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domingo, 26 de enero de 2020

Introducción a la Economía Parte 5: Relación de la Economía con otras Ciencias.

La Economía y la Política: 


La interdependencia entre la economía y la política puede considerarse como secular. En Grecia y en Roma, la economía, la ética y la ciencia política, constituían una rama única y coherente que comprendía estudios sobre la industria y el comercio, la agricultura y los tributos, la esclavitud y la organización psicopolítica, la moneda y el valor, los intereses y los salarios. En la edad media, la organización institucional y el orden político-económico, estudiados por los escolásticos fueron sometidos a un nuevo y extraordinario conjunto de normas de moral práctica, pero todos estaban generalmente cobijados por la ética, la economía y la política.

Posteriormente, del siglo XVI hasta las revoluciones liberales del siglo XVIII, la economía y la política se liberaron de los principios escolásticos y prepararon el terreno para su autonomía científica, pero permanecieron interdependientes como en la actualidad. Esa interdependencia celular entre la economía y la ciencia política provienen de que la política se encarga del estudio de la organización del estado y de las relaciones entre las clases dirigentes y las dirigidas, así como el establecimiento de importantes instituciones sobre las cuales se desarrollaran las actividades económicas. En consecuencia la organización política y la organización económica se vuelven interdependientes: la acción económica se subordina a la estructura política de la sociedad, generalmente determinada por cierto grupo de denominación, mientras que la acción del grupo de denominación política se encuentra muchas veces subordinada a la estructura de los centros que deciden el poder económico.

En el mundo occidental, esa interdependencia entre la economía y la ciencia política se acentuó a partir de la gran de precesión, cuando se transformaron las propias características políticas de la economía basadas en la libre empresa, en función de la nueva orientación intervencionista que modificó la estructura del sistema capitalista. Por otro lado en la agitada década de los treinta la propia ciencia política tomo de la economía los elementos que asegurasen el sostenimiento del régimen en la nación del bloque oriental, reconociéndose definitivamente que el sistema económico fundamentado en la iniciativa privada libre era vital para la continuidad de las tradicionales formas occidentales de organización política. Por el contrario, el bloque socialista se afirmó en la necesidad del estudio integrado de la economía y de la política, pues los elementos básicos de su organización económica solo podían mantenerse a partir de la continuidad y sostenimiento de las formas fundamentales de su estructura política. A si vez una de las instituciones básicas de las economías socialistas es la perfecta yuxtaposición de los poderes económicos y políticos. En estas sociedades se confunden las espinas dorsales de los centros de decisión de esos poderes.

Al lado de sus funcione políticas, y en unión con ellas, el estado socialista ejerce funciones características de la economía, ya que también desempeña la dirección y la administración de todo el sistema empresaria. Por consiguiente, hoy en día –ya sea en las economías liberales del mundo occidental o en las fundamentadas en el socialismo de estado- los sistemas económicos y políticos se encuentran de tal suerte integrados que no tiene sentido el estudio aislado de cada uno de ellos, incluso por que esa conexión no se observa sólo estructuralmente. También los términos coyunturales, la interrelación es bastamente clara: en cualquier sociedad, la inestabilidad de las instituciones políticas conduce fundamentalmente a la inestabilidad económica. Recíprocamente, la estabilidad y el desarrollo económico se alinean entre los factores esenciales que condicionan la estabilidad de los centros de disposición del poder político. 

La Economía y la Sociología: 


Entre la economía y la sociología también hay relaciones estrechas y seculares. P. SOROKIN, conocido psicólogo ruso, muestra su contemporary Sociological Theories que en la antigua Grecia los pensadores clásicos partieron de factores económicos para explicar muchos procesos sociales, mientras que en la Edad Media y en el Renacimiento la mayor parte de los autores cuido del examen conjunto de las interrelaciones entre las luchas sociales y de clase y los intereses económicos. Fue solo a partir del siglo XVIII cuando la economía y la sociología se fragmentaron como departamentos distintos de las ciencias sociales, en respuesta a la especialización científica de la época. Esa fragmentación continuo durante las primeras décadas del siglo XIX, pero a partir de entonces se exigió una mayor intercomunicación entre las dos ramas.

