ANÁLISIS FUNDAMENTAL Y BURSÁTIL Análisis fundamental y bursátil: El Balance II Ahora que ya conocemos los principales elementos que normalmente aparecen en el balance, analizaremos más a fondo la valoración de los mismos. En primer lugar, recordaremos que el pasivo de un balance muestra cuánto dinero o financiación se ha facilitado a la empresa procedente de distintas fuentes, mientras que el activo indica cómo se ha empleado este dinero. VALORACIÓN DE ACTIVOSHemos dicho que el activo es lo que la empresa posee, pero es posible que en un momento dado haya clientes que quizá no hayan pagado aún las mercancías o servicios que ya han recibido de la empresa. Aunque la empresa todavía no ha recibido este dinero, estas cuentas de clientes figuran en el balance y se pondrán en el activo, a pesar de que no exista seguridad sobre su cobro. Esto nos lleva a considerar la cuestión de la valoración monetaria que figura en el balance junto a cada clase de activo. La valoración de activos no es siempre fácil y es una de las puertas abiertas a la adulteración y maquillaje de los balances. Por ejemplo, en algunos activos podríamos elegir entre hacerlos figurar en el balance a su costo original, o su precio actual del mercado. Para proteger a los accionistas y a otras personas interesadas, las leyes especifican y reglamentan cómo deben valorarse los activos. Recordemos que los activos disponibles incluyen además de la caja y bancos los valores mobiliarios realizables (acciones, títulos de deuda, etc.) las cuentas de clientes y otras cuentas deudoras similares indican las cantidades realmente debidas a la empresa. Algunas veces se deduce cierta cantidad, previamente estimada, para tener en cuenta la falta de pago de algunas deudas. También los activos disponibles monetarios pueden necesitar un ajuste en su valor si el dinero se posee en forma de moneda extranjera. Por su parte el valor que puedan tener en el mercado los valores mobiliarios realizables puede fluctuar ampliamente, por lo tanto normalmente se valoran al costo. Dentro de los activos circulantes están las existencias de productos acabados, materias primas, etc. Se valoran normalmente al costo o al precio del mercado, el que sea más bajo de los dos. Los elementos del activo inmovilizado han de valorarse con un criterio diferente al aplicado a los activos circulantes. La mayoría de los activos inmovilizados, tales como edificios, máquinas, instalaciones y herramientas se desgastan poco a poco mientras se usan. En otras palabras, la mayoría de los activos inmovilizados se deprecian, disminuyendo de valor. Generalmente los activos inmovilizados figuran en el balance a su costo original, restándole cierta cantidad para tener en cuenta que su valor ha disminuido. Esta cantidad se conoce con el nombre de depreciación. Una excepción la constituyen los terrenos que siempre se valoran al costo, sin incluir ningún aumento o disminución de este precio de coste. Finalmente los activos intangibles, por ejemplo el fondo de comercio o patentes o marcas, suelen figurar en el balance sólo cuando han sido comprados.
VALORACIÓN DE PASIVOS Las deudas a corto plazo y los medios de financiación a largo plazo forman el pasivo circulante y el pasivo fijo respectivamente. Normalmente el pasivo circulante incluye elementos tales como descubiertos bancarios y cuentas de proveedores que la empresa debe pagar. El pasivo circulante debe quedar cubierto por el activo circulante. El pasivo fijo representa los medios de financiación a largo plazo de la empresa. Normalmente se trata de préstamos, y las empresas tienen que ofrecer algunas de sus propiedades como garantía. La garantía del pasivo fijo suele ser normalmente el activo inmovilizado. El descubierto bancario es una parte del pasivo circulante y para obtenerlo habrá que pagar intereses. Normalmente los demás pasivos circulantes no suponen el pago de intereses. El pasivo fijo consiste principalmente en préstamos a largo plazo que proceden de distintas fuentes y es preciso pagar intereses sobre los pasivos. Considerando en conjunto el pasivo circulante representa un medio de financiación barato para la empresa, y junto al pasivo fijo forma las obligaciones exteriores de la empresa. Ya hemos analizado los dos primeros grupos de pasivos, ahora empezaremos con los fondos de los accionistas. Al igual que el resto del pasivo este grupo también representa dinero que se ha facilitado a la empresa. Los fondos de los accionistas se forman con el dinero de los accionistas que compran acciones de la empresa, y este dinero aparece en el balance bajo el título de capital emitido. Además del capital emitido, los fondos de los accionistas incluyen la plusvalía y el remanente, que son los beneficios que se han obtenido dentro de la empresa y que no se han pagado a los accionistas en forma de dividendo. El remanente es el beneficio obtenido mediante los negocios normales de la empresa, mientras que la plusvalía es un beneficio que no procede de operaciones normales. Lógicamente si la empresa obtiene suficientes beneficios, los accionistas esperan recibir un dividendo, la cuantía puede variar. Los accionistas corren más riesgos que otros inversores y acreedores, por lo que esperan un rendimiento mayor que el interés que se paga por los pasivos fijos. La cuantía del dividendo que se ha de pagar a los accionistas, lo recomiendan los directivos de la empresa, teniendo en cuenta las necesidades financieras de la misma. Ya hemos comentado que las plusvalías y el remanente son los beneficios retenidos dentro de la empresa. La plusvalía es un beneficio que no se ha logrado dentro de las operaciones normales de la empresa (son "atípicos") y no se pagan dividendos procedentes de ellas. El beneficio neto es el beneficio obtenido por la empresa durante un año mediante sus operaciones normales. El remanente es la acumulación de beneficios netos que se retienen en la empresa. Si la empresa sufre una pérdida en cualquier año en el curso de sus operaciones normales, todavía puede pagar dividendos procedentes del remanente. Así mismo si sufre un quebranto patrimonial grave puede acudir a las plusvalías obtenidas de operaciones "atípicas" como venta de terrenos, maquinaria, etc., para equilibrar su balance. |
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