que se conviertan en oportunidades de negocio en
Internet, debemos planificarlas con gran cuidado. Al tratarse de un medio tan
masivo e inmediato, actuar en Internet no es cuestión de hacer por hacer. Es
necesario realizar la planificación de la comunicación digital, tomando en
cuenta las fortalezas y debilidades de la empresa para maximizar sus
resultados. En general, plantear una estrategia exitosa es un proceso de 5
pasos:
·
Plantear objetivos: Todas
las metas de nuestra estrategia deberán ser relevantes, alcanzables y medibles.
Las acciones en internet no son cuestión de moda. Se tiene que pensar en qué
beneficios tienen y si son rentables o no.
·
Definir públicos: ¿A quién
buscamos atraer con nuestras acciones? ¿Cuáles son los intereses y
preocupaciones de ese grupo?
·
Definir un plan de acción:
Esta es la hoja de ruta para cada uno de nuestros objetivos. Hay que definir
los elementos necesarios para alcanzarlos, los recursos disponibles y los
responsables de cada una de las acciones que se emprenderán.
·
Diseñar campaña: Si
nuestra estrategia tiene presupuesto para publicidad, es necesario definir
cuántas campañas se harán. Luego, tenemos que establecer la temática y los
objetivos específicos de la campaña para poder diseñar los mensajes.
·
Evaluar y medir: Cada
cierto tiempo es importante comparar los resultados obtenidos con las metas
planteadas. El internet es dinámico y eso se debe reflejar en la estrategia. Si
algo no está dando resultado, es mejor desecharlo y tratar algo nuevo.
Estos 5 pasos forman un
ciclo de constante mejora que tendrá que ser monitoreado y optimizado con
frecuencia.
Usualmente, las acciones
no planificadas con coherencia y anterioridad pasan una factura bastante
costosa. No es raro ver páginas web sin modificaciones desde el año 2000 y
cuentas de Facebook cuya última actualización fue hace más de 6 u 8 meses. Esto
no solo le quita seriedad y autoridad a una empresa, sino que genera una imagen
negativa que, en internet, puede ser razón suficiente para perder clientes. Es
por eso que crear una estrategia se vuelve tan importante. Esto marca la
diferencia entre un camino claro y dar manotazos en la oscuridad.