En su Cours d'Économie Politique, de 1828, JEAN BAPTISTE SAY, uno de los más notables teóricos de la economía en Francia, argumentó que el desarrollo de la ciencias económicas debería estar subordinado a la investigación que los economistas deberían llevar a cabo sobre las interrelaciones y la cohesión existente entre las diferentes partes del sistema social. Tal argumento implicaba la reducción de la distancia entre la sociología y la economía. A partir de entonces se ha impuesto la reducción de estas distancias entre las investigaciones de naturaleza económica y sociológica, debido al creciente interés de los economistas por determinados sectores de la realidad social que los sociólogos empezaron a estudiar en forma específica. La integración social, el comportamiento de los grupos, la movilidad, la estratificación, los cambios sociales, la investigación de la condiciones de vida de las comunidades y el examen de los diferentes niveles de la organización y de la cultura de la sociedad, son algunos de los sectores que cayeron dentro del campo de gravitación de la sociología, en función de la necesidad de especialización de cada una de las ramas de las ciencias sociales.

Sin embargo, esos sectores, como tantos otros, a pesar de construir actualmente la razón de ser de la investigación sociológica. Interesa mucho el análisis económico y hacen fluir a la economía con la sociología, definiendo los estrechos lazos que hoy existen entre esas dos disciplinas del conocimiento humano. Tal es la importancia del análisis sociológico que lleva a la perfecta comprensión de la realidad económica y que se ha venido desarrollando desde finales de la segunda guerra mundial entre las ramas de la sociología especial y, con un particular interés, la de la sociología económica; se podría decir, que a partir de entonces, los sociólogos se tornaron en los principales colaboradores de los economistas. Los economistas contemporáneos saben que los móviles psicológicos de naturaleza subjetiva, tan importantes como los factores objetivos que coordinan la actividad económica, son determinados por varios conjuntos de relaciones sociales cuyo análisis interesa directamente a la economía, aunque ellos constituyan el propio objeto de la sociología, la ciencia particular de lo social. 

La Economía y la Historia: 


Además de las interrelaciones con las estructuras políticas y sociales, los problemas económicos, en su mayor parte, también están condicionados por la permanente evolución histórica de las civilizaciones. Es el condicionamiento proporciona un alto grado de interdependencia, en entre la historia y la economía. La investigación histórica se reviste de indiscutible utilidad para el economista, ofreciéndole la necesaria localización, en el tiempo y el espacio, de las actividades humanas de la naturaleza en general y de las correlaciones entre los acondicionamientos, así como de la organización y evolución de lo hechos. Además, aceptando la observación de R. Aron de que actualmente “el sentido último de la historia no deriva nunca de la exclusiva consideración del pasado sino del análisis dinámico de las sociedades” se estrechan cada vez más las relaciones entre la historia y la economía: al sobrepasar los límites de su primitiva jurisdicción, delimitados apenas por el registro sistemático de hechos aislados, el análisis histórico amplió su red de interdependencia en relación con el análisis económico, facilitando al economista el entendimiento del problema del desarrollo en la conexión con el análisis de las nuevas tendencia político-ideológicas de las civilizaciones contemporáneas.

Si bien no se puede afirmar que la investigación histórica sea la principal fuente del análisis económico, se debe reconocer que la economía es altamente auxiliada por la historia, principalmente porque el economista necesita seguir diariamente las rápidas transformaciones culturales que están marcando las civilizaciones de occidente y oriente. Más esto, como observa bien M: NIVEAU, “el economista debe apoyarse en la historia, no solamente para descubrir en ella el pasado, sino también para comprender mejor el presente y anticipar el futuro” Los rápidos cambios en los rumbos de la historia contemporánea parecen estar conduciendo a nuevas condiciones de equilibrio global y por eso interesa al economista, ya que comprenden la propia dinámica de las economías modernas.

Finalmente, entendiéndose la historia como la ciencia de l evolución, el análisis económico solamente podrá establecer un continuo contacto con la dinámica de las sociedades contemporáneas a través de una creciente interrelación con la investigación histórica, especialmente en una época en que la historia se libera de sus tradicionales concepciones y parte hacia los análisis prospectivos, que son de sumo interés para la comprensión de la evolución económica de la actualidad. Las interrelaciones entre la economía y la geografía resultan de una comprobación fundamental: las instituciones económicas, así como las propias formas de organización de la actividad productiva divergente (a veces acentuadamente) de país a país e incluso entre sus diversas regiones. La investigación de esas diferencias, aunque provengan de las características del medio ambiente, es competencia de la geografía, cuyo campo de acción se extiende cada vez más, alejándose del simple registro de los accidentes geomorfológicos y de los fenómenos climáticos, para ocuparse de análisis importantes que interesan mucho a la economía.

Como ejemplos podemos mencionar la recopilación y el análisis de las condiciones geo-económicas de los mercados regionales, la localización de los factores productivos, la distribución demográfica en el espacio geográfico, la descripción y la evaluación de los métodos regionales de producción, el intercambio y las comunicaciones, la composición sectorial de la actividad económica, la eficiencia infraestructural de la economía y las propias formas de organización de las unidades productivas.  

Con esa aplicación de su orientación, la geografía moderna se transformó en una de las áreas del conocimiento que más ha auxiliado la tarea del análisis económico. La geografía económica, particularmente, ha demostrado ser de inestimable utilidad para la política económica, pues esta exige el inventario preciso de los recursos naturales y humanos de la sociedad y no puede prescindir de los análisis geomorfológicos, climatológicos hidrológicos, hidrográficos y biogeográficos que orientan a los planificadores en la distribución regional de los recursos financieros y tecnológicos disponibles, al tener en cuenta su mejor aprovechamiento.

Debido a la tendencias naturales, y a la diversidad tipológica de los recursos de las diferentes regiones, son relativamente pocos, en relación con el conjunto de la fenomenológica económica, los fenómenos que no poseen características regionales o, más precisamente, espaciales .el problema económico fundamental del hombre, se traduce en la lucha contra la escasez, es evidentemente el mismo, tanto en las primitivas aldeas del sudeste asiático, como en las metrópolis mas desarrolladas de la Europa occidental.

Pero, lo que importa al análisis económico son exactamente las diferencias del comportamiento económico, que ciertamente existen en una y otra regiones. Esas diferencias están condicionadas por un gran número de características que la moderna geografía económica investiga y registra, tales como las condiciones del medio, la estructura y evolución demográfica, el régimen de utilización de las modernas conquistas tecnológicas y también los propios sistemas de producción. Eso no quiere decir que la función del geógrafo y del economista se estén confundiendo; en realidad están perfectamente diferenciadas en el mundo contemporáneo. Pero esa diferenciación –que tiene por fundamentos la diversidad de objetos de las dos ciencias- no invalida el régimen de interdependencia que caracteriza cada vez más los análisis de naturaleza geográfica y económica. 

La Economía y el Derecho: 


La actividad económica, además de estar condicionada a las características del espacio geográfico en que se localiza y la evolución de la historia y las modificaciones de las bases institucionales y sociales, también se mantiene ligada a la estructura jurídica del sistema. Esta combinación proporciona un elevado grado de independencia entre el derecho y la economía toda vez que complete a la ley jurídica situar al hombre, a la empresa y a la sociedad, delante del poder político y de la naturaleza, definiendo sus derechos y sus responsabilidades y fijando los límites dentro de los cuales se podría ejercer la libertad de acción en cada uno de esos agentes de la actividad económica. Todos los hechos económicos tienen raíces y condicionamientos que los sitúan también en el área específica del derecho. La acción económica tiene por sujetos a los individuos, a las empresas y al sector gubernamental. Esos tres sujetos definen las tres diferentes esferas de interés, cada una de ellas en conflicto potencial con las otras dos.

La libertad de organización y de competencia de las empresas, así como la libertad de opinión y de actividad económica de los individuos, deben estar permanentemente ajustadas las leyes jurídicas en tal forma que se concilien los interés y las responsabilidades de cada uno. Todos sabemos que ningún orden económico es posible sin que el derecho limite las libertades, en función de responsabilidades recíprocas para solucionar claramente los conflictos potenciales que se observen. Además, con la importancia cada vez mayor que el sector gubernamental ha adquirido en el medio económico, las relaciones entre la ciencia del derecho y de la economía han despertado un interés creciente. Después de la Segunda Guerra Mundial se enriquecieron las experiencias jurídicas sobre la realidad económica.

Francia introdujo el derecho económico dentro del plan de estudios en 1945, a través de BERNARD CHENOT, en la Universidad de París. En Italia, LORENZO MOSSA abrió el camino para el desarrollo de la nueva disciplina, mientras que en Alemania, por las investigaciones de WILHELM HEDEMANN, desde 1920, se venía prestando mayor atención a la interdependencia que debería orientar los conocimientos jurídicos y económicos. Además, es a los juristas alemanes a quien se debe la comprensión exacta del papel que el derecho debe desempeñar en cualquier sistema económico –a través de él se obtiene la sistematización de las energías sociales, sustituyéndolo así, el orden económico natural por el orden económico jurídicamente determinado. Esta situación, que provocó una mayor interrelación entre la economía y el derecho, resultó de cambios que ocurrieron en la propia comprensión del orden económico. Cuando en el siglo XVIII la economía sobresalió como ciencia, los economistas clásicos defendían la primacía del individualismo y del Estado Liberal. Posteriormente, después de la segunda mitad del siglo XIX, y sobre todo después de la Gran Depresión y de la Segunda Guerra Mundial, el estado empezó a aumentar su participación en la actividad económica, reduciendo en esta forma el ámbito de la acción privada y ampliándose el ordenamiento de la actividad económica.

Además de eso, concluye PELSUO DE SUIZA, “se registró el aumento de las instituciones que restringen el poder y la libertad individual de decidir económicamente”. Con la situación del franco liberalismo por el orden económico orientado o dirigido por el sector gubernamental, se amplio la producción legislativa referente a las actividades económicas. Esto hizo que el conocimiento económico y el conocimiento jurídico abandonaran las viejas concepciones que los mantenían alejados para estrechar las relaciones de interdependencia que actualmente los caracterizan. 

La Economía y los Métodos Cuantitativos: 


La economía mantiene también estrechas relaciones con otras ramas del conocimiento que no se sitúan necesariamente en el ámbito de las ciencias sociales. Entre estas se destacan los campos reunidos genéricamente bajo la denominación de métodos cuantitativos, tales como las matemáticas y la estadística. Los métodos cuantitativos han mostrado especial interés por la economía no solo en razón de la necesidad de cuantificar ciertos fenómenos económicos, sino también debido al extraordinario desarrollo de la econometria.

Los modernos modelos macroeconómicos, el desarrollo de la teoría del crecimiento, los análisis de las relaciones intersectoriales, los cálculos exigidos para la planificación de la actividad económica y finalmente la previsión de las fluctuaciones coyunturales son algunos de los factores que han impulsado las interrelaciones entre el análisis económico y los métodos cuantitativos de investigación. R. LIPSEY en un clásico texto An Introduction To Positive Economics muestra que los métodos de cuantificación, sobre todo a través de los instrumentos de análisis estadístico, han desempeñado un doble papel junto al desarrollo de la economía. En primer lugar –anota este autor- los economistas recurren a las observaciones del mundo real cuantificándolas en lo posible para comprobar las teorías económicas elaboradas. En segundo lugar, procuran deducir de los datos recopilados las correlaciones existentes entre las variables económicas relevantes, recurriendo así a la estadística para desarrollar nuevos principios subyacentes a la realidad.

Como la economía no es una ciencia experimental de laboratorio, se vale de las técnicas del análisis estadístico que hacen posible la comprobación de la falsedad o la veracidad de las hipótesis teóricas formuladas, a partir de un número suficiente de observaciones. Paralelamente, los economistas también recurren a las matemáticas como uno de sus instrumentos auxiliares de trabajo. Siendo cuantificables, las observaciones económicas pueden ser presentadas y analizadas a través de modelos matemáticos. A pesar de que estos no puedan ser interpretados con el rigor de las fórmulas desarrolladas en el campo de las ciencias experimentales, generalmente bastantes útiles como medios de representación de la realidad y proyección de los resultados que los economistas esperan obtener cuando desarrollan actividades para modificar esa misma realidad